Enfoque

Un plan para el futuro de la humanidad

El aumento de la urbanización y la expansión industrial impulsada por la demanda en toda América Latina y el Caribe están ejerciendo presión sobre los recursos naturales, incluidos el suministro de energía, alimentos y agua potable. Las ciudades de toda la región están trabajando las 24 horas del día para ofrecer agua potable e instalaciones para las aguas residuales a una población en crecimiento. 

El abastecimiento eficiente de agua y los sistemas de alcantarillado permiten un ahorro de energía sustancial, reduciendo las pérdidas de agua y aumentando la capacidad de recuperación para mitigar los efectos del cambio climático y aumentar la resiliencia.

No es una tarea fácil, pero, a pesar de todo, es vital que América Latina y el Caribe le hagan frente, para que la región pueda enfrentarse al mayor reto de la humanidad. Las instituciones financieras internacionales deben respaldar al continente en todas estas dimensiones de la lucha contra el cambio climático. El Banco Europeo de Inversiones ha dado un gran paso adelante con la Hoja de Ruta del Banco Climático, en la que se compromete a ser parte de la solución mundial.

El plan del banco de la Unión Europea orienta las inversiones europeas en la dirección correcta para estar a la altura del reto del cambio climático a escala mundial, incluidos América Latina y el Caribe. La Hoja de Ruta del Banco Climático, aprobada en noviembre por los 27 Estados miembros presentes en su Consejo de Administración, representa nuestro sólido compromiso de llevar a cabo con éxito el Pacto Verde Europeo y cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Nuestro plan exige grandes cambios en la forma de financiar los proyectos, de evaluar el riesgo y de apoyar la innovación. Trata de garantizar que las comunidades que actualmente basan su industria en combustibles fósiles puedan experimentar una transición progresiva y sostenible. La Hoja de Ruta plasma las decisiones difíciles y de gran alcance que hemos tomado. Detener la financiación de proyectos basados en combustibles fósiles y dedicar todavía más fondos y herramientas a las energías renovables y a las tecnologías de vanguardia no será una tarea fácil.

Para detener el cambio climático en todo el mundo harán falta billones de euros de inversión, procedentes del sector público y del privado. Este nuevo camino puede ser más arriesgado y más costoso a corto plazo, pero seguir como hasta ahora sería infinitamente más gravoso para la humanidad a largo plazo.

Nuestra Hoja de Ruta es un sólido compromiso del Banco Europeo de Inversiones y de la Unión Europea para hacer frente a la urgencia de abordar el cambio climático en todo el mundo. Representa nuestro compromiso, como banco climático de la Unión Europea, de adecuar todas nuestras actividades al Acuerdo de París.

 Intensificaremos de forma considerable nuestra financiación en materia climática, con el objetivo de movilizar un billón de euros en inversiones relacionadas con el clima y el medio ambiente durante los próximos diez años, que serán críticos. Aumentaremos gradualmente la proporción de nuestra financiación destinada a la acción por el clima y la sostenibilidad medioambiental hasta alcanzar al menos el 50 % en 2025, frente al 30 % actual.

La Hoja de Ruta orienta nuestro apoyo hacia proyectos más sostenibles, mediante la puesta en marcha de nuevos productos de inversión y servicios de asesoramiento de alta calidad. Nos centraremos en las energías limpias, las tecnologías más innovadoras y la digitalización para modernizar las industrias. Introduciremos nuevos instrumentos a partir de datos climáticos sólidos para aumentar nuestros conocimientos basados en la investigación sobre los riesgos climáticos, con el fin de ofrecer un mejor servicio a nuestros clientes.

Aumentaremos el apoyo a los países en desarrollo, que se están adaptando a la dinámica actual del cambio climático. El desarrollo social y económico sostenible seguirá siendo una prioridad para nosotros, en particular en América Latina y el Caribe.

La región es una de las más propensas del mundo a los desastres naturales y se ha visto particularmente afectada por el cambio climático, en particular por los fenómenos meteorológicos extremos, con huracanes de una intensidad y una frecuencia cada vez mayores. 

Cada uno de ellos tiene consecuencias ambientales, sociales y económicas potencialmente adversas para los países afectados. Los trágicos efectos recientes de los fenómenos meteorológicos extremos en Honduras son un ejemplo dramático del impacto que el cambio climático está teniendo en el sufrimiento de millones de ciudadanos. Debemos ir más allá de la expresión de nuestro profundo dolor.

Para garantizar una cobertura regional eficaz y amplia, el BEI se ha asociado con el Banco de Desarrollo del Caribe, el banco multilateral de desarrollo de la región caribeña, para abordar la acción por el clima a través de proyectos de resiliencia. En 2016, el banco anunció una nueva iniciativa para proyectos de mitigación del cambio climático, adaptación y resiliencia en todo el Caribe. 

De esta forma, ayudaremos a los países a reducir los costes energéticos y a lograr una mayor seguridad energética, al mismo tiempo que ayudamos a los países a alcanzar un desarrollo resiliente. Ya hemos apoyado algunos proyectos clave, como la construcción de una autopista resistente a todo tipo de fenómenos climáticos, la mejora del suministro de agua, la modernización del alumbrado público y una planta solar fotovoltaica.

También nos hemos comprometido a adoptar un enfoque global para la solución de la pandemia. Durante la cumbre Finance in Common de noviembre anunciamos nuestro apoyo a las empresas afectadas por la COVID-19, como parte de la asociación para la acción por el clima con el Banco de Desenvolvimento de Minas Gerais en Brasil.

Finalmente, la Hoja de Ruta pide una revisión interna exhaustiva en el Grupo Banco Europeo de Inversiones para integrar todas nuestras actividades ambientales, climáticas y sociales. Nos comprometemos a seguir mejorando nuestros informes y la transparencia de los proyectos de acción por el clima y también a garantizar que todas las operaciones se ajusten al objetivo de que el calentamiento global no supere los 1,5 ºC.

Hace cinco años, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, celebrada en París en 2015, nos comprometimos a aportar financiación, por valor de 20 000 millones de dólares anuales durante los siguientes cinco años, para hacer frente a la emergencia climática. Estamos bien encaminados para ir incluso más allá de ese objetivo. Desde 2012, hemos aportado 170.000 millones de euros de financiación para la acción por el clima, que han movilizado más de 600.000 millones de euros destinados a proyectos que reducen las emisiones y ayudan a la población a adaptarse al cambio climático.

Muchos de estos proyectos se desarrollan en América Latina. Más concretamente, en Argentina nos enorgullece haber prestado apoyo a varios proyectos de infraestructura, incluidas inversiones en servicios de agua y saneamiento, transporte sostenible y gestión de desechos. Los préstamos del BEI han permitido la modernización de la línea D del Metro de Buenos Aires, la construcción de un proyecto de agua y saneamiento con Agua y Saneamientos Argentinos, S.A. (AySA) y el desarrollo de un proyecto de gestión integrada de residuos en Jujuy.

Los próximos cinco años representan un gran salto hacia delante en el Grupo BEI, al comprometernos a centrar todos nuestros esfuerzos en la protección del futuro de la humanidad. Espero con entusiasmo el inicio de esta nueva andadura. Puedo decirles de muchas maneras que no tenemos tiempo que perder. Es el momento de afrontar el reto del cambio climático. Es el momento de actuar. ¡Ahora es el momento!

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