

Antes de irse, el Gobierno recalculó la tarifa técnica del servicio público de colectivos, por lo que en el tramo final del año gastará más en subsidios al transporte.
Con la resolución 615/2023, el Ministerio de Transporte de la Nación aprobó el martes la nueva estructura de costos, que venían esperando los empresarios para reducir las pérdidas operativas.
El ajuste cerró la brecha entre la tarifa reconocida por el Gobierno y los costos reales que declaran tener las empresas, como las agrupadas en la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), en la que predomina el grupo Metropol. Esa diferencia era de 50% y ahora se achicó a 37%.

Según el Índice Bondi, en octubre los pasajeros pagaron $ 38,43 en promedio en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), mientras que el Estado nacional otorga una compensación por cada usuario de $ 306,75. Eso suma unos $ 91.810 millones mensuales que reciben los colectivos; no obstante, el costo real es de $ 475,81, por lo que prorrateado por todos los viajes suma $ 126.553 millones; es decir, que las empresas dejan de percibir unos $ 130,63 por pasajero o $ 34.743 millones en total.
Para las empresas de colectivos, esos costos no reconocidos de gasoil, vehículos y neumáticos, entre otros insumos, degrada la calidad del servicio, produce demoras y genera problemas en la seguridad de las unidades.
En lo que va de 2023, los subsidios al transporte sumaron $ 790.491 millones y tuvieron una caída en términos reales de 7,4% interanual respecto al período enero-noviembre 2022. De acuerdo a los datos de Presupuesto Abierto, el programa Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte (FFSIT), por el que se canalizan las compensaciones a las empresas, lleva devengado $ 364.224,20 millones.













