

En medio de la interna respecto a la reforma laboral que impulsa el Gobierno, el ex jefe de la CGT Hugo Moyano inauguró en el día de su cumpleaños 74 un sanatorio del Sindicato de Camioneros en Caballito con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y de esa forma selló una tregua con el Ejecutivo. Aunque advirtió: "No todos los sindicalistas son malos; hay buenos, malos y regulares".
Así, el camionero reapareció en público tras varios meses de bajo perfil, para aplacar la tensión con la Casa Rosada, luego de lo que considera una avanzada del Gobierno sobre el gremialismo con las recientes intervenciones de sindicatos, que incluyó casos como el escándalo del detenido secretario general del Soeme, Marcelo Balcedo. Para mostrar síntomas de buena relación, Moyano presentó a Triaca como el "compañero ministro", en alusión a los orígenes peronistas del funcionario de Cambiemos.
Por su parte, Triaca hizo lo propio para acercar posiciones y le trasladó un saludo del presidente Mauricio Macri al gremio de Camioneros, además de exhortarlos a trabajar "juntos" para abordar el "desafío" de generar más puestos de trabajo en la Argentina. "Les traslado el saludo del Presidente. Hablé con él a la mañana y pidió seguir con esta conducta de salir de las discusiones en las que nos quedamos entrampados", sostuvo el ministro en tono componedor.
En el Gobierno buscan no tensar la cuerda con el líder de Camioneros, justo en momentos en que necesitan su apoyo para sacar adelante la reforma laboral. De hecho, en el oficialismo reconocen que en este momento pueden mantener diálogo con Moyano a pesar de su "volatilidad", tal como definen su relación con Macri. El acto se realizó luego de que se aplacara otro foco de conflicto entre el líder de Camioneros -más precisamente con número dos del gremio, Pablo, su hijo- y el Gobierno con una nueva prórroga de 30 días para que la empresa OCA pueda seguir operando, en momentos que tiene una deuda de $ 2500 millones con AFIP.
Con esta nueva tregua, desde Casa Rosada justificaban la presencia de Triaca en el acto con Moyano. "El policlínico va a emplear a más de 5000 trabajadores. Nosotros siempre vamos a estar cuando sean actos que beneficien a los trabajadores", argumentaban desde Balcarce 50. Pero en la Rosada creen que ahora Moyano podría bajar el tono respecto a la reforma, luego de que su hijo Pablo aludiera a la "Banelco", en referencia a sobornos durante el gobierno de la Alianza para aprobar leyes. De hecho, recuerdan que Pablo participó en varias mesas de negociación con el Gobierno.
El ex líder de la CGT también pareció bajar la guardia ayer e inició su discurso aclarando que no eran ciertas las versiones periodísticas de que se había invitado al Presidente al acto, y señaló que sí lo había hecho para la fecha inicial de la ceremonia, prevista para el 15 de diciembre pasado, aunque luego se suspendió. "Después nos dijeron que el Presidente y la gobernadora (de Buenos Aires, María Eugenia Vidal) tenían muchas cosas que hacer, entonces no los invitamos", planteó el sindicalista irónicamente. Hecha la aclaración, Moyano luego fue directo al hueso en lo que refiere al malestar que generaron en la CGT las intervenciones judiciales de sindicatos y lo que considera una campaña para generar en la ciudadanía una visión negativa sobre la dirigencia gremial. "No todos son malos; hay buenos, malos y regulares", concluyó.













