El Gobierno alcanzó un marco para avanzar en un acuerdo con Estados Unidos. Las cámaras empresarias esperan los detalles, pero ya existen dudas sobre implicancias y los puntos que quedan por negociar.

La industria confía en que el alineamiento es correcto y que el acuerdo fija puntos que les permitirán compensar el avance de China, sobre todo en insumos.

Las alimenticias consideran que el acuerdo es una serie de concesiones de Argentina a Estados Unidos que buscan ampliar el acceso de productos de ese país a estas tierras, y que ofrece una ampliación de la cuota asignada a la carne bovina, conocida como cuota Hilton, como una compensación menor.

Los laboratorios internacionales esperan con entusiasmo los detalles. Confían en que el gran aporte que implicaría el acuerdo con Estados Unidos es una mayor regulación de los biosimilares y avances en las patentes. Entre los argumentos, explican que la innovación local se ve limitada por la regulación de las patentes.

Los laboratorios nacionales nucleados en la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), guardan cautela y esperan el texto final. “Hasta que ello ocurra, será difícil prever sus impactos en el sector”, sostienen, aunque se muestran a favor de un acuerdo que promueva el comercio y la inversión “en términos de reciprocidad en materia de regulación sanitaria de productos farmacéuticos, y que fije las bases de una mayor competencia, acceso a medicamentos y una propiedad intelectual balanceada”.

Desde la industria miran con expectativas el anuncio y confían en que permitirá el aumento del comercio, las inversiones y el empleo. “Este acuerdo permitirá a la Argentina promover su desarrollo industrial integrándose al concierto de países occidentales que respetan las reglas del comercio internacional; y evitando las acciones distorsivas que generan las empresas estatales y las subvenciones industriales presentes en países con economías de no mercado”, señalaron desde la Unión Industrial Argentina (UIA).

De todas formas, también esperan por los mayores detalles para dimensionar los efectos sectoriales.

Uno de los efectos que generan mayor expectativa son los que tendrá en el acero y el aluminio, incluidos en la sección 232 de seguridad nacional de Estados Unidos, lo que les genera un arancel del 50%.

El sector además enfrenta desde hace dos años el desafío de las importaciones desde China. Según los datos expuestos en la conferencia anual de ALACERO, la cámara que nuclea a las productoras del continente (salvo Estados Unidos), la producción de acero crudo caerá en la región un 2,5%, mientras que las de acero laminado caerán 3,5%.

En paralelo, proyectan que las importaciones subirán un 2,4% hasta alcanzar las 28 millones de toneladas, mientras que las exportaciones caerán 11,5%. Las importaciones de laminados desde China crecerán un 21% hasta las 13 millones de toneladas. Así, alcanzarán a representar el 45,4% de las importaciones de la región.

El desafío para este rubro está centrado en qué arancel finalmente entrará en vigencia o si se aplicarán cupos. En Argentina, el sector en conjunto confía en que tiene la capacidad de abastecer más de 100.000 toneladas anuales de productos de acero. La confianza está depositada en que se consiga un arancel que vuelva al rubro mucho más competitivo contra otros proveedores, incluso regionales. Una estimación que circula es que un arancel de hasta 15% les daría competitividad suficiente, considerando los costos locales y la vigencia de tributos como el derecho a la exportación.

También hay dudas de si el acuerdo se hará por producto, o si se englobará en su conjunto al acero y al aluminio. En el caso de hacerse por producto, deberán incluirse otros que buscan insertarse en el mercado estadounidense para buscar alguna recuperación que compense la caída de ventas en el mercado interno.

También esperan que la negociación incluya derivados del acero que no tenían fuerte presencia en el mercado estadounidense o contaba con cupos muy restringidos.

Una esperanza que visualizan es el apartado en el que se menciona que Estados Unidos colaborará con Argentina en “combatir políticas y prácticas no orientadas al mercado por parte de otros países”. Al respecto, sostiene que hoy enfrentan competencia de insumos de China que tienen subsidios cruzados.