Las semanas previas a los comicios legislativos del 26 de octubre estuvieron entre las más difíciles que atravesó el gobierno de Javier Milei desde el inicio de su gestión. Las tensiones políticas y económicas se acumularon tras la derrota del 7 de septiembre y las sucesivas votaciones adversas en el Congreso, donde se rechazaron sus vetos y proyectos clave. A esto se sumaron los escándalos internos, como el caso de corrupción en la agencia estatal Andis y la salida forzada de su principal candidato bonaerense, José Luis Espel, tras ser denunciado por presuntos vínculos con un empresario acusado de narcotráfico.

Por eso, el último Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella sorprendió tanto a los analistas como a los propios funcionarios. El relevamiento, realizado entre el 1 y el 14 de octubre -es decir, unos veinte días antes de las elecciones legislativas-, mostró una recuperación significativa del humor social hacia el Gobierno.

El estudio, confeccionado desde 2001 sobre una muestra nacional de mil casos, reveló además que la mejora se replicó en los cinco subíndices que integran la medición. En octubre crecieron Honestidad (2,50 puntos, +2,5%), Capacidad (2,47, +3,8%), Eficiencia (2,06, +10,5%), Evaluación general del gobierno (1,73, +10,2%) e Interés general (1,73, +18,1%). "En variaciones, el mayor avance mensual correspondió a Interés y Eficiencia, y el menor a Honestidad", puntualizó el informe.

En el detalle demográfico, el índice resultó mayor entre los hombres (2,31) que entre las mujeres (1,91), con una brecha que se amplió levemente respecto del mes anterior. Por edades, el grupo de 50 años o más alcanzó su mayor nivel en tres meses (2,22 puntos, +17,5%), mientras que el segmento de 18 a 29 años se mantuvo a la cabeza, con 2,29 puntos, aunque con una leve baja.

También hubo diferencias según el lugar de residencia. En el interior del país, la confianza alcanzó 2,33 puntos (+9,4%), superando ampliamente a la Ciudad de Buenos Aires (1,91) y al conurbano bonaerense (1,70). La brecha entre interior y capital volvió a ampliarse, señal de que el respaldo al Gobierno se consolidó más allá de los grandes centros urbanos.

Por nivel educativo, el índice fue más alto entre quienes contaban con formación terciaria o universitaria (2,24 puntos, +12,6%), aunque el mayor crecimiento porcentual se dio en el segmento con nivel primario (+41,6%). Entre quienes declararon no haber sido víctimas de delitos, la confianza llegó a 2,17 puntos, mientras que entre las víctimas se mantuvo en 1,79, una diferencia que también se ensanchó.

Un dato relevante del estudio surgió del análisis de las expectativas económicas: quienes creyeron que la situación del país mejoraría en un año registraron un ICG de 4,06 puntos, frente a 2,28 entre quienes consideraron que se mantendría igual y apenas 0,41 entre quienes pronosticaron un empeoramiento. Según la Universidad Di Tella, "en este último grupo, el valor descendió por tercer mes consecutivo".

En perspectiva histórica, el nivel de octubre se ubicó 25,7% por debajo del registrado en octubre de 2017, durante la gestión de Mauricio Macri, y 37,9% por encima del de octubre de 2021, bajo el gobierno de Alberto Fernández. Aun así, dentro del ciclo de Javier Milei, el promedio general se mantuvo en 2,44 puntos, superior al de los dos gobiernos anteriores.

El informe, que se conoció recién hoy, pareció anticipar un cambio de clima que los encuestadores no lograron captar. Mientras la mayoría de los sondeos preveía un escenario de empate técnico entre el oficialismo y la oposición, el ICG detectó un repunte del optimismo social que, a la luz de los resultados electorales, resultó un indicio decisivo. En palabras del documento, "la mejora del índice se verificó durante la primera mitad de octubre", cuando nada hacía pensar que el Gobierno lograría revertir su deterioro político.

Ese dato, oculto entre los números, fue -sin saberlo- el primer síntoma del vuelco que las urnas confirmaron después.