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Las internas en Juntos por el Cambio persisten. Días atrás quedaron en evidencia una vez más cuando Elisa Carrió apuntó contra algunos de sus socios de la coalición que -considera- tienen "pactos" con el PJ. Entre sus víctimas estuvo Cristian Ritondo a quien 'Lilita' tiene entre ceja y ceja.

Como respuesta a esos embistes, los halcones del PRO activaron el operativo clamor para que el aspirante a gobernar la Provincia en 2023 presida el interbloque en Diputados.

La falta de un líder claro en la coalición opositora se ve con claridad en la Cámara Baja. Allí Juntos por el Cambio ni siquiera cuenta con un jefe que coordine una bancada en la que conviven desde Fernando Iglesias o Waldo Wolff hasta Margarita Stolbizer y Emilio Monzó.

Esa silla quedó vacante el año pasado, tras las elecciones de medio término. Un ala del radicalismo impugnó al jefe de ese momento, Mario Negri. El cordobés venía de una dura derrota en su provincia, perdió la interna contra Luis Juez y no pudo dar el salto al Senado. Gracias al aval de los propios, retuvo la presidencia del bloque.

Los radicales díscolos pidieron "vocerías" para quienes habían dado el batacazo en sus provincias. No se las dieron, rompieron con Negri y conformaron Evolución Radical, espacio que tiene a Martín Lousteau como principal referente.

La jefatura de la bancada que hoy reúne a 116 diputados le corresponde al PRO por una cuestión matemática: de los diez bloques que conviven, es el más numeroso (50 diputados). El candidato que propusieron los amarillos el año pasado fue Ritondo. La Coalición Cívica de Carrió lo vetó, por lo que su candidatura no prosperó.

Desde entonces, la bancada permanece acéfala. Y esto genera sus dificultades. En un espacio tan variopinto, entablar negociaciones con el oficialismo es toda una odisea.

El Frente de Todos hace saber que no tiene un interlocutor claro para negociar, por ejemplo, los temas a tratar en una sesión. Mientras que un jefe de bloque les dice "A", otro les dice "B". "No hablan entre ellos", describe uno de los oficialistas que debe lidiar con estas discordancias.

Operativo clamor

El tema sobre la presidencia del interbloque parecía haber quedado en el olvido. A los tumbos, el interbloque funciona y no sufrió sangría alguna. Pero puertas adentro, la falta de una conducción es evidente y complica la dinámica en equipo. ¿Un ejemplo? Hace cerca de seis meses que no se reúne.

Esta semana, tras los embates de Carrió, el tema volvió al centro de la escena. En la última reunión que mantiene cada martes el bloque PRO, un halcón planteó que deberían reclamar lo que les corresponde: la presidencia del interbloque, con Ritondo como candidato.

La propuesta seguramente caerá en saco roto:los "lilitos" seguirán vetando al amigo de Sergio Massa. Será más bien un gesto para bancar al exministro de Seguridad bonaerense y, tal vez, una manera de reactivar las negociaciones para que se elija un líder por consenso.

El objetivo de los halcones es forzar una reunión del interbloque para los próximos días y plantear el tema allí. Al menos por ahora, esa reunión no fue convocada formalmente.