

El economista Miguel Kiguel publicó un artículo en el que desgranó la coyuntura económica actual, signada por las dudas respecto a la dinámica de la inflación y del dólar, así como de la sostenibilidad de la deuda de pesos y dólares, acusación hecha recientemente por la oposición.
Según el especialista, Argentina entró a una etapa clave del año, que puede definir a posteriori "si el país sigue en el círculo vicioso de estancamiento, inflación y pobreza que lleva más de diez años, o si comienza una nueva etapa que marque un punto de inflexión y encamine a la economía argentina en un nuevo rumbo".
El artículo, publicado en el diario La Nación este domingo, resalta que la inflación no da muestras de disminuir y que "coquetea" con una dinámica de 100% anual, lejos de las aspiraciones hechas por Sergio Massa, de un aterrizaje cercano al 60% a fin de año. Los controles de precios y de reservas, marca Kiguel, "no alcanzan".
"Queda claro que así no se puede seguir", remarcó. Así, requirió de tres componentes romper con esa inercia: "un diagnóstico certero, capacidad técnica para diseñar un programa económico con objetivos de corto y de largo plazo, y un fuerte liderazgo político para implementar y sostener las políticas económicas que, seguramente, generarán resistencia en muchos grupos de poder".
Cuál es el diagnóstico de Miguel Kiguel
El director de Econviews afirmó que existen coincidencias entre diversos espacios políticos acerca de las causas de los problemas, entre los cuales enumeró el déficit fiscal, la fragilidad de las cuentas externas y el atraso de tipo de cambio y su consecuente brecha cambiaria.
"La inflación, por supuesto, tiene un alto componente monetario y fiscal. Pero, en la Argentina también ha sido utilizada hasta el cansancio para solucionar conflictos que la política no puede resolver", remarcó Kiguel, caracterizándola como el mecanismo que la política usa para evitar la confrontación.
Así, hizo énfasis en la necesidad de eficacia política para confrontar con los diversos dilemas políticos que atraviesan al clivaje inflacionario. "Seguramente habrá que conseguir un acuerdo que vaya más allá de un partido político; de lo contario, hay un gran riesgo de que el esfuerzo caiga en saco roto", mencionó, en referencia a los sectores empresariales y sociales.

En ese sentido, Kiguel afirmó que no hay espacio para gradualismo en lo fiscal, pidiendo así un recorte abrupto del gasto público.
"También se sabe que hay que sacar el cepo, lo cual requiere bajar la brecha cambiaria, y seguramente, habrá que devaluar, una palabra temida en la esfera política y totalmente tabú para el gobierno actual. ¿Existe opción a una devaluación? En la salida de la convertibilidad no la hubo, y no parece que la política haya cambiado tanto para que hoy la haya. El tema es quién le pone el cascabel gato y aguanta los efectos", escribió.
El recetario de Miguel Kiguel
En el conjunto de medidas que mencionó el economista aparecen reformas estructurales para bajar el gasto público, fomentar el empleo formal, "hacer viable" el sistema previsional, "darle racionalidad a la producción", así como consumo de energía y otras áreas más.
Para el diseño de esas políticas públicas pidió mantener tres principios rectores, que deberían ser guías para el próximo gobierno que asume el próximo 10 de diciembre.
"El primero es que se busque equidad y terminar con privilegios que existen, a través de subsidios que se dirigen a ciertas zonas geográficas o industrias sin que hoy eso se justifique, o que son para ciertos sectores que reciben jubilaciones especiales, o para entidades públicas que hoy están superpobladas", reafirmó en un principio.
El segundo mandato que pidió es evitar con la reversión de las medidas, dado que hacerlo implicaría una pérdida de la credibilidad de la gestión. Y en tercer lugar pidió respetar los contratos y los derechos de propiedad. "En ese sentido, evitar un nuevo default, tanto de la deuda interna como de la externa, debería ser una política de Estado y una prioridad", concluyó.













