Mercedes D'Alessandro: "Hay que tener en cuenta las brechas en la negociación de deuda con el FMI"
Trabaja en un plan para que la recuperación incluya a las mujeres en los sectores de mayor crecimiento, además de garantizar el acceso a productos menstruales. No descarta un IFE focalizado. TIME la incluyó entre las 100 personalidades emergentes.
"Queremos que el género esté incluido en el programa" que se negocia con el Fondo Monetario Internacional, asegura Mercedes D'Alessandro, una de las funcionarias del Ministerio de Economía que participó de las mesas con los representantes del FMI durante las misiones a Argentina. La directora nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía fue incluida entre las 100 personalidades más influyentes para el futuro de la revista TIME la semana pasada, por su trabajo en la generación de políticas enfocadas en la inclusión económica de las mujeres y personas LGBT.
"Es muy difícil abrir espacios de género en la economía pero empieza a ser un tema más visible. Es nuevo para la mesa de debate. Qué otro equipo económico tuvo alguien sentado en el Gabinete con esta perspectiva", aseguró sobre el área que la trajo al Palacio de Hacienda. D'Alessandro es economista, una de las fundadoras de Economia Femini(s)ta, un espacio que fortaleció la divulgación y el análisis de las brechas de participación de las mujeres en la economía y la producción. Nació en Misiones pero vivía en Nueva York cuando Martín Guzmán la convocó para integrar el equipo.
-Según Cepal, la pandemia agravó las brechas para las mujeres en el mercado laboral. ¿Cómo impactó en la Argentina?
-Desde que empezó la pandemia dejó expuesta la desigualdad, que no es lo mismo decir "quedate en casa" cuando se vive con espacio, jardín, terraza, que cuando se está hacinado, con falta de infraestructura de agua, gas pero también internet. La desigualdad entre el trabajo formal e informal cambió mucho por la pandemia y aceleró muchos debates como la necesidad de un sistema de cuidado o el impuesto a las grandes fortunas.
-¿Y en el mercado laboral?
-Estamos a niveles de 2002 en la participación de las mujeres. En los números del primer al segundo trimestre, las mujeres caen 9 puntos, pero además vienen de un piso más bajo. En el tercer trimestre, cuando se empieza a ver cierta reapertura de sectores, las mujeres recuperan menos, no están volviendo a la misma velocidad de los varones. Se esperaba eso, porque es una tendencia mundial.
-¿Podría aplicarse en Argentina la propuesta de Cepal de un "IFE de género" para contrarrestar la salida de mujeres del mercado de trabajo?
-No sé si es la solución preferida. Lo que se trata de hacer es generar condiciones de empleo. No quiere decir que no se pueda pensar en un IFE focalizado si es necesario. Brasil, Chile y Argentina tuvimos IFE. Eso podría ser una posibilidad pero los primeros esfuerzos van a venir por el programa Potenciar Trabajo y mejorar la infraestructura de cuidado, además de promover la contratación de mujeres.
-¿Se encuentra con la restricción fiscal cada vez que presenta una propuesta?
-El primer problema que enfrentamos es que hay que dar soluciones rápidas, más que el frente fiscal. Las estructuras del Estado responden a una lógica donde no hay perspectiva de género. Estuvimos tratando de permear los debates pero no es fácil. Se llamó a una reunión con empresarios y sindicatos por precios y salarios y la representación era 90% masculina.
-¿Es posible incluir la perspectiva de género en la negociación de deuda con el FMI o el Club de París?
-Nosotras presentamos un panorama de cuáles son las brechas de género y por qué hay que tenerlas en cuenta en la renegociación de deuda. Los debates por el programa los lleva el ministro con Finanzas y con Sergio Chodos -representante por Argentina ante el FMI- pero aportamos la mirada de género. El ministro de Economía abrió una dirección que no existía para incluir el tema en la programación económica.
-El FMI hace foco en el discurso en las brechas. ¿Se trasladan esas declaraciones a la letra chica?
-Discursivamente las organizaciones internacionales hacen uso de la perspectiva de género. Estados Unidos tiene un asiento importante (en el FMI) y hoy Joe Biden tiene una agenda de género bastante inédita, que incluso aborda el tema de cuidados. Hay una mayor apertura. Julie Kozak, la vicedirectora para el Hemisferio Occidental que negocia con Argentina trabajó en un programa con Islandia, uno de los países más feministas del mundo. El programa lo estamos construyendo en la Argentina y queremos que el género esté en el programa.
-Uno de los ejes de preocupación del Gobierno es la inflación. ¿Las subas impactan más en las mujeres? ¿Qué medidas se pueden tomar?
-Uno de los temas es el precio de los productos menstruales. Participamos de un foro de justicia menstrual con 18 organismos del Estado y estamos trabajando con varias alternativas. Hay compras de insumos desde Salud para programas puntuales. Hay un debate sobre la eliminación de IVA para toallas femeninas, tampones y copa menstrual y cómo hacer para que eso no impacte en precios. Ahí tenemos un camino por delante. Hay 19 proyectos presentados en el Congreso que van desde la eliminación de impuestos a la entrega gratuita. La pandemia aceleró. Vamos a trabajar para que haya un proyecto unificado para el acceso a productos de gestión menstrual. En el caso de alimentos se está trabajando en reforzar las transferencias y eso tiene impacto en los lugares más vulnerables.
-¿Cuáles son las prioridades de trabajo para este año?
-Estamos trabajando con la OIT en un estudio y programa de políticas económicas para que haya una recuperación económica con perspectiva de género. En la obra pública una de cada 100 trabajadores es mujer, en la industria y tecnología hay un 30% mujeres pero en el software la participación es minúscula. Las exportaciones también representan sectores masculinizados. Vamos a trabajar en incentivos y garantías para que puedan participar más mujeres en los sectores que más crecen.
El otro eje es la inclusión financiera. Cuando se lanzó el IFE, la mitad de los beneficiarios no tenían cuenta bancaria o tenían y no sabían usarla. Se bancarizó a toda esa población pero hay que lograr que el Estado pueda usarla como herramienta de inclusión.
También hay una mesa interministerial que trabaja en un proyecto que encabeza el ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad para la creación de un sistema nacional de Cuidados, por eso medimos cuánto representa en el PBI, que es el 16%. Con Unicef trabajamos en un estudio sobre el impacto de la pandemia en hogares a cargo de una sola persona, que suele ser mujer.
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