

Juntos por el Cambio apostó a destruir al kirchnerismo con un discurso fuertemente antipolítica que se le volvió en contra. Javier Milei recogió parte de lo que sembraron Mauricio Macri y Patricia Bullrich, la UCR y la Coalición Cívica. Con su triunfo Sergio Massaapuesta a más política convocando, como lo hizo antes de su triunfo, a otras fuerzas. Solo sobre un escenario sin símbolos peronistas le habló a quienes no lo votaron.
Que junto a Jorge Macriy luego junto a Patricia Bullrich no estuvieran todos los referentes de la UCR. Fue toda una señal la ausencia de Martín Lousteau y el malestar de Gerardo Morales. Emiliano Yacobitti, de Evolución radical, ya había hablado en contra de la estrategia electoral de Macri, siempre coqueteando con Milei. Y su delfín santafesino Maximiliano Pullaro viró con guiños a Massa.
En la tarde noche del domingo el exintendente alfonsinista, Facundo Suárez Lastra avisó por redes sociales: "No cuenten conmigo para votar a Milei". Y diputados cercanos a Juan Schiaretti, como Alejandro "Topo" Rodríguez y Natalia De la Sota, lo saludaron por las redes. Fueron gestos de que no serán prescindentes.
En respuesta, Massa evitó mostrarse rodeado de dirigentes peronistas, a excepción de su compañero de fórmula Agustín Rossi y sus respectivas familias. No subieron al escenario ni Máximo Kirchner, ni Eduardo 'Wado' de Pedro, ganadores en Buenos Aires como cabeza de las listas de diputados y senadores nacionales.
El ministro de Economía finalmente logró el "milagro". La inflación, la suba del dólar, las peleas entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y todas las tormentas que atravesó el peronismo no lo hicieron sucumbir. Ni aún la derrota del 13 de agosto. Prevaleció su espíritu de supervivencia en alianza con Máximo y Cristina Kirchner por un lado y por el otro con Axel Kicillof.

El gobernador de Buenos Aires, a pesar de su estilo, se apoyó en los intendentes y gestó una nueva alianza con el otrora camporista Andrés "Cuervo" Larroque. El ministro de Desarrollo con la Comunidad consolidó un espacio con intendentes como Jorge Ferraresi y Mario Secco, hiperkirchneristas, que acompañaron el proyecto de reelección y se pusieron a disposición del líder del Frente Renovador. Todos festejaron en privado en el C aunque con prudencia por lo que resta.
La campaña por el ballottage ya empezó en conversaciones reservadas antes del triunfo de Massa y antes de que se subiera al escenario del Complejo C en Chacarita. Incluso antes de que Axel Kicillof celebrara su reelección.
"Necesitamos que el próximo presidente de la Argentina sea Sergio Massa" lanzó Kicillof con la legitimidad de haber duplicado en votos a Néstor Grindetti y a Carolina Píparo, sus adversarios de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza.
Cambio lema y estética camino al ballottage

Pasadas las 23 empezaron a lanzarse banderas argentinas y camisetas de la Selección mientras sobre el escenario se proyectaba de fondo la bandera argentina y el nuevo lema: Argentina.Si en lugar de Unión por la Patria. Fuera del búnker hubo banderas de agrupaciones, entre ellas La Cámpora. En cambio adentro sólo banderas argentinas y algunas del gremio de la UOCRA.
La celebración no fue eufórica, al menos de parte de la dirigencia. Massa se mostró muy serio. Y la estética del acto reforzó su mensaje a favor de construir "argentinidad" y de "abrazar a los otros" porque "esta elección mostró que la grieta se murió y empieza una nueva etapa", apuntó.
Expresamente le habló a los votantes de "Myriam" por Bregman; de "Juan" por Schiaretti, a los que no fueron a votar y a los que lo hicieron en blanco. Cuando le habló a los radicales, todo el salón estalló en aplausos. Mencionó cada uno de los conceptos que se oyeron en boca suya y de otros durante la campaña: paz, orden, empleo, recomposición salarial, seguridad, reglas claras frente a la incertidumbre, entre otras. Prometió construir "el país que abrace a todos" y no "el del sálvese quién pueda".

"Voy a hacer el mayor de los esfuerzos para ganar su confianza", lanzó solo delante del atril, sin ningún otro dirigente de Unión por la Patria.
En el C, como en casi toda la campaña, tampoco estuvieron ni el presidente Alberto Fernández ni la Vicepresidenta Cristina Fernández. Massa va por su patriada y por un gobierno de unidad nacional, en caso de ganar, con su impronta.
Cómo dieron vuelta la elección
El equipo de Massa asegura que el cambio de tendencia arrancó con el primer debate y el perfil que mostró el ministro candidato. Pero además hubo un fuerte pase de facturas internas, sobre todo entre gobernadores y municipios.
Los municipios bonaerenses donde repuntó Unión por la Patria, y los gobernadores que se despertaron después del cachetazo de las PASO dieron el último empujón. Tucumán y San Juan son dos ejemplos, como la ampliación de la ventaja en Formosa, entre otros distritos. "El peronismo dejó de dormir la siesta", confesó Héctor Daer de la CGT al llegar al búnker ya con la tendencia en marcha.
Lanús y Bahía Blanca son dos de los distritos donde fue sorpresa el triunfo de Unión por La Patria. La estratégica alianza de Kicillof con Fernando Espinoza y Verónica Magario en La Matanza le garantizó la lealtad del peronismo en el mayor distrito del país. Y Máximo Kirchner, que no lo acompañó en el escenario, contabilizó a favor de La Cámpora 12 triunfos de intendentes o candidatos a diputados: Quilmes, Suipacha, Mercedes, Hurlingham, Colón, Carmen de Areco, Brandsen, Lanús, Rosales, Olavarría, Azul y Bahía Blanca.
La misma noche del 13 de agosto Massa había llamado a "darla vuelta". Aunque ganó, no le alcanzó para evitar la segunda vuelta y teme a una alianza entre Milei y Macri. Ya Kicillof se consolidó cómo líder y un líder que se le plantó al diputado Kirchner. Ahora es tiempo de Massa y quizás del peronismo no kirchnerista que se esperanza con su apertura.














