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En un mensaje grabado de siete minutos que subió a Twitter, el presidente Alberto Fernández anunció que se baja de su proyecto por la reelección, una decisión que ya se venía evaluando en la cumbre del poder y que para adelante genera un amplio menú de incógnitas políticas, problemas de gestión y dudas sobre el futuro de la alicaída economía de la Argentina.

Alberto Fernández fue tajante en su definición: "El próximo 10 de diciembre de 2023 es el día exacto que cumplamos 40 años de democracia. Ese día entregaré la banda presidencial a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político que represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas".

La frase breve encierra un mensaje hacia adentro del espacio del Frente de Todos, desliza una hoja de ruta tentativa de su gestión y abre las puertas a un amplio abanico de interrogantes.

La decisión de Alberto Fernández llega unas horas antes del cónclave del Congreso del PJ que esta tarde definirá el camino a seguir en términos electorales y forma parte de un juego de presiones que el Presidente venía soportando de parte del kirchnerismo duro que le exigía dar un paso al costado.

Elecciones 2023: encuestas y datos

"Es una decisión lógica", reiteraron ante El Cronista varios funcionarios de la Casa Rosada consultados sobre la decisión de Alberto Fernández de bajar su candidatura.

En esa evaluación se encierran varios factores: los números de las encuestas que le daban muy mal a la figura presidencial que cosecha un alto nivel de imagen negativa; la posibilidad de dar lugar a los candidatos propios del albertismo como Daniel Scioli o Agustín Rossi y el escaso margen de apoyo interno que tenía el Presidente en su jugada reeleccionista.

El anuncio de Alberto Fernández para las elecciones 2023: qué hará el kirchnerismo

El kirchnerismo presionó hasta ayer muy fuerte para que Alberto Fernández desistiera de su plan electoral. La jugada de Axel Kicillof de desdoblar elecciones en la provincia de Buenos Aires fue uno de los factores detonantes que habrían acelerado la definición del Alberto Fernández.

Hacia adelante, el nuevo mapa electoral del Frente de Todos deja en una situación de incomodidad y definición final a la candidata con mayor centralidad en el poder: Cristina Kirchner. En la Casa Rosada evaluaban esta mañana que ahora la vicepresidenta será la próxima en tomar una definición.

Después del abandono electoral de Mauricio Macri y ahora de Alberto Fernández, el camino quedó despejado para que Cristina Kirchner sea la postulante natural en el Frente de Todos. Al menos eso es lo que reclamaban alfiles como Wado de Pedro, Máximo Kirchner o Kicillof.

El diputado Eduardo Valdés consideró que el Presidente optó por la "unidad" del Frente de Todos. ¿Habrá unidad en el oficialismo con unas PASO descarnadas y candidatos que bregan por modelos diferentes?

A la vez, la frase de Agustin Rossi en su último tuit deja abierta la incógnita a futuro. "Primero la patria, después el Movimiento y por último los hombres", sostuvo el jefe de Gabinete ni bien se conoció la decisión del Presidente de no ir por la relección.

El futuro incierto

El mensaje de Rossi abre incógnitas de lo que implicará la decisión de Alberto Fernández en términos de "primero la Patria". En términos directos: se dirime ahora cómo rearmar el poder del Presidente para sustentar su gobierno de aquí a diciembre y evitar una debacle mayor bajo la figura del Pato rengo.

Allegados al jefe de Estado dijeron a El Cronista que en adelante Alberto Fernández deberá atarse aún más a la figura de Sergio Massa que es quien hoy maneja los hilos de la economía argentina. Es decir, el Presidente corre el riesgo de quedar como una figura decorativa que sólo podrá ser "garante de transición" y guía espiritual del ministro de Economía para que el país no caiga en una crisis más profunda.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, graficó los próximos pasos de Alberto Fernández: "Alberto siente que tiene que ser Presidente en tiempo completo hasta el 10 de diciembre. Toma esta decisión porque es indispensable para él abocarse de lleno a la gestión", dijo.

Es cierto que la decisión de abandonar el plan de reelección estaba prevista para más adelante en la estrategia de los pocos albertistas del Gobierno. Pero la definición en un tuit de 7 minutos sorprendió por su impacto. De todas maneras, el Presidente tenía escaso margen de acción y la fecha de junio con la presentación de alianzas era uno de los momentos límites.

En función de este panorama y ante la presión que tenía, Alberto Fernández optó por no extender la agonía y dar lugar a un nuevo mapa de poder. Ahora le toca al resto mover fichas y al Presidente administrar el gobierno de aquí a diciembre, una eterenidad para una Argentina sumergida en el 40% de pobreza, con ebullición en las calles, una inflación del 100% anual y una "descomposición social", como alertaron los gremios de la CGT.