El Gobierno asegura que el acuerdo comercial con Estados Unidos está prácticamente cerrado. Mientras que se esperan anuncios en las próximas horas, la expectativa se centra en que se trate de pocos productos, aunque no quita entusiasmo a la medida.
"Podemos tener novedades en breves. He firmado un acuerdo de confidencialidad, pero puedo decir que es muy importante, se habló en detalle de este tema en la reunión y que el presidente Trump participó activamente. Vamos a tener noticias muy buenas", dijo el embajador en Estados Unidos, Alec Oxenford, y alimentó las especulaciones de que el anuncio llegue en el cortísimo plazo.
El empresariado lo espera con entusiasmo. Para el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, la integración de la industria argentina al mercado global es más conveniente vía países a los que se puedan aumentar las exportaciones, en especial en aquellas de mayor valor agregado, mientras que China supone mayores exportaciones de materias primas.
Si bien existe consenso de que el acuerdo con Estados Unidos no implicará una afectación a los vínculos comerciales con China, alcanzar un acuerdo comercial con el país del norte puede representar una ventaja para Argentina dados los costos de producción de ese país.
"China tiene una política comercial muy fuerte. Representa el 25% del PBI mundial y en casi todos los sectores industriales llega al 50% o incluso lo supera. Se está expandiendo cada vez más, y en los sectores de alta tecnología representa cerca del 90%", agregó Rappallini.
Una integración con Estados Unidos podría en este sentido aumentar las exportaciones a ese país dados los costos de producción locales, sumado a la competitividad que puede ganar Argentina con una baja de aranceles, aunque sea en productos puntuales negociados, ante los países con matrices productivas similares a la argentina.
El CEO de Amcham, la Cámara de Comercio Argentino Estadounidense, Alejandro Díaz, planteó que si el acuerdo implica una vuelta al arancel previo al "Liberation Day", el día en el que el presidente estadounidense Donald Trump anunció la suba de aranceles para la gran mayoría de sus socios comercial, plantea una ventaja comparativa para Argentina.
"Suponete que para un producto que tenía el 2,4% de arancel se le saca el 10% (el nivel general en el que quedó Argentina luego de las primeras negociaciones), contra otros que te compiten que todavía tienen un arancel más alto, queda mejor posicionado", subrayó Díaz, quien sostuvo que no tenía mayores detalles sobre el acuerdo pronto a conocerse.
La mejora en el arancel no despeja la dificultad de productividad que todavía atraviesan muchos sectores productivos de Argentina, agregó.
Sí quedó casi descartado que se trate de un acuerdo de libre comercio, aunque si consideró que "va a haber un mecanismo de mejoramiento de las condiciones bilateral", y también despejó que vaya a implicar un problema con el Mercosur, marcando como antecedente las negociaciones que mantuvo el expresidente brasileño Jair Bolsonaro durante su mandato.
Por último, agregó que este acuerdo también "va a tener condiciones que a la industria le permita ser competitiva" y remató: "El mundo cambió. El mundo no solamente es global, sino que hoy se están redefiniendo las cadenas de abastecimiento".














