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Mientras Horacio Rodríguez Larreta acaba de cortar el cordón umbilical con Mauricio Macri al desdoblar la elección porteña, el peronismo no tiene todavía precandidatos. Eambién carece de fórmula presidencial hasta que Cristina Kirchner anuncie su decisión y sigue sin definición sobre las PASO en el distrito.
El oficialismo capitalino pica en punta -la pelea sirve a la campaña y concentra la atención pública- y al Frente de Todos le cuesta acomodarse a esa nueva realidad. Varios de sus dirigentes siguen con expectativa el culebrón entre el jefe de gobierno porteño y su mentor y esperan que derrame algún beneficio. Otros piensan exactamente lo contrario sobre el cambio de reglas para esta elección.
Sin nombres claros los distintos dirigentes no se animan a analizar el mapa local cuando no saben quién irá en la boleta de cada urna en el comicio concurrente con doble cuarto oscuro. "Sin rumbo no se sabe adónde caminar", reflexionaba uno a la espera de que el Frente de Todos arme una estrategia electoral.
Cerca de Máximo Kirchner, que tiene en el presidente del PJ porteño Mariano Recalde su terminal local, guardan silencio aunque desconocen el surgimiento de distintos precandidatos. Por ejemplo, el humorista Pedro Rosemblant, el economista Agusto Costa o la legisladora Ofelia Fernández. "Que todos caminen", es todo lo que dicen concentrados en la presentación de este martes de "Una ciudad para pocos, balance de 15 años de gobierno macrista en la Ciudad de Buenos Aires", un libro con prólogo del senador Recalde que salió al cruce del anuncio: "Entre tanto caos e improvisación, una sola certeza: ni a Larreta ni a Macri les interesa garantizar la transparencia de las elecciones en CABA. Los porteños somos rehenes de sus especulaciones personales. Y nuestro sistema electoral, un botín de su interna partidaria".
La movilización del jueves por la tarde, a favor de Cristina Kirchner y en contra de la "mafia judicial" fue definida en el Consejo Metropolitano de la semana pasada y en sintonía con el partido bonaerense que comanda Kirchner hijo. Ese evento y la definición sobre la candidatura o no de la Vicepresidenta, coopta la atención del ala K del peronismo. En agenda hay ya un posible encuentro para analizar una posición conjunta sobre la decisión del jefe de gobierno de la Ciudad pero no es la prioridad semanal.

En esa línea se encuentra también Víctor Santa María, presidente del Congreso partidario. Cerca suyo se quejaron por la decisión de Horacio Rodríguez Larreta. Incluso la crítica que se oyó en su espacio se parece más al enojo de María Eugenia Vidal. "Usa a las instituciones conforme a sus necesidades políticas y lo único que está haciendo es abandonar la Ciudad para sus aspiraciones presidenciales", apuntaron distintas fuentes, coincidentes, que creen que toda la estructura se armó a favor de Martín Lousteau y la UCR Evolución. "Raro, Lousteau hace unos años estaba en contra del voto electrónico y decía que perdió las elecciones por ese sistema" recordaba un memorioso e irónico peronista.
¿Boleta larga o boleta corta?

Algunos, más cerca del ministro de Turismo de la Nación -el último candidato a jefe de gobierno- y del diputado Leandro Santoro ven como un desahogo la decisión de desdoblar el comicio nacional del local. Sea Matías Lammens o sea Santoro el precandidato de ese espacio en el que trabajan junto a Claudia Neira, Juan Manuel Valdés y Graciana Peñafort, para ambos sería más fácil dar la pelea en soledad. Ninguno de los dos tiene un presidenciable del cual colgar su boleta, todavía. Tampoco el aval de una parte del peronismo porteño ni de La Cámpora. Hoy son una boleta corta que tendría más chances con la modalidad de Boleta Única Electrónica.
"No nos cambia mucho", se alzaba de hombros un dirigente que de todos modos criticó por igual a macristas y larretistas. "Es un papelón", "se hacen los republicanos" fueron los comentarios más livianos de ese lado de la oposición de CABA.
Entre los pocos que opinaron, el legislador porteño Juan Manuel Valdés le dijo a El Cronista que "vienen haciendo del aparato del Estado su botín de guerra, van a buscar al primo de Mauricio Macri (Jorge Macri) porque el expresidente quiere que la Ciudad sea un bien ganancial, no están pensando en el bienestar de los vecinos sino en sus negocios particulares".
Santoro por su parte cuestionó que "en las últimas tres elecciones a jefe de gobierno el PRO usó tres sistemas electorales diferentes. Sus últimos dos vicejefe de gobierno fueron candidatos en Provincia y ahora traen al primo de Vicente López para hacerlo candidato en CABA. Doble discurso. Doble domicilio. Doble moral". Junto a sus socios del Frente de Todos reclamó trabajar por una propuesta que sea opción de Gobierno en el distrito más adverso.
Salvo esas críticas, el resto de los comentarios fueron en voz baja. ¿Por qué? Porque prefieren no ensuciarse en el barro del oficialismo y dejar en evidencia las escenas de pugilato verbal entre Macri, Vidal, Patricia Bullrich y un Rodríguez Larreta que sacó a la cancha en su defensa a los funcionarios de la Ciudad, al radicalismo y a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, un as de peso. "Cuando se equivocan no hay que molestarlos" expresan en el peronismo los que vislumbran una oportunidad.













