No fueron muchas las designaciones que hizo el gobierno de Mauricio Macri que generaran cuestionamientos. Al menos en los primeros días de gestión.

Sin embargo, a un funcionario elegido le habrían bajado el pulgar antes de asumir.

La negativa fue, nada menos, que del Papa Francisco, quien a través de emisarios habría pedido que descarten como secretario de Culto a Santiago de Estrada.

De 80 años, el hasta hace unos días principal candidato al puesto era dueño de un currículum controversial.

Embajador ante el Vaticano durante la presidencia de Raúl Alfonsín, durante los mandatos de Carlos Menem se desempeñó en el ámbito de la Seguridad Social.

Sin embargo, los antecedentes que más molestaron del ex auditor porteño fueron los cargos que tuvo, también en el ámbito previsional, durante la dictadura militar de los 70 y en el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, a finales de los 60.

Como posibles candidatos a ese puesto aparecen, propuesta por el PRO, la legisladora porteña Victoria Martínez Gorleri, y Gabriel Oliverio, un funcionario judicial que contaría con el guiño del arzobispado de Buenos Aires.