

El kirchnerismo sigue trabajando para el acto del 25 de mayo. Incluso con más presión sobre la militancia. Unos pocos con la ilusión de llenar la 9 de Julio y dar vuelta la decisión de Cristina Kirchner que por reiterada la sienten increíble. "No, no, presidenta no" había dicho en el Teatro Argentino de La Plata, como en cada uno de los actos anteriores y como en la carta de este martes. Con la confirmación de su no candidatura falta la definición más trascendente: si no es ella, quién, se preguntan en el espacio que conduce.
Las señales muestran que, como en 2019, Cristina Kirchner deberá buscar una opción que amplíe. Lo dijo el sábado en La Matanza Máximo Kirchner, y lo repitió Eduardo ‘Wado' de Pedro, que tuvo un rol protagónico en el Congreso del PJ y cuyo nombre se salió a pintar anoche en el Conurbano. Se lo marcan el contexto político -con un creciente Javier Milei y un arco opositor que podría ser imbatible en un ballotage- y el marco judicial adverso -fallos de la Corte contra la Provincia, contra las reelecciones en San Juan y Tucumán y quizás con una futura confirmación de su condena-. Si el kirchnerismo insiste con la endogamia puede ganar la elección algún halcón que la quiera presa o que reedite el liberalismo económico.
"Vamos a la guerra" se plantó Andrés ‘Cuervo' Larroque, uno de los abanderados del operativo clamor que, huérfano de candidata, plantea un escenario bélico "del poder fáctico contra el peronismo".
"El mercado está en guerra con la humanidad", dijo el ministro de Desarrollo con la Comunidad en una entrevista con AM750 donde agregó que "en Argentina quienes defienden la presencia del Estado para conducir el capitalismo es el peronismo. A una guerra de esas características tenemos una sola forma de responder y es en la calle".
"Ahora tendrá que decir qué camino seguir", respondió el intendente Mario Secco que como muchos otros dirigentes que trabajaban por la candidatura de la Vicepresidenta tiene que reacomodar el discurso. Con palabras parecidas contestó la misma consulta a El CronistaGustavo Menéndez. El ex presidente del PJ de Buenos Aires y director del Banco Provincia, antes de la difusión de la carta de CFK, había pedido en el microestadio de Ferro movilizar a la 9 de julio. Su arenga despertó el cántico que calló la vice un rato después: "Presidenta, Cristina presidenta".
A la espera del 'ordenamiento' cristinista
Horas antes otro dirigente -enrolado entre los que creen que las PASO pueden ser un instrumento adverso- insistía en que si no era ella candidata para que haya síntesis y acuerdo debería señalar un candidato. Pide, como muchos, ‘dedazo'. "Ordenamiento", lo llaman los más sutiles del espacio que siguen enojados con la insistencia de Alberto Fernández, quién más se opone a una nueva designación como la suya.

En ese marco hay todavía más preguntas que respuestas. ¿Cristina Kirchner dará alguna señal en la presentación televisiva de este jueves por la noche en Duro de Domar? ¿O sólo buscará preparar el terreno para cuando tenga que bendecir a un candidato no propio como en 2019, aceptar las PASO que no quiere Sergio Massa, o ir quizás a una derrota con un candidato 100% propio que sostenga su liderazgo aun perdiendo la elección nacional? ¿Sergio Massa sigue siendo una opción K? El ministro de Economía guarda sugestivo silencio y habla a través de tuits o gacetillas que lo muestran en gestión después de su alta exposición de la semana pasada.
El ministro hoy recibió a un gobernador ganador. Su compañero de guitarreadas los fines de año, según el propio equipo de Massa se encargó de difundir: el salteño reelectoel domingo pasado Gustavo Sáenz.
La inhabilitación judicial ("proscripción", reitera el kirchnerismo) es el argumento mayor a favor de Cristina en modo armadora. Ella, repitió Larroque, "va a ejercer la conducción del proceso político" porque aclaró que "no está diciendo que no participa por una decisión libre de su voluntad sino por un condicionamiento que tiene que ver con este juego perverso que ha instalado el poder en Argentina".
La lista de posibles candidatos -o precandidatos si hubiera PASO- no difiere de los nombres que sonaban estos días. La grieta K separa a los que piden un Massa que amplíe hacia la derecha y quienes creen que solo el ministro del Interior o el gobernador Axel Kicillof pueden representar al kirchnerismo, defender sus banderas y aún en caso de derrota, sostener el liderazgo como oposición.
A Massa, que se plantó en rechazar la contienda interna en una PASO, se le suma Axel Kicillof no solo como candidato a su reelección -es lo que quiere- sino como presidenciable. En paralelo el ministro del Interior De Pedro que sigue recorriendo el país y este miércoles visita a Raúl Jalil en Catamarca en tanto el jefe de gabinete Agustín Rossi ya avisó a los suyo que tomará una decisión en no más de una semana. Y Juan Grabois este viernes lanza su precandidatura presidencial y presenta un programa de gobierno. El líder del Patria Grande es de los que sostienen que la carta -quizás por lo previsible- no cambió el escenario. En su caso sólo acompañará la bendición K si el elegido es De Pedro, jamás Sergio Massa.

Antes de las noticias que faltan, el presidente presenta la exposición BNA Conecta junto a una sciolista y uno de los funcionarios más cercanos a Massa, la presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis, y el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren. En Tecnópolis, rápido de reflejos, se sumó el embajador argentino en Brasil Daniel Scioli, el precandidato que más pide las PASO.














