La posibilidad de que la Argentina entable un acuerdo de comercio con Estados Unido (EE.UU.) se llevó todo el protagonismo en 2025, sin embargo, para aumentar exportaciones el sector privado pone la mira en un destinos clave.
Sin bien la relación con EE.UU. es aplaudida y celebrada por el arco empresario, casi en su totalidad, a la hora de hacer negocios, paradójicamente, el interés está puesto en China.
Forzado por los aranceles que impuso Donald Trump, el gigante asiático, aceleró su penetración en otros mercados como el Sudeste Asiático, África, Europa y América Latina.
Con envío de automóviles, robots, estructuras prefabricadas hasta paneles solares y variedad de electrodomésticos, China consolidó un flujo creciente de manufacturas a destinos donde compite con Alemania, Japón y Corea del sur.

Pese a la guerra comercial, los datos oficiales de movimientos aduaneros de noviembre reflejaron que las exportaciones globales alcanzaron los u$s 330.300 millones, mientras que las importaciones totalizaron u$s 218.600 millones, lo que dio un saldo favorable de u$s 11.680 millones, el tercero más alto de la historia.
En septiembre, China concentró el 15,9% de las exportaciones totales de la Argentina y el 25,2% de las importaciones, lo que representó un intercambio bilateral de u$s 3109 millones.
Este resultado desplazó a Brasil como principal socio comercial. De este lado del continente, cada vez despierta más interés “abrir” China, como destino de productos locales más allá de la soja y la carne que lideran en venas.
China, a la vista
Este fue uno de los ejes del China Agribusiness Day que convocó a referentes del sector público, cámaras empresarias y compañías del agro con el objetivo de profundizar el diálogo con y acelerar las oportunidades comerciales y tecnológicas con este destino de Asia.

En ese marco, expertos coincidieron en que Argentina podría incrementar sus exportaciones hasta u$s 3000 millones anuales a China si avanza la agenda bilateral.
El evento se celebró en el auditorio de la Bolsa de Cereales, en el centro porteño. En ese mismo edificio, horas antes, empresarios de la cadena agroindustrial, indicaron a El Cronista que el cambio “radical” en término de volumen exportado lo puede dar una agenda de trabajo “firme” con China y le restaron importancia al acuerdo con EEUU.
“Hasta ahora conocemos todo lo que nos quieren vender pero muy poco de lo que quieren de la Argentina”, dijo un referente del sector avícola aunque no desmereció la buena relación entre Trump y Milei.
A la par, durante el brindis de fin de año, otro productor de alimento, mencionó que es “clave” fortalecer el vinculo con mayor participación “diplomática” para lograr “ponerle el broche” a operaciones que están pendiente por demora en protocolos sanitarios.

Otra de las preocupaciones se centra en la Unión Europea que coloca aranceles promedio de 15% para lo alimentos de la Argentina. “Nos contactan desde España, hacemos números, pero por el arancel quedamos afuera”, dijo un productor de mosto que exporta 2500 toneladas por año a China.
El pacto que se negocia con el Mercosur para eliminar de forma progresiva los aranceles, está previsto para el próximo 20 de diciembre durante la Cumbre de Líderes del bloque regional en Foz do Iguaçu, estado de Paraná.
Tierra de oportunidades
“El mercado chino es un mercado trascendental”, afirmó Gustavo Idígoras durante el China Agribusiness Day, al tiempo que subrayó que el país exige hoy estándares más estrictos. “Hay que garantizar la trazabilidad completa desde el lote hasta el puerto, y compartirla”, señalo.

Actualmente, cerca del 80% de lo que Argentina exporta a China corresponde a productos agroindustriales, con la soja y la carne bovina representando el 65% del valor total entre 2020 y 2023. Hoy, más del 12% de las exportaciones agroindustriales argentinas dependen del mercado chino, y para productos como soja, carne o sorgo, su participación supera el 80%-90%.
Las economías regionales también buscan elevar el protagonismo. El sector del maní, que exportó u$s 1200 millones en 2024, podría alcanzar u$s 1500 millones si se reducen aranceles o avanzan acuerdos.
En legumbres, Sergio Raffaelli explicó que “hoy estamos en 30 o 40 millones de dólares en arvejas, pero podemos pasar a 200 millones”. Y el Blueberry, si se alivian las cargas arancelarias con China, alcanza un potencial exportador de u$s 1000 millones anuales.
Todas estas cifras convergieron en un diagnóstico general: las oportunidades están, pero requieren previsibilidad, acuerdos técnicos y una estrategia sostenida de comercio exterior.
Durante el panel de biotecnología, Manuel Chiappe destacó la oportunidad única que ofrece el trabajo conjunto entre ambos países: “No solo estamos hablando de investigación y desarrollo, sino de darle a los productores herramientas reales para mejorar la productividad”.
“Argentina y China pueden producir semillas a contraestación. Eso nos permite tener materiales disponibles una temporada antes y eso es una herramienta fundamental”, resaltó.
En sintonía, Carla Martin Bonito, presidenta de COPAL, subrayó la importancia de seguir ampliando la presencia de los alimentos nacionales en un destino estratégico. “Argentina puede y debe crecer en China”, afirmó.
En la misma línea, Javier Lozada, presidente de la Cámara Argentino China, sintetizó el impacto directo que tiene el comercio internacional en el desarrollo económico del país. “Más exportación significa más producción, más actividad, más movimiento, más trabajo”, dijo.














