Las internas en el seno del Frente de Todos en torno a la política energética parecían no tener fin durante varios días. Sin embargo, la detección de un enemigo externo provocó una nueva amalgama en la coalición gobernante. El fallo de la Corte Suprema generó una fuerte señal de unidad dentro del Gobierno.

Este mediodía, un acto en la localidad bonaerense de Ensenada sirvió como excusa para que Alberto Fernández se muestre rodeado de sus principales socios políticos: Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Un anuncio en torno a obras de viviendas fue el motivo del encuentro, pero el ataque a la Justicia y a la oposición fueron los principales temas.

En primer lugar, el Presidente señaló que "no habrá ni tapa de diarios ni sentencia judicial que nos lleve a no hacer aquello que debemos hacer en favor de los argentinos. Grábense esta foto: es la foto de nuestra unidad, de los que queremos poner de pie a la Argentina después de un tiempo en el que la derrumbaron".

El anuncio constó de una inversión de $110.000 millones para finalizar la construcción de 55.000 viviendas y sirvió para apuntar al gobierno de Cambiemos, que "cerraban el Conicet, el ministerio de Ciencia y el de Salud. Llenaron al país de miseria y debilidad". En esa línea, agregó que "estaban convencidos de que no era el Estado el que debía socorrer a los que no tenían casa, y que era el mercado. El mercado va adonde se gana plata, no a donde la gente lo necesita. Y los peronistas sabemos que donde hay una necesidad hay un derecho".

Sobre este punto, el presidente añadió que "muchos no quieren esto, querían que acá se construyera un barrio privado", y consideró que "para ellos, esto es populismo. Para nosotros, es dignidad".

Más allá de los ataques a la oposición, el eje del discurso pasó por un ataque a la Justicia. En este sentido, y tras recordar su condición de profesor universitario, Fernández sostuvo que un juez tiene derecho a postular o votar un presidente, pero que "lo que no puede hacer es usar las sentencias que tiene que dictar para favorecer a los candidatos que le gustan".

Además, sostuvo que "es muy triste ver la decrepitud del derecho firmada en una sentencia judicial".

Sobre la situación general, Fernández dijo que "nadie quiere más el Estado de derecho que yo" y que "los peronistas siempre fuimos víctimas cuando no existió".

A continuación, mandó un mensaje directo y sostuvo que "le digo a la Justicia ´basta, paremos, ya han hecho mucho daño. No usen las sentencias para favorecer a sus candidatos, es lo único que les pido´".

El presidente también señaló que respeta la sentencia, pero que en realidad "prácticamente no tiene ningún efecto", ya que se refería al DNU anterior y no al que está vigente, que "nadie cuestionó".

Durante todo el discurso del presidente, Cristina Kirchner lo acompañó en silencio. Aplaudió y asintió en reiteradas ocasiones.

Antes de que hablara Fernández, había tomado la palabra Kicillof. El gobernador también criticó el fallo y se refirió a una cuestión más general. Analizó que "olvídense de que el lawfare sea contra nosotros. Estamos nosotros, pero es lo de menos. Es para forzar decisiones por fuera del marco democrático".