Vuelan las tasas de interés en Estados Unidos y el culpable es un banco central que nadie esperaba

A un 2022 vertical, caracterizado por una multiplicidad de eventos impensados, se sumó al cierre del año la 'sorpresita' del BOJ (Banco Central de Japón) ensanchando las bandas de intervención en su curva soberana de bonos y, por lo tanto, sonando hawkish (monetariamente restrictivo). 

Recordemos que, a nivel de política monetaria, hace tiempo ya que Japón viene implementando YCC (yield curve control o, lo que es lo mismo, control de curva de tasas de interés). Esto implica que el Banco Central de Japón compra o vende sus bonos soberanos hasta llegar al objetivo de tasa que pretende en cada punto de la curva. Si, por ejemplo, para la 10yr yield de Japón el mercado decidiera vender violentamente dichos bonos generando una suba en su tasa de retorno por encima del límite aceptado por el BOJ, entonces dicha entidad intervendría comprándolo hasta llevarlo al nivel deseado de yield. 

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Entonces, para la 10yr yield de Japón, días atrás el BOJ aumentó el rango máximo de intervención de 0,25% a 0,50% generando presión en todas las tasas largas de las principales economías del mundo. O sea, ahora aparentemente el BOJ dejará correr su tasa de 10 años hasta el nivel de 0,50% anual. Si el mercado llevase la tasa de 10 años de Japón a ese nivel, el BOJ intervendría comprando el bono de Japón a 10 años y frenando de esa forma la suba en su yield. Antes, el nivel de intervención era de 0,25%: de ahí la lectura del mercado como evento hawkish.

Días atrás el BOJ aumentó el rango máximo de intervención de 0,25% a 0,50% generando presión en todas las tasas largas de las principales economías del mundo

De esta forma, nace una nueva preocupación para tasas largas a nivel internacional, en especial la tasa de 30 años de Estados Unidos, parámetro clave para valuar activos de riesgo. Si Japón abandonase la intervención de curva (YCC), todas las tasas largas a nivel global podrían subir. Y mucho. 

Nadie a esta altura sabe si lo hecho por el BOJ es solo el preludio al abandono definitivo en la estrategia de intervención de curva, lo cual implicaría que las tasas largas en Japón podrían correr todo lo que el mercado decidiese. Si eso llegase a ocurrir sería negativo para el mercado global de acciones.

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¿Por qué la decisión del BOJ impacta a las tasas largas de Estados Unidos y Europa? La decisión de Japón generó una apreciación inicial del yen cercana al 4%, lo que empezó a motivar una rotación desde bonos denominados en dólares y euros hacia soberanos japoneses (duration neutral) en búsqueda de lo que pareciera ser una renovada y duradera tendencia de apreciación del yen

Este éxodo (venta) desde bonos en dólares o euros hacia bonos en yenes generó un salto superior a 25 basis en la parte larga de la curva de Estados Unidos y Alemania, lo cual ha sido un movimiento muy agresivo que nadie tenía en el radar de cara al cierre de este 2022. Una posición que venía muy bien era estar largo la 30yr de EE.UU.: en menos de 20 días subió 55 basis, lo que equivale aproximadamente a un retorno de 11% negativo para el TLT (ETF que replica bonos largos estadounidenses).

Inesperadamente surgió una nueva preocupación para tasas largas a nivel internacional, en especial la tasa de 30 años de Estados Unidos, parámetro clave para valuar activos de riesgo.

Yendo ahora a la coyuntura de la economía de Estados Unidos, por el momento pareciera que la desinflación está en curso aun cuando la Fed nos esté diciendo otra cosa, en especial dados los pronósticos macroeconómicos que publicó en el FOMC (comité de política monetaria) del pasado 14 de diciembre. 

Es razonable en este sentido no descartar desaceleraciones fuertes de inflación en 2023. Aunque también hay que tener en cuenta que una economía no se desinflaciona de la noche a la mañana, por definición dicho proceso es lento y choca contra la permanente ansiedad del mercado financiero. Como concepto para tener en cuenta de cara al 2023: ningún pronóstico hecho por la Fed ni por los principales bancos de inversión estuvo ni cerca de predecir lo ocurrido en 2022, por lo que los nuevos pronósticos hawkish de la Fed para 2023 quizá también sean erróneos.

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De esta forma, el BOJ se suma al ECB (Banco Central Europeo) y a la Fed (Banco Central de Estados Unidos) en un año en donde los tres centrales han estado definitivamente hawkish (monetariamente restrictivos) rompiendo todo lo que pudieron. Y cuando el mercado no los escuchó lo volvieron a romper, evento que aconteció varias veces en el año. Estas rupturas en valuaciones de activos financieros tienen el propósito de generar un efecto riqueza negativo que frene al consumo y de esta forma contribuya a la desinflación.

Por lo tanto, sin ser trágica todavía pero sí dolorosa, la decisión del BOJ generó una suba de unos 25 basis en la parte larga para un mundo que hace un año viene sufriendo la restricción monetaria impartida por la Fed. De esta forma, a una Fed y a un ECB hawkish en 2022 se le suma ahora un BOJ restrictivo también, con los tres bancos centrales más importantes del mundo enviando una señal muy fuerte al mercado: "No queremos que suba todavía el mercado de acciones globales dado que ello generaría un efecto riqueza positivo que fortalecería al consumo y con ello contribuiría a exacerbar las actuales presiones inflacionarias"

De cara a 2023, con respecto a la 30yr en EE.UU. (y a pesar de todos los riesgos involucrados) pareciera tener sentido no imaginarla sobre 4% en promedio a la luz de una economía que se desacelerará fuertemente; pero en simultáneo pareció exageradísimo el rally que se pegó Wall Street en menos de 45 días llevándola a niveles de 3,40%. Actualmente opera cómoda sobre 3,95%. En adelante, sería razonable imaginarla operando sub-4%. Cuánto más alta o menos, dependerá de qué tan recesivo resulte 2023. 

Se nos fue un 2022 muy hawkish, dominado por una obsesión inflacionaria desde la Fed. Y comienza un 2023 que en algún momento probablemente mutará a dovish (monetariamente laxo) que daría lugar a una potencial obsesión recesiva. En síntesis: se viene otro año muy dominado por la macro. Para acciones globales, el 2022 terminó siendo el año en donde el mundo pagó los costos de la pandemia.

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