Psicología de las estafas financieras: cómo manipulan tus emociones para sacarte dinero

Cuando observamos detenidamente todos los distintos tipos de estafas que existen, nos damos cuenta de que la mayoría de ellas siguen un patrón común que se puede dividir en tres etapas clave: contacto, comunicación y pago. Comprender la anatomía psicológica de una estafa es esencial para protegerse contra ellas y evitar caer en sus redes.

En la primera etapa, los estafadores se dirigen a sus víctimas de maneras ingeniosas y diseñadas para hacerles creer una mentira. Para lograrlo, adoptan identidades ficticias que pueden variar ampliamente: desde funcionarios gubernamentales, empleados del banco y expertos financieros hasta referidos familiares. Utilizan la realidad para que el contacto sea creíble y usted no desconfíe, enmascaran datos reales a través de intenciones delictivas.

Entre las formas de contacto comunes se encuentran los correos electrónicos de phishing, que buscan obtener información personal, éste es uno de los métodos preferidos para los estafadores, ya que les proporciona un medio económico y escalable para comunicarse. 

Otro método similar son las redes sociales y apps de citas, donde los estafadores se infiltran en la vida personal de sus víctimas. Esto les permite acceder a datos personales que pueden utilizar en su contra o para engañar a familiares y amigos.

Las estafas también han sucumbido a la transformación digital, los delincuentes han sofisticado sus medios para acechar por todos los espacios de la web. Sin embargo, se aferran a un modelo de estafa que sigue lamentablemente dando frutos, y éste es la estafa telefónica. 

¿Por qué funciona? Porque muchas de las víctimas al día de hoy carecen de alfabetización digital para operar 100% en línea, y utilizan los canales tradicionales para resolver muchas de sus gestiones financieras. Clientes que continúan renovando el plazo fijo en la sucursal, o que incluso toman préstamos de manera presencial o llamando al 0800 de su banco. El teléfono, tal como lo conocíamos hace unos años, sigue siendo utilizado por un importante grupo poblacional que es el objetivo de este estilo de estafas.

Aquí los delincuentes recurren a llamadas telefónicas para llevar a cabo una amplia variedad de estafas. Pueden utilizar mensajes de texto para enviar ofertas de premios, competencias falsas o avisos de alerta sobre problemas con su cuenta bancaria. No caiga; responder a estos mensajes puede resultar en cargos adicionales o suscripciones no deseadas. 

También pueden recibir una llamada telefónica directa a su número de celular o teléfono fijo, diciendo que llaman del banco o de su billetera virtual, que han encontrado movimientos inusuales en su cuenta, o que han intentado robarle la misma, hackearla o vaciarla. 

El propósito es ponerlo en alerta, que usted tema, y que frente a ese miedo se desplieguen una serie de procesos psicológicos que nublen su razón y potencien las emociones negativas como miedo, ansiedad y angustia.

Luego del contacto, llega la etapa dos: los estafadores despliegan una serie de estrategias psicológicas para ganarse la confianza de sus víctimas y convencerlas de que su estafa es legítima. 

Entre los recursos de los estafadores se encuentran convincentes para lograr sus objetivos, uso de información previa para hacer creer que ya han tenido contacto antes. Siempre buscan generar confianza, juegan con las emociones de sus víctimas, ya sea prometiendo ganancias, generando ansiedad o creando una sensación de temor-urgencia.

Son hábiles manipuladores, su estructura psicológica les permite hacer este tipo de tareas sin sentir culpa, remordimiento o empatía con quien esté del otro lado. Buscan robar su dinero de manera despiadada y no tendrán ningún tipo de límite en fingir, mostrarse afectuosos, respetuosos o incluso manipular la situación de tal manera que parece que están haciéndonos "el favor de nuestra vida".

Finalmente, después de una estrategia psicológica-psicopática llega el cierre de la operación, tienen que lograr el objetivo: que usted envíe dinero, que saque dinero de su cuenta o de su tarjeta de crédito. Pueden pedir que les transfieran el dinero a una cuenta, por su seguridad, pueden pedirle los números de su tarjeta de crédito o pueden solicitarle que se dirija al cajero automático y realice una operación de transferencia. Los estafadores aceptan diversas formas de pago, incluyendo tarjetas de débito precargadas, tarjetas de regalo, moneda virtual como Bitcoin y más.

Siempre cualquier solicitud de pago a través de métodos inusuales es una señal de alerta, como así ya a esta altura debe considerarse cualquier llamado de número desconocido solicitando datos, una señal de alarma. Antes de transferir dinero de su cuenta o realizar un pago, tómese un momento. No se apure, baje sus pulsaciones y verá cómo puede de esta manera evitar una decisión emocional basada en el pánico y la manipulación.

La próxima vez que alguien lo contacte con una oferta que parece demasiado buena para ser verdad, recuerde este análisis y mantenga su guardia en alto. Ante la duda, corte la comunicación y pida ayuda a ese familiar o amigo que domina las finanzas digitales, llame a su banco o billetera virtual. Recuerde que nadie va a llamar nunca para pedir ningún dato; en temas de dinero las llamadas las hace usted.

Tome el firme control de su teléfono, domine las competencias financieras y digitales porque esa es su arma definitiva para proteger su dinero. El conocimiento nos hace libres.

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