Opinión

¿Por qué fracasan los M&A? El factor humano, la variable subestimada en las fusiones y adquisiciones de empresas

El mundo corporativo tiene grandes desafíos y entre los más complejos se encuentran las fusiones y adquisiciones (M&A) de las compañías. Aunque se presentan como oportunidades para expandir negocios y optimizar operaciones, entre el 70% y el 90% de estos acuerdos no logran cumplir con las expectativas iniciales. Esta tasa de fracaso preocupa a los ejecutivos y subraya una verdad incómoda: la integración exitosa de las empresas no solo depende de las finanzas, sino, en gran medida, de cómo se gestionan los factores humanos.

Dentro de los errores más comunes en un M&A está el subestimar la importancia del capital humano y el impacto de una falta de estrategias de gestión de talento en estos procesos. La ausencia de esta es responsable de que casi la mitad de los acuerdos no alcance sus objetivos. Por ejemplo, la retención del talento crítico es fundamental en un M&A, sin embargo, solo el 60% de este talento se mantiene en la empresa entre 18 y 24 meses después del cierre de la transacción, impactando negativamente en la moral de la organización y los resultados esperados del acuerdo.

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El verdadero valor de una fusión o adquisición radica en su gente. Por eso, es fundamental proponer un enfoque integral que coloque el talento en el centro de la estrategia. Para lograr un éxito sostenible, es esencial adoptar prácticas que identifiquen y retengan al talento clave, pero también fomenten una integración cultural que potencie las sinergias entre ambas organizaciones.  

Otro aspecto importante es la preparación. Antes de cerrar un acuerdo, es vital realizar una evaluación preliminar para determinar si la transacción vale la pena y más relevante, si se cuenta con los recursos humanos adecuados para llevarla a cabo. Incluir un análisis exhaustivo de la cultura organizacional, la gestión del talento y las compensaciones puede contribuir a minimizar el impacto en el talento.

Una vez que el acuerdo está en marcha, la planificación para el "Día 1" se convierte en el pilar de esa integración. Este día no solo marca el inicio de una nueva etapa, sino que establece las bases para la continuidad del negocio. La retención del talento crítico, la alineación cultural y la comunicación efectiva son esenciales para garantizar que la transición sea fluida y que la empresa mantenga su rumbo.

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Luego, los primeros 100 días son cruciales para integrar la compañía adquirida desde una perspectiva empresarial y cultural. Durante este período, es importante movilizar recursos y ejecutar un plan claro que permita alcanzar el valor deseado de la transacción. Pero la mirada no debe detenerse allí. La mejora del rendimiento a largo plazo, que se extiende más allá de los primeros tres años, depende de la capacidad de la organización para alinear su estrategia de capital humano con la estrategia de negocios general.

Las fusiones y adquisiciones exitosas son aquellas que reconocen el poder del talento y la cultura organizacional. No son simplemente transacciones financieras; son transformaciones organizacionales que requieren una atención meticulosa a cada detalle de las personas que conforman la compañía. A través de un liderazgo comprometido y una planificación rigurosa, es posible alcanzar y superar las expectativas, asegurando un futuro próspero para la nueva entidad resultante.

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