Si el mandato económico con el que Javier Milei comenzó hace dos años su Presidencia pasaba por eliminar la inflación, como él mismo reconoce, el inicio de la segunda mitad de su gestión trae consigo un pedido social por avanzar en un crecimiento de la actividad que dinamice a los diferentes sectores, de manera que incremente el nivel y la calidad del empleo más allá de los pilares que representan hoy rubros tales como el energético, el campo, la minería y la economía del conocimiento.
Un estudio elaborado por D’Alessio IROL/Berensztein de manera exclusiva para El Cronista muestra que las elecciones legislativas renovaron, por lo menos entre los votantes oficialistas, la expectativa respecto de que el año próximo se produzca una mejora de una economía que desde febrero pasado, cuando detuvo su recuperación, se mantuvo en un valle para muchos sectores, en particular para aquellos ligados al consumo interno.
Con la particularidad de que el relevamiento también mostró una renovación de los plazos para lograr esa meta. Y es que si bien tres de cada cuatro encuestados que eligieron a candidatos de La Libertad Avanza el 26 de octubre pasado aguardan que la recuperación del consumo interno llegue en 2026, la mayoría de quienes le dieron su voto de confianza a Milei espera que ese momento se produzca recién una vez atravesado el primer semestre.

Quizá por la progresiva recuperación del crédito, que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, resaltó en el caso de los hipotecarios –“Tuvieron un aumento de 386% desde 2023″, dijo- al celebrar los dos años de la administración mileísta. Y por los tiempos parlamentarios, a la espera del resultado del paquete reformista que recién comienza a debatirse en el Congreso.
Es allí donde el Gobierno apuesta a destrabar el combustible del consumo, con la reforma laboral para facilitar la contratación de trabajadores formales en el sector privado, cuyo número hoy se encuentra por debajo del que registraba hace una década. También con el proyecto de “Principio de Inocencia Fiscal” que, finalmente, logre movilizar los dólares que permanecen bajo el colchón.
Y con la reforma tributaria que plantea para simplificar el sistema eliminando algunos impuestos y bajando otros, lo que liberaría recursos como buscó, además de divisas, con el campo y el nuevo recorte a las retenciones a los cereales, que según la consultora Equilibra mejorará 6% la capacidad de pago del productor y devolverá al terreno positivo la brecha con el arrendamiento rural. Una acción que podría replicar con la industria.
Sumar billetes a los bolsillos para poner en marcha el círculo virtuoso en el que una mejora de ingresos aumente el consumo, eleve la producción y atraiga nueva inversión. El mandato para lo que viene.
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