

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry tiene una frase que encaja perfecto como introducción: "Lo esencial es invisible a los ojos."

Cuando se habla de la economía argentina, la mayoría piensa en el campo, en la industria automotriz, en textiles o calzado. Son sectores visibles, palpables, que generan titulares y debates políticos. Pero hay otro jugador silencioso, que rara vez aparece en las tapas de los diarios, y que sin embargo tiene un peso enorme en la generación de empleo, exportaciones y salarios de calidad: los Servicios Basados en el Conocimiento (SBC).
Los SBC son un conjunto de actividades intensivas en talento y formación. Hablamos de consultores, abogados, contadores, ingenieros, publicistas, programadores, investigadores, diseñadores, especialistas en audiovisual y cultura digital, entre otros. En los papeles, figuran como un rubro más en las estadísticas oficiales. Pero en la práctica, constituyen uno de los motores más dinámicos de la economía moderna argentina.
Veamos números. Según datos del Observatorio de la Economía del Conocimiento (ex Ministerio de Producción, 2022), los SBC daban empleo formal a casi 492 mil personas, lo que equivale a un 7,4 % del empleo privado registrado. Y si se suman monotributistas, freelancers y no registrados, la cifra trepa a un millón de trabajadores. Dicho de otro modo: los SBC emplean más gente que sectores completos como textil y calzado juntos, que representaban alrededor del 5 % del empleo privado. Sin embargo, pocos saben de este peso específico.

Otro dato clave: no solo dan trabajo, sino que lo hacen en actividades de alto valor agregado. El salario promedio de los SBC es superior al promedio de la economía, con picos en software y en investigación y desarrollo, donde los sueldos pueden ser hasta un 40 % más altos que la media. Y al mismo tiempo, son un motor exportador: en 2024, las exportaciones de SBC alcanzaron los 8.900 millones de dólares, ubicando al sector como tercer complejo exportador del país, detrás del agro y la energía.
¿De qué se componen los SBC?
A grandes rasgos, tres grandes bloques:
Los Servicios Empresariales, Profesionales y Técnicos (SEPT) -consultoría de gestión, servicios jurídicos y contables, arquitectura e ingeniería, publicidad e investigación de mercado- que concentran alrededor del 70 % del empleo SBC.
Los Software y Servicios Informáticos (SSI) -desarrollo, consultoría IT, soporte tecnológico- que aportan casi un 30 % del empleo SBC, y son los que más crecieron en los últimos 20 años.
Y un rubro más chico pero significativo, los Servicios Audiovisuales (SAV) -cine, televisión, contenidos digitales-, con un 2 % del empleo SBC, que pese a los golpes de la pandemia ya volvieron a crecer.
Lo interesante es cómo este sector, muchas veces "invisible" en la narrativa económica, se reinventó en cada crisis. Durante la pandemia, mientras fábricas cerraban o suspendían personal, los SBC aceleraron la adopción de trabajo remoto y aprovecharon la digitalización global para exportar más servicios. Lejos de quejarse de la tecnología, la hicieron propia: la nube, la automatización y hoy la inteligencia artificial no destruyeron empleos, sino que multiplicaron oportunidades de negocio y de profesionalización.
En definitiva, los Servicios Basados en el Conocimiento son los invisibles que mueven la economía. No ocupan espacio físico como una planta textil ni llenan camiones como una cosecha de soja, pero generan valor, empleo de calidad y divisas. En un país que necesita dólares y trabajo formal, mirar con más atención este sector puede ser la diferencia entre repetir viejas recetas o apostar de lleno al talento argentino.











