El huracán Zelenszki: ¿estamos ante un nuevo Che Guevara?
En el primer conflicto armado transmitido prácticamente por streaming, el ucraniano ha optado por combatir al enemigo con sus redes sociales. Y ha logrado mover a Occidente de la indiferencia a la primera linea de defensa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no tiene manera de ganar la guerra en la que ha entrado a instancias de la Rusia de Vladimir Putin. Aunque, de alguna forma, tampoco la perderá del todo.
La resistencia que el excomediante de 44 años está mostrando frente al poderío militar de su ambicioso vecino ha despertado la solidaridad de casi todos los gobiernos de Occidente, y su intransigencia ante la invasión, además de aglutinar a sus compatriotas detrás su liderazgo, mueve en todo el globo la simpatía hacia su figura.
Al igual que la operación militar desatada el 24 de febrero por Moscú, Zelenski parece marcar una suerte de nuevo "cambio climático". El revolucionario menos pensado llevó la ficción a la realidad cuando en 2019 ganó la presidencia de Ucrania con el 73% de los votos y una plataforma de campaña basada en una parodia que él mismo protagonizó.
En el primer conflicto armado transmitido prácticamente por streaming, el ucraniano ha optado por combatir al enemigo con sus redes sociales, desde las que llama al pueblo a las armas y reasegura su disposición a permanecer en el país hasta las últimas consecuencias.
La guerra en primera persona: lo que aprendí de Ucrania y Volodímir Zelenski en una cena
La potencia de este joven judío -que bien podría ser de Villa Crespo pero nació en una pequeña ciudad a seis horas en auto de Kiev- ha sido tal que hizo a los estadounidenses aceptar precios más altos en el surtidor de naftas y a los alemanes prever un invierno frío al interrumpir el suministro de gas ruso.
El mundo parece encaminarse a aceptar cierto grado de sufrimiento por contarse en el bando de los justos. Por primera vez en décadas, su liderazgo instaló una división indiscutible entre "nosotros los buenos" y "ellos los malos". Podríamos aventurar que no está lejos el día en que veamos jóvenes reemplazando al Che Guevara por Zelensky en sus remeras.
El impacto del mensaje fue tan profundo que ya hay más de 200 empresas de Europa y los Estados Unidos reevaluando sus actividades en Rusia, desde McDonald's hasta Shell. De hecho, el permanecer impávidos ante la catarata de sanciones que se dirigen a Rusia es prácticamente una vergüenza universal.
Más allá de la fuerza militar de cada país, el mundo es otro. Ahora, los líderes políticos y empresariales juegan con nuevas reglas. Muchas de estas normas las escribe el mismo Zelensky con cierto tono romántico en su marcha a lo que parece una inevitable derrota militar.
Al impertérrito Vladimir Putin seguramente no le hace ninguna gracia que un cómico de oficio le plante bandera y mueva a la OTAN más allá de lo que establece su propio acuerdo marco, complicando su plan original.
Chris MB
¿Qué dice?
El Che Guevara fue autoritario. Zelensky es demoocrático.