Zoom editorial

Dolarización, volatilidad, manta corta y un ancla que espera en Washington

El resultado de las elecciones primarias realizadas el último domingo agregó un componente de incertidumbre al mercado que se vio potenciado en las últimas horas.

Si bien el escenario de tres tercios era una posibilidad, casi ningún analista ni encuestadora anticipó que sería Javier Milei el candidato más votado. El hecho cambió el foco de atención en el mercado y los diferentes agentes económicos sobre el presente y lo que podría ocurrir a partir del 10 de diciembre.

En particular, luego de los anuncios de política monetaria que lo secundaron en línea con el reclamo del Fondo Monetario Internacional, del que se espera que concrete los desembolsos del préstamo la semana próxima, viaje del ministro-candidato Sergio Massa de por medio. 

Pero también, a partir del impacto de las propuestas que el postulante de La Libertad Avanza desgranó durante las últimas dos jornadas. Entre ellas, la idea de avanzar con la eliminación del Banco Central y la aplicación de una dolarización que, según explicó tanto él como su potencial ejecutor de esa tarea, el economista Emilio Ocampo, implicaría atender pasivos por u$s 40.000 millones y avanzar en un proceso similar al de El Salvador a lo largo de por los menos dos años, aún sin el aval del Congreso para llevarlo a la práctica. Con un punto de paridad inicial que muchos calculan en cuatro cifras.

Desde que el lunes se anunció la devaluación del 22% en el dólar oficial mayorista para fijarlo en $350 hasta el 30 de octubre y el incremento de 21 puntos en la tasa de interés, el Banco Central comenzó a tener un saldo favorable en sus operaciones y sumó 463 millones de dólares a sus reservas. 

Pero el sector privado entendió que se trata de una manta corta y, en consecuencia, la economía se movió nominalmente hacia arriba, con fuertes remarcaciones de precios en algunos casos, parate de ventas en otros y suba del dólar blue, en particular, aunque también de los financieros que ya superaron el guarismo de suba marcado por el oficial.

Como consecuencia de ello, el Gobierno buscó acelerar el anuncio de acuerdos de precios con alimenticias para evitar un doble impacto: el social y el financiero. Si la inflación de agosto y septiembre supera los dos dígitos, los reclamos gremiales de reapertura de paritarias se agudizarán, como lo demostró ayer el encabezado por camioneros y bancarios. Pero también esa suba del IPC podría dejar al tipo de cambio más apreciado que el previo a las PASO, lo que retomaría el reclamo del Fondo. 

Encontrar un ancla que reduzca la volatilidad resulta clave. Y en este momento, parece que solo se la puede hallar en Washington.

Temas relacionados
Más noticias de dolarización
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.