En febrero de 1985, Raúl Alfonsín atravesaba uno de los momentos más delicados de su Presidencia, con una inflación que rompía estadísticas, inversiones en baja, problemas con el déficit fiscal, deuda externa elevada y argentinos corriendo a comprar dólares ante la pérdida de valor del peso.

Para afrontar esa delicada situación, decidió desplazar a Bernardo Grispun del Ministerio de Economía y nombrar en su lugar al por entonces secretario de Planificación Juan Vital Sourrouille.

El nuevo ministro desembarcó en el Palacio de Hacienda con un plan de shock, considerado heterodoxo, y un nuevo equipo. Pero el resultado inicialmente exitoso en el control de la inflación y el déficit fiscal, derivó en un fracaso tres años después que forzó un cambio de programa y marcó el preludio de la salida de Alfonsín del Gobierno en 1989.

La revisión de la historia económica encuentra puntos en común entre aquel momento con la situación actual que atraviesa el país y no solo por el contexto que se vivía por entonces. El plan Austral, recordado por el desagio y la quita de tres ceros al peso para crear una nueva moneda, entre otras cosas, tuvo también algunas medidas similares a las que se pueden apreciar hoy, tales como las retenciones (en ese momento se aplicaba un 30% al agro y 20% a la industria) y un fuerte control de precios, con tarifas congeladas y listas de valores máximos para productos de la canasta básica.

En aquel equipo económico se observaba la figura de Roberto Lavagna en la Secretaría de Industria, luego su primera experiencia en la función pública durante el último gobierno de Juan Perón. Y también asomaba un joven subdirector de Asuntos Jurídicos de Economía, nada menos que el actual presidente Alberto Fernández.

Hoy la inflación está lejos de aquella híper que angustiaba en los 80. Pero con un ritmo de 3% mensual alimenta las preocupaciones de la sociedad y tira abajo las expectativas. Los inversores no tienen a la Argentina en su radar, el déficit fiscal se redujo de la mano del recorte del gasto Covid y el impacto de la inflación en las jubilaciones y el salario estatal, aunque proyecta aumentar en el segundo semestre por la mayor asistencia preelectoral. La deuda con el FMI espera un acuerdo que postergue vencimientos y los argentinos siguen ávidos de dólares.

Porque aunque el tipo de cambio oficial se mantiene presionado por el cepo, no faltan quienes buscan las divisas en el mercado informal para proteger sus ingresos, cuyo poder adquisitivo se erosiona con la inflación. El resultado de ello es un dólar blue en alza que a valores actuales, según un trabajo realizado por la consultora FMyA, se acerca al pico que mostró tras la fuerte devaluación de 2002.

Ya no hay australes ni tampoco el propio Sourrouille, quien falleció luego de atravesar una delicada enfermedad. Hoy un ex funcionario suyo tiene la responsabilidad de gobernar el país y que la crisis no quede como la huella de su mandato.