¿Cómo sale Milei del cepo con menos exportaciones y con la soja en caída?
El Gobierno, los empresarios y los analistas económicos coinciden en que hay que salir del cepo. La pregunta entonces es ¿por qué el cepo sigue? La respuesta, según los mismos protagonistas, es lapidaria: hoy es imposible salir.
Una de las causas, tal vez, hay que buscarla en un cálculo fallido. Es que en el Gobierno estaban entusiasmados con exportaciones para 2024 por u$s 90.000 millones. Sin embargo, la caída del precio de la soja, sumado a la menor cosecha de granos, convertirá al número estimado, en una cifra menor. Los analistas calculan que las ventas externas llegarán a los u$s 80.000 millones.
En julio, el intercambio comercial dejó un superávit de u$s 1575 millones, el cual revirtió el resultado deficitario de u$s 700 millones de igual mes del año pasado, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y publicó NA. Este resultado se obtuvo luego de que las exportaciones sumaran u$s 7221 millones, un 19% más que en igual mes del año pasado, contra importaciones por u$s 5645 millones, con un retroceso del 16% interanual.
El acumulado entre enero y julio dejó un saldo favorable de u$s 12.262 millones, frente a un déficit de u$s 5193 millones de igual período del 2023, año signado por la sequía y una mayor importación de combustible.
Sin embargo, la mejora en la balanza comercial no alcanza para engrosar las reservas a tal punto que el Gobierno pueda salir del cepo. De hecho, una demanda de dólares liberada por una salida abrupta del cepo tiene varias aristas. En primer lugar, el pago de utilidades al exterior, seguido por la deuda de las empresas con sus casas matrices y con los proveedores. A esto se agrega la formación de activos externos y el dinero que puede pasar de los depósitos a la vista o plazos fijos a dólares. Un combo que la Argentina no parece poder afrontar hoy y que, además, puede converger en un tipo de cambio en la relación peso-dólar, ridículo.
En palabras del ex subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi, "el Gobierno parece privilegiar como único objetivo la baja de la inflación a niveles cercanos al ritmo del crawling peg que avanzar hacia una liberalización gradual y consistente del cepo cambiario que permita potenciar el funcionamiento de la economía. El problema es que dilatar ese proceso tiene un costo en términos de actividad y de la capacidad de acumulación de reservas del BCRA, en un contexto donde los inversores empiezan a ver con algo de preocupación los vencimientos de deuda de 2025 y la capacidad de refinanciamiento del Gobierno dado los niveles actuales de riesgo país y la falta de acceso a los mercados".
La historia reciente dice que el cepo se impuso en 2011 cuando Axel Kicillof era ministro de Economía de Cristina Kirchner. Macri ganó las elecciones y en menos de tres meses lo eliminó, pero terminó su mandato más endeudado y nuevamente con cepo. Alberto Fernández transitó todo su gobierno con cepo y ahora Javier Milei, que a pesar de prometer terminar con el cepo, todo indica que, por ahora, lo mantendrá.
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