Por la brecha cambiaria hay un mercado paralelo de proyecciones para 2021

Las estadísticas nos están mostrando las fotos de agosto y septiembre. Lo que muestran las cifras es que hay la recuperación se mantiene, pero con un sesgo visible: se está desacelerando porque la coyuntura se volvió inestable.

Hasta un mes atrás, el origen de este impacto provenía esencialmente del Covid y de la manera en que las restricciones de la cuarentena afectaban a cada sector de la economía. Los que nunca pararon, como los bancos, siguen exhibiendo números positivos, mientras que los que no pudieron volver a funcionar, como los hoteles y buena parte del transporte de pasajeros, al día de hoy arrastran las caídas más significativas.

Según Ecolatina, la velocidad de la recuperación en el bimestre mayo-junio dio 8,3% en promedio. En julio-agosto, descendió a 1,4% mensual. Pero ese shock que causó la reapertura inicial de varias actividades productivas tras la parálisis de marzo y abril, no se repetirá en la etapa final del año. Lo que si sucedió es que el rebrote que hubo en varias provincias en las últimas semanas hizo dar marcha atrás con algunas habilitaciones y eso produjo menor actividad. Este factor compone lo que denominamos la inestabilidad sanitaria.

Lo que empezó a aparecer con fuerza en las últimas semanas es la inestabilidad cambiaria, transparentada por el enorme crecimiento entre la cotización del dólar oficial y los dólares financieros. Ante una demanda creciente de divisas de parte de ahorristas y empresas, el Gobierno decidió endurecer el cepo. Pero el resultado fue el contrario: se aceleró la salida de depósitos en dólares y la dolarización de activos creció a mayor ritmo. Con reservas en baja, el debate sobre qué rumbo tomar se instaló dentro del Gobierno, que finalmente decidió dejar el diseño de la estrategia en manos de Martín Guzmán.

El ministro de Economía consideró que parte de las restricciones impuestas por el BCRA eran causantes de la brecha, y por eso desarmó algunas de ellas, buscando facilitar el arbitraje entre los dólares financieros. Pero hasta el momento ninguna ha logrado revertir la desconfianza que genera la situación. El presidente Alberto Fernández aseguró que el Gobierno no tiene intención de devaluar ni de afectar los depósitos en moneda extranjera de los ahorristas. Pero el precio del blue hace que muchas empresas y analistas perciban que la distancia entre estos precios es inmanejable.

Las consultoras no se animan a poner en el papel sus peores presagios. Pero varios economistas toman como altamente probable que en el último bimestre puede haber un episodio cambiario. "Nadie va a poner en las proyecciones que manda al REM que va a haber una devaluación", dice uno de ellos. Pero el mensaje a sus clientes es otro. Por esa razón, cada vez son más lo que no comparten la estimación de que en 2021 la economía va a tener un rebote cercano a 5%, como esperan el Gobierno e incluso el FMI. Varios pronósticos  anticipan que el siguiente podría ser el cuarto año consecutivo de caída económica.

El Gobierno promete un rumbo razonable. Pero para que lo sea tiene que llegar a él antes de que las reservas se evaporen.

Temas relacionados
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.