La inflación de enero es una golondrina que aún no hace verano

Enero mostró la inflación más baja de los últimos seis meses. La cifra que proporcionó el Indec se transformó en una de las escasas noticias agradables que recibió la economía estos días, después de todos los episodios vividos en torno a la deuda. El 2,3% se alejó de los números que habían planteado otras consultoras, pero ningún analista se animó a ponerlo en tela de juicio. Hubo observaciones metodológicas y dudas por algún número al interior del índice, pero no se expresó preocupación por el regreso a viejas prácticas impugnadas por la profesión.

Marco Lavagna, actual director del organismo estadístico, se preocupó por aportar información. Por eso se incluyeron notas aclaratorias en el informe del Indec, explicando cómo se habían computado variaciones puntuales de precios en diciembre y en enero. Hubo un segundo factor que le quitó sombras a la noticia, y es que el IPC que mide la Ciudad de Buenos Aires (distrito gobernado por el opositor Horacio Rodríguez Larreta) dio una variación de 2,4%, casi idéntica al promedio nacional.

Lo positivo del dato del Indec es que corta la inercia inflacionaria, algo que no sucedía desde julio pasado, ya que en agosto la devaluación post PASO se sintió de manera inmediata en los precios. Lo reconocen los mismos consultores que habían anticipado un posible aumento superior a 3% (el REM que procesa el Banco Central tenía anotado un promedio de 3,5%). Lo que no convalidan son las variaciones nominales: si la tasa de enero se mantuviera todo el año, podría llegar a 31,4%. Elypsis, por ejemplo, validó el cambio de tendencia pero cree que el 2020 terminará con inflación de 40%.

El dato preocupante es que el rubro más sensible de todos, Alimentos y bebidas, registró una variación de 4,7%, llegando a picos de 6%. Eso significa que la desaceleración no se sentirá demasiado en la canasta básica alimentaria que mide la línea de la población que está en la indigencia. La única región que tuvo un aumento menos pronunciado que el resto fue la Patagonia, con 3,7%.

Para el Gobierno, que se haya conseguido esta moderación por el cómputo en diciembre del aumento de las prepagas y del salario de los porteros, implica que la tendencia no está firme. Los acuerdos de Precios Cuidados parecen haber sido perforados, y deberán esforzarse para conseguir resultados mejores en febrero. Ayuda que el tipo de cambio está casi inmóvil, pero hay dos rubros que seguramente tendrán un ajuste en los próximos sesenta días, que son Educación (la paritaria docente está en plena discusión) y Combustibles.

En definitiva, se podrán tocar algunos botones más en los próximos meses para que no se superpongan aumentos indeseables. Pero lo que resta es habilitar el diálogo social para anclar expectativas. Ese paso, más allá de algunos pedidos de moderación a los gremios, todavía no está a la vista

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