La Argentina necesita un plan para contener la 'inercia' inflacionaria

Bajar las tasas, controlar el valor del dólar, utilizar el excedente del balance para el pago de deuda, ampliar la base monetaria... El combo de acciones que el titular del Banco Central, Miguel Pesce, contempla como parte de la política que prevé aplicar para los próximos años al frente de la autoridad monetaria supone transitar por un camino en el que cualquier paso en falso puede desbarrancar la principal misión que le transmitió el presidente Alberto Fernández: reducir la inflación y alentar el crecimiento de la economía.

En su visión, que también se encargó de hacer pública el propio jefe de Estado, la incesante suba de precios que sufre la economía argentina y el incremento de los salarios es parte de una "inercia", en la que la actualización de ambos ítems se basa en la inflación pasada.

Según esa lógica, los empresarios remarcan en la misma proporción que se mueve el IPC y los gremios elevan reclamos de aumentos en línea con el 54% que arrojó la inflación el año pasado.

Para los economistas que sostienen que la emisión es la variable a controlar, la teoría oficial se derrumba ante los hechos: el Gobierno avanzó este mes con un congelamiento de un gran conjunto de precios, tarifas y hasta el valor del dólar, sin embargo, las consultoras proyectan que la inflación de enero será similar a la de diciembre. Más aún, recuerdan que la emisión se aceleró desde los últimos días del gobierno de Mauricio Macri al presente.

Contra ello, Pesce remarcó en un reportaje brindado ayer a la agencia Bloomberg que la administración de Fernández relanzó Precios Cuidados, un programa que tras seis años de su puesta en marcha, ha significado casi una herramienta de marketing para atraer los clientes que buscan esos productos en los supermercados, pero que lejos estuvo de operar como un ancla inflacionaria o siquiera establecer valores de referencia, al menos por ahora. Además, recordó que el Gobierno dispuso para alimentar los bolsillos de trabajadores otorgar una suma fija, además de suspender la movilidad de jubilaciones y solo dar, por ahora, un bono a quienes perciben la mínima y a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.

Pero lo más relevante, entienden en la Casa Rosada, es concretar en una mesa de diálogo el acuerdo entre empresas, gremios y el Estado para que precios y salarios no se disparen y alimenten la "inercia" tan mentada. La pregunta que aún no tiene respuesta es si ese entendimiento será posible. Si las empresas están dispuestas a absorber el costo de una mayor presión tributaria ya aplicada y los trabajadores el de la pérdida de poder adquisitivo sufrida el año pasado, a cambio de mirar para adelante. ¿Hasta cuándo el dólar se podrá contener en los valores actuales sin exhibir un atraso cambiario? ¿Cuánto tiempo podrá estar congelado el combustible, mientras el petróleo sube? Cualquier mínimo movimiento cambiará la ecuación y la tensión dominará la escena.

Temas relacionados
Más noticias de Inflación
Noticias de tu interés