Las 6 señales de alerta para detectar a un jefe egocéntrico (y no sufrirlo)
Quienes ostentan sus cargos como una tarjeta VIP que les habilita ser maltratadores suelen ser una de las mayores fuentes de conflicto en los equipos de trabajo
En el mundo del trabajo, la lucha de egos suele ser uno de los mayores motivos de conflicto entre los miembros de equipos. Sucede que siempre hay algunas personas que intentan imponerse sobre los demás, quieren tener la razón y ostentan sus cargos conferidos como una tarjeta VIP que -según ellos- los habilita a malas prácticas, inclusive el maltrato.
Cuando un egocéntrico está desbocado suele ser imparable e implacable en sus niveles de contienda, agresividad y sometimiento hacia otras personas. Aunque no lo parezca, ese colaborador sufre por dentro de tal manera que busca formas poco ortodoxas de ser aceptado, integrado y contenido por el grupo.
Cuando el egocéntrico es el líder de la organización, su equipo directo necesitará una gran dosis de paciencia para encauzar sus desvíos emocionales. Es posible que a veces no se lo pueda hacer entrar en razón con ciertas cuestiones, aunque por lo general hay una tendencia a que la propia persona se da cuenta de que se excedió en su manifestación del ego, y suele intentar reparar algún daño o herida colateral que pueda haber dejado. Quizás no pida disculpas directamente, aunque intente acercarse en tono conciliador.
Para detectar si vivís con tu ego desplegado a tope todo el tiempo, y para comprender mejor las limitaciones de las personas egocéntricas que te rodean, revisá esta lista de los comportamientos más frecuentes:
- Crear una cultura de valores. Este aspecto es dejado de lado muchas veces por las empresas; sin embargo, cuestiones esenciales como el respeto, la inclusión, la equidad y la participación de todos en sus diferentes responsabilidades, son la base de una ética laboral puesta al servicio del resultado organizacional que se quiera obtener. Una buena forma de empezar a cultivar los valores es hacerlos visibles y transmitirlos en forma consistente, sobre todo con el ejemplo. También es saludable desafectar de la empresa a personas que van en contra de esta ética de valores, ya que hay que construir un clima interno más saludable.
- Trabajar la humildad al enfocar los objetivos de cada persona y alinearlos con un propósito mayor compartido. Un recurso sumamente útil es fomentar el valor de la humildad en todos los niveles del organigrama. Al hacerlo, las personas tomarán consciencia del impacto de sus acciones -positivas y negativas-, y cómo éstas determinan su contribución para el éxito. Este propósito general compartido abre la puerta a un entendimiento mayor, que permite conectarse mejor con lo que se quiere lograr. Así, el proceso fluirá con mayor sincronía, y se achicarán las oportunidades de que surjan luchas de egos.
- Valorar el esfuerzo y distinguir las habilidades individuales en función del resultado de equipo. El reconocimiento explícito de los logros y cómo éstos aportaron al éxito global es fundamental para estimular a los colaboradores con tendencia a desatar contiendas de egos. Los serena y les ayuda a ver que no sólo ellos fueron gestores de los logros.
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