
Inquieta, resolutiva y con una fuerte idea que pregona en sus redes sociales y a lo largo de esta entrevista: “Hacer, hacer y hacer . Florencia, más conocida como Floxie, trabajó durante 20 años para cinco líneas aéreas en el aeropuerto de Ezeiza. En el camino se puso a escribir un blog para ayudar a la gente con información útil sobre viajes, tuvo éxito, llegaron espónsores, renunció en agosto de 2018 y desde entonces se dedica al trabajo de sus sueños (y el de muchas otras personas): viajar por el mundo contando sus experiencias.
“Nadie me regaló nada y resigné muchas cosas para lograr mi objetivo: animarme a emprender a mis 43 años, después de tantos años de trabajar en relación de dependencia. Cuando renuncié, cubría lo básico económicamente, pero me la jugué porque creía en mí. Me salió bien, pero también sé que tengo la capacidad de reinventarme si las cosas no funcionan , cuenta Floxie desde su casa en el barrio porteño de Villa Crespo, con una agenda que no para entre viaje y viaje.

¿Cómo combinabas tu trabajo en el aeropuerto con el de ser blogger de viajes?
Era un tema, porque trabajaba full time en una línea aérea y era difícil combinar ambas cosas. Durante mucho tiempo hice las dos cosas a la vez y estuvo buenísimo, pero fue muy desgastante. Llegó un momento en que tuve que decidir entre seguir con el blog y las redes o la aviación, porque empecé a ser cada vez más popular y conocida, me llamaban de radios, la tele, los viajes de prensa.
Siempre usaste una careta para ocultar tu identidad, ¿en qué momento te empezó a pesar como para sacártela y mostrar tu cara?
La careta me protegía, me daba tranquilidad en mi trabajo. La usaba porque en ese momento trabajaba en British Airways y las políticas de uso de redes sociales de sus empleados eran un poco estrictas. Para no tener problemas, elegí un avatar y le puse de nick Floxie, que era el nombre que usaba en ICQ. Estaba buenísimo porque la gente iba al aeropuerto y se divertía tratando de descubrirme. Me pasó en el mostrador que sólo por hablar alguien me preguntó: “¿Vos sos Floxie? . Me empezó a pesar cuando empecé a pensar en vivir seriamente de esto. Estaba limitadísima con la careta, siempre sonriente y maquillada, sin expresar muchas emociones más allá de lo que pudiera escribir. Para salir en videos y en tele estaba al horno. Necesitaba mostrarme más yo, quién era y cómo era. También me molestaba en los viajes de prensa, que digan de sacar una foto y yo tener que salir corriendo a buscar la careta. Me acuerdo en un viaje a Río, con 18 influencers, tuve que firmar un permiso para que me filmen y entré en pánico porque obviamente no podía mostrar mi cara.
¿Cómo viviste el proceso de unmasking?
Ya me había consolidado bastante con la gente que me seguía. Siempre fui honesta conmigo misma y con ellos, por eso pensé que lo mejor era sacarme la careta. Hacía poco había viajado a Islandia, que me dio todas las respuestas que estaba buscando. Es un lugar tan despojado de todo, donde están la naturaleza y vos cara a cara. Ahí me dije: “Si quiero vivir de esto, de acá a un año lo voy a lograr . Pedí consejos a amigos y hasta hice encuestas en Instagram. El 31 de diciembre de 2017, era la tarde y me sentía súper molesta. A las 23.30 programé una foto con un texto re largo diciendo que esta era yo, que no podía seguir más con la careta y quería empezar una nueva etapa. Para mi sorpresa, la respuesta fue tan positiva que tuve como 6.000 likes y 1.200 comentarios con buena onda. Fue súper liberador. A partir de ahí me enfoqué en conseguir mi objetivo, que era vivir de esto. En agosto de 2018, 8 meses después, renuncié a mi trabajo en el aeropuerto para irme de viaje a Europa por tres meses.

¿Cómo manejás el trabajo con las redes sociales y estar todo el tiempo conectada?
Lo disfruto mucho porque el feedback de la gente es muy lindo, pero lleva muchísimo tiempo. A veces durante un viaje llego al hotel y me quedo dormida con el teléfono y la computadora a las 5 de la mañana, editando fotos y videos. En Japón me pasaba con el cambio de horario: por ahí eran las 4 de la mañana allá y yo me ponía a subir fotos e historia porque la gente estaba despierta acá. No me quejo, lo amo, pero sí es muy demandante. En los viajes no me puedo relajar del todo porque siempre tengo la necesidad de compartir con la gente y que lo disfruten conmigo, hasta cuando me voy de vacaciones. Esto me ha traído problemas con exparejas y familia, pero es mi laburo y lo disfruto.
¿Te considerás una influencer?
Es una palabra con la que me terminé amigando: al principio no me gustaba porque me parecía muy fuerte y tiene hasta una connotación negativa porque salieron muchos vendehumo. Mucha gente hace quedar mal al influencer, porque van y manguean en forma desmedida. Y no es así: uno tiene que hacer un laburo bueno y demostrar que realmente tiene una comunidad real con la gente. La palabra está un poco estigmatizada, pero ya me amigué y de hecho he comprobado que lo soy. Creo que influyo en la gente porque lo que muestro es real. Lo más valioso que tengo es mi autenticidad: lo que muestro es porque lo disfruto y sólo trabajo con marcas que consumo. Muchos me dicen que soy como la vecina de al lado, porque no estoy en pose. La gente cree en mí y en lo que hago. Hay una imagen falsa de que sos influencer, viajás por el mundo, ganás plata y te mandan productos. Todo parece sin esfuerzo, pero la realidad es que lleva muchísimo tiempo. Tengo 43 años y estuve preparándome para esto 20: recién los últimos 5 me llevaron adonde estoy.
¿Cómo te llevas con los haters? ¿Te tomás el tiempo de responderles?
Si te enganchás con un hater a seguírsela, aumentás el nivel de violencia y de no diálogo, porque cualquier cosa que le digas no te va a escuchar. Entonces, los ignoro o los bloqueo. Si estoy de buen humor, les contesto algo que los descoloque. En su momento el anonimato me protegía, me daba mucho miedo la exposición porque las redes son muy crueles. Hay que estar preparado psicológicamente para recibir ataques, porque todo el mundo tiene trolls. Entiendo que lo que hago, vivir viajando, puede generar mucha envidia. Pero sé quién soy y lo que hago, no me engancho. Con el tiempo aprendí que los problemas de los otros son de los otros y no míos.

¿Cuánto hay de personaje y cuánto de Florencia en Floxie?
El éxito de Floxie es porque soy yo misma 100% todo el tiempo, aunque Floxie está mucho más empoderada que Florencia y se anima mucho más. Soy una persona introvertida y Floxie me da un traje de súperpoderes, de no tener vergüenza, de que no me importa nada, de que lo hago para entretener y divertir. En mi vida privada soy mucho más tranquila, no tan mandada. Cuando soy Floxie tengo la impunidad de salir y hacer todo. Es un poco bipolar el asunto, pero la realidad es que soy yo todo el tiempo. El hecho de decir estoy en modo Floxie es ir para adelante.
Quién es Sir Chandler, el gurú con los mejores trucos para usar millas y promos aéreas
En su blog escribe reseñas de viajes y aviones, y suma fanáticos como Manu Ginóbili. También lleva dos décadas al frente del sitio Cines Argentinos. En 2018 tomó 100 vuelos. Ahora prepara su primer libro, basado en su bitácora como pasajero frecuente.
El Mundo de Floxie
Su blog nació como una necesidad de expresión a partir de situaciones que veía trabajando en el aeropuerto de Ezeiza y que podrían haber tenido otra solución. En cinco años lleva 8 millones de visitas, con posteos que tienen más de 900 comentarios.
Hoy el contenido mutó más a las redes sociales y a contar los viajes en vivo a través de Instagram, donde tiene más de 65.000 seguidores. Lo monetiza a través de programas de afiliados, espónsores, campañas y acciones puntuales con marcas.
También, para diversificar, se perfila como speaker y brinda talleres de redes sociales.












