Mientras en Argentina todavía nadie se anima a dar una posible fecha de regreso a la actividad, además de Paraguay y Brasil, también Chile y Uruguay ya se preparan para retomar sus respectivos torneos de fútbol profesional. En el caso de los uruguayos, lo que ocurra allí servirá seguramente de modelo para las autoridades argentinas.

En Uruguay, con la pandemia relativamente bajo control, y luego de dar los primeros pasos hacia el retorno de espectáculos musicales y algunas disciplinas deportivas individuales, el país ya se camina hacia el retorno del fútbol profesional.

La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) dispuso la suspensión de su torneo de Primera División el 13 de marzo. Hasta ese momento se habían disputado solo tres fechas del Torneo Apertura, y en la previa del gran clásico local entre Nacional y Peñarol.

Cuatro meses después, los dirigentes de la AUF comenzaron a definir la forma del regreso. Aunque no surgió una fecha concreta, sí está la promesa del Gobierno de que el fútbol regresará no más allá del 15 de agosto.

El subsecretario de la Secretaría Nacional de Deportes, Pablo Ferrari, explicó a la agencia Sputnik que nunca se prohibió a las diferentes federaciones deportivas continuar con sus actividades, aunque sí se exhortó a suspenderlas preventivamente.

Aquella etapa fue definida como la Fase 1, recordó Ferrari. "Hoy con el fútbol estamos en la Fase 2, de 'medio contagio' al aire libre y pasando de los entrenamientos individuales a los entrenamientos grupales y con contacto", detalló.

Los clubes del fútbol uruguayo fueron habilitados entonces a retomar los entrenamientos colectivos "con contacto" el 6 de julio, y también, desde ayer pueden volver a jugar partidos amistosos.

Como en todo el mundo, el fútbol uruguayo regresará sin hinchas, y para los futbolistas la forma de llegar y salir de la cancha variará considerablemente.

Uno de los requisitos es que no se utilicen los vestuarios. Deberán cambiarse y ducharse en sus propias casas o en instalaciones que no compartan con otras personas.

Otro regla que deben cumplir los clubes es separar inmediatamente de los planteles a cualquier futbolista con sospecha de padecer Covid-19.

En tanto, si un equipo cuenta con cinco o más futbolistas con posible contagio, podrá solicitar que no se le fijen partidos.

Para asegurar el cumplimiento de este tipo de disposiciones, el protocolo compromete a cada institución a designar un oficial de cumplimiento, que tendrá la responsabilidad de garantizar las medidas de higiene y distanciamiento y que no haya infectados.

El nuevo reglamento prevé además que no habrá alcanzapelotas. Y para asegurar la fluidez del juego se dispondrá de pelotas de recambio detrás de los arcos y en el medio del campo.

Ahora falta definir cómo se completará el calendario de partidos, que todavía debe disputar 12 fechas del Torneo Apertura.

La idea es que se disputen todos los torneos previstos en el año, de forma que no se pierdan ingresos por derechos de TV.

Para cumplir con esos compromisos, los clubes manejan la posibilidad de añadir partidos entre semana, por lo que los equipos volverían a jugar cada tres o cuatro días.

EN CHILE TAMBIÉN

En tanto, las autoridades chilenas anunciaron ayer que clubes de fútbol profesional y deportistas de alto rendimiento podrán retomar sus entrenamientos.

El fútbol local también fue suspendido en marzo, y a principios de junio, los equipos fijaron un posible retorno a la actividad para fines de julio.

"Era una necesidad en términos de salud de nuestros y nuestras deportistas que durante ya muchos meses no estaban pudiendo tener la posibilidad de entrenar y con esto de no poder participar en competencias fundamentales", dijo la ministra de Deportes, Cecilia Pérez.

A nivel de fútbol, la medida favorece 18 clubes de las divisiones A y B, que están en áreas bajo cuarentena. A esto se sumarán 94 árbitros.

Chile, que suma más de 317.000 casos y más de 7000 fallecidos, empezó un ciclo de desconfinamiento en regiones con bajo número de casos.