¿Te abono con cripto? La moneda digital gana peso y busca meterse en la economía argentina
Consolidadas como medio de ahorro aunque golpeadas en su credibilidad, las criptomonedas buscan hacerse un lugar como alternativa de pago y, fundamentalmente, como protagonistas del universo de la 'economía real'.
Las persigue la mala fama. Si les toca ocupar las primeras planas, es por escándalos como el de $Libra, por estafas de tipo Ponzi o similares o porque alguna shitcoin se hundió en las profundidades luego de cotizar por los cielos. Y si aparecen en las redes sociales, detrás hay algún joven de pose canchera asegurando que cualquiera puede conseguir relojes Rolex y autos de alta gama con un par de movimientos financieros más o menos inteligentes.
Detrás de toda esa humareda informativa, las criptomonedas pelean por seguir ganando la confianza de los usuarios y de integrarse en los procesos económicos tradicionales como medio de ahorro, diversificación de patrimonio, operaciones transfronterizas, pagos, inversión y hasta acceso a servicios financieros por afuera de los bancos. "La tokenización de activos y la infraestructura blockchain están transformando procesos como la trazabilidad, los contratos inteligentes y la transferencia de valor sin intermediarios", ejemplifica María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMKT, uno de los exchanges pioneros de Latinoamérica.
La Argentina tiene una impronta de líder a nivel mundial: según el índice de adopción Chainalysis de 2024, ocupa el puesto 15, superada a nivel regional por Brasil (10), Venezuela (13) y México (14) "Las criptomonedas están integrándose en los procesos financieros y económicos reales, esto impulsado en su momento por la alta inflación y las restricciones cambiarias que están vigentes aún para las empresas o personas jurídicas", señala Ángel Brizuela, socio de industria financiera y de seguros de la consultora BDO en Argentina, quien asegura que para consolidar este camino hace falta "una economía más estable y seguridad jurídica para operar en un mercado muy volátil y de crecimiento exponencial".
"En Argentina la adopción llegó temprano de la mano de la necesidad: la inflación y la falta de acceso a la compra de dólares llevaron a la búsqueda de opciones de inversión como forma de ahorrar dinero y eso traccionó la compra de stablecoins y Bitcoin", coincide Lorena Fabris, head ambassador de Polkadot en Argentina, empresa que promueve la interoperabilidad entre diferentes blockchains.
Razones por las que sí
Más allá de la coyuntura macroeconómica que caracterizó las últimas décadas del país, otros factores ayudaron a mirar con cariño el universo de las criptomonedas. "Las personas son conocedoras de la tecnología y están ansiosas por usar nuevas herramientas y servicios, y hemos notado una impresionante penetración con nuestros lanzamientos globales", opina Andrés Ondarra, gerente General para Argentina y Cono Sur de Binance, la empresa más grande del mundo en términos de volumen diario de trading de criptomonedas, sobre el mercado argentino.
El camino recién comienza a transitarse y permanece en el ideario de numerosas personas la sensación de que se trata de una alternativa para convertirse en millonarios de la noche a la mañana. "Considero que, como ecosistema, debemos seguir trabajando en una mayor educación y en dar a conocer mucho más acerca de la visibilidad de los beneficios del uso de blockchain en general, y de criptoactivos en particular, aunque al mismo tiempo creo que hay más uso de cripto en general que lo que se ve", afirma Fabris.
Los beneficios que proponen los activos virtuales son múltiples. Javier Rosenberg, director de Negocios de Koibanx, fintech con una década de experiencia en la tokenización de activos en Latinoamérica, destaca algunos de ellos. Por un lado, afirma que las stablecoins ofrecen mayor velocidad, menores costos y más estabilidad frente a las monedas locales para el movimiento de dinero entre países. Que la tokenización de activos financieros optimiza su emisión y gestión y "democratiza el acceso a instrumentos de inversión que antes eran inaccesibles para muchas personas". Mientras tanto, la infraestructura blockchain "hace más eficientes y seguros procesos como la distribución de subsidios, los pagos digitales y los cobros automatizados".
"Las stablecoins ayudan a resolver desafíos financieros reales, especialmente en los mercados emergentes: ofrecen una versión más rápida, accesible y asequible del dinero fiat, igual de estable y segura", coincide Matías Alberti, Country manager del exchange Coinbase. "Serán el puente natural hacia una economía más abierta y eficiente, ya que ofrecen liquidez en dólares digitales sin los costos ni las demoras del sistema bancario tradicional, pero para que la adopción masiva ocurra de forma segura, los usuarios necesitan acceso confiable, reglas claras y una experiencia simple e intuitiva", aporta.
¿Me cobra, por favor?
Aún así, las criptomonedas parecen tener un talón de Aquiles: los pagos en el día a día. "No es que ya mismo en todos lados puedas comprar un café con Bitcoin sin que te miren raro -me gusta bromear que el día que pueda pagar una docena de facturas con satoshis en la panadería de la esquina, habremos llegado a la meta-, pero en ciertos ámbitos las criptomonedas como medio de pago están ganando terreno de forma notable.
¿Cómo está evolucionando este tema? "Existen en el mercado varias aplicaciones descentralizadas que permiten a sus usuarios gestionar sus criptomonedas para generar rendimientos y realizar pagos y que se integran con redes de pago electrónico, como Visa y Mastercard, que les permite disponer de tarjetas de débito y crédito virtuales o físicas no bancarias y que el pago sea con fondos cripto con un costo muy inferior al bancario: eso significa que puedo ir a cualquier negocio y que se debite el pago en pesos desde mi cuenta en cripto", explica Fabris.
"Cada vez más personas pagan en comercios con cripto, y más negocios están abiertos a aceptarlas: las cripto están empezando a resolver necesidades reales en contextos donde los métodos tradicionales no siempre funcionan", dice Mateo Moragues, responsable de Operaciones en SimpleFi, plataforma que tiende a simplificar los pagos con criptomonedas. "Los primeros en adoptar suelen ser los más innovadores o con un perfil más joven: cafeterías de especialidad, restaurantes modernos, bares, experiencias, turismo boutique, empresas tech, coworkings... No es una ola masiva, pero hay cada vez más interés", señala. En esa lista, Colombo agrega el número creciente de universidades que aceptan criptomonedas como medio de pago.
"Presenciamos cómo sectores tradicionales, como agro, farmacéutico y automotriz, usan stablecoins a diario en sus operaciones", dice Fabiano Dias, international business developer de Bitwage, plataforma especializada en gestión de pago de honorarios en criptomonedas con diez años en la industria. Destaca también la penetración en segmentos nativos tecnológicos, como el entretenimiento para adultos o las apuestas online.
Una tendencia que no tiene vuelto
"Hay empresas de todos los sectores incorporando la tecnología: marketplaces, empresas de turismo y videojuegos, donde el factor de privacidad e identidad digital resulta fundamental para proteger a las personas de los ataques de bots", sostiene Martín Mazza, gerente Regional de Tools for Humanity en World, una red que se centra en identidad, finanzas y comunidad para cada ser humano.
La empresa ofrece World App, una superapp con funcionalidades con pagos con criptos e integraciones con grandes plataformas a las que pueden acceder sus más de 25 millones de usuarios. World ID permite a las personas demostrar que son humanas sin revelar información personal y Worldcoin ofrece una herramienta para generar confianza: al verificar que los usuarios son personas reales, permite a plataformas, wallets y exchanges prevenir fraudes.
"Su aceptación como medio de pago se extiende, sea para pequeñas compras de usuarios particulares o incluso a nivel de payrolls corporativos y pagos transfronterizos: lo sabemos bien porque es lo que vemos en el uso que nuestros clientes dan a muestra plataforma", afirma Sebastián Serrano, CEO y cofundador de la plataforma de servicios financieros Ripio. "Nuestra proyección es que, llegado el punto, cripto va a estar por todos lados y su integración a la vida cotidiana y empresarial va a ser total", apuesta. La compañía cuenta con una unidad de negocios Ripio Business, que brinda soluciones cripto para empresas.
Por supuesto, las empresas del sector necesitan seguir moviendo las piezas para que los pagos con cripto se vuelvan una realidad masiva. "Para que se consolide como método de pago o herramienta financiera cotidiana, usarla tiene que ser tan simple y rápido como pagar con pesos por Mercado Pago o con tarjeta, además de que tanto consumidores como comercios necesitan un motivo claro para elegirla, más allá del entusiasmo que pueda generar: puede ser evitar la conversión a pesos, recibir pagos sin intermediarios o acceder a beneficios exclusivos", declara Moragues.
Tokenizando al mundo
Otro componente clave en la integración de los activos digitales en la economía real es la tokenización de activos (RWA, por sus siglas en inglés), "que consiste en representar digitalmente activos físicos como bienes raíces, bonos o participaciones en fondos, permitiendo su fraccionamiento, negociación y liquidación en plataformas blockchain", dice Gonzalo Busnadiego, cofundador y co-CEO de WIN Investments, que comparte también un dato de McKinsey: para 2030 habrá u$s 2 billones de activos tokenizados, excluyendo criptomonedas y stablecoins. WIN Investments se especializa en la tokenización de pases de jugadores de fútbol y cuenta con alianzas con la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) y con clubes como Independiente o Argentinos Juniors.
Los puentes entre la economía descentralizada y el mundo real se multiplican. "Bitcoin ya actúa como una reserva estratégica de valor para naciones y empresas, las monedas estables son el principal vehículo de importación y exportación y las cadenas de bloques buscan ser la tecnología central en el proceso de digitalización de los activos del mundo real", enumera Dias.
"La creación y aprobación de ETF (fondos cotizados en bolsa) de distintas criptomonedas es una una validación y un respaldo a una industria en crecimiento", asevera Pablo Monti, brand manager de BingX, un exchange con más de 20 millones de usuarios en el mundo, aunque admite que "no se ve de manera generalizada a personas realizando transacciones con criptomonedas, ya que para muchos es primordialmente un instrumento de inversión".
Sobre los ETF, Ondarra agrega: "No sólo son atractivos para los inversores institucionales, sino que también para los inversores tradicionales que aún no habían entrado en las criptomonedas, y ahora pueden usar un instrumento financiero con el que están familiarizados". A su vez, Ondarra menciona otros factores potenciales de crecimiento: que Bitcoin haya superado la marca de u$s 100.000 por primera vez en 2024 y se haya ubicado entre los 10 principales activos en valor de mercado, junto con el oro y las acciones de gigantes tecnológicos o "la perspectiva de una administración amigable con las criptomonedas en los EE.UU. que inyectó optimismo en el mercado, con promesas de transformar ese país en un centro global de criptomonedas".
"La adopción estatal de criptomonedas también da la pauta de que las se están integrando en procesos de políticas económicas: EE.UU. yendo por su reserva estratégica (tal vez el caso más resonante), El Salvador adoptando Bitcoin como moneda de curso legal o algunas experiencias de monedas digitales de bancos centrales", añade Serrano.
Billeteras consolidadas
La consolidación de las cripto como parte de la economía y de las finanzas reales depende de algunos factores tecnológicos, culturales y regulatorios.
"La interoperabilidad con el sistema tradicional también es clave para consolidar su adopción masiva", apunta Pablo Casadio, cofundador y CFO de Bit2Me, que facilita la compra, venta y custodia de criptomonedas de forma segura, regulada y accesible. "También es importante que el marco sea conveniente para los exchanges y así poder atraer inversiones al sector", aclara.
"Es alta la barrera de entrada, dado el desconocimiento y la desconfianza, pero, una vez que se ingresa, se abre un mundo de posibilidades", dice Julián Colombo, director General de Bitso Argentina. "Para que el sector alcance su máximo potencial en Argentina, será crucial que las políticas públicas se centren en la modernización del marco regulatorio, garantizando la innovación y protegiendo al usuario, a la vez que ofreciendo una mayor seguridad jurídica a las empresas", agrega.
"La mayor traba que tienen las criptomonedas para adopción masiva es hacer más sencillo el acceso de las personas", sostiene Monti. "Esto se está mejorando a partir de la aparición de plataformas de pago y bancos, brindando la posibilidad de acceder a la operativa con criptomonedas a través de la simplificación del manejo de wallets y otras funciones".
Un estudio de Mubit (Mujeres en Bitcoin) reveló que la principal barrera para las mujeres a la hora de adoptar criptomonedas no es la tecnología en sí: más del 50% de las consultadas afirmaron que no se sienten suficientemente informadas como para tomar decisiones. "Sin educación, la adopción será siempre parcial y desigual. Y eso aplica no solo a mujeres, sino a millones de personas que aún no entienden de qué se trata esta nueva economía".
Hecha la ley, hecha la cripto
"Las criptomonedas necesitan regulación clara y moderna que dé certezas a usuarios y empresas sin frenar la innovación", dice Juppet. "También se requiere educación financiera para que más personas comprendan cómo funcionan y cómo usarlas de manera segura", agrega. Por otra parte, afirma que es clave mejorar la interoperabilidad y la usabilidad de las soluciones cripto para que sean simples accesibles y estén integradas con los sistemas tradicionales de pago y servicios financieros.
Recientemente, la Comisión Nacional de Valores (CNV) llamó a consulta pública para incorporar a la normativa vigente un régimen de tokenización, "una reglamentación pionera en Argentina sobre la representación digital de valores negociables", asegura Rosenberg.
Por su parte, la Cámara Argentina Fintech, a fines de 2024, propuso un Sandbox Regulatorio Multigencia para la tokenización de activos del mundo real, involucrando al Banco Central de la República Argentina, la CNV y la Unidad de Información Financiera (UIF). "Estos avances regulatorios son fundamentales para impulsar la adopción de tecnologías como blockchain", agrega Rosenberg.
La regulación también podría ser el freno para uno de los principales dolores de cabeza de esta industria: las estafas. "Cuando aparecieron las criptomonedas, se discutía que podían ser un paraíso para criminales y traficantes. Sería cínico negar que ocurrió y ocurre, pero en definitiva lo mismo se puede decir del dinero en efectivo: la herramienta no es la que comete el crimen y por eso, más temprano que tarde, el ecosistema va a seguir evolucionando y a encontrar mecanismos para reducir este tipo de inconvenientes".
Ponzis, influencers y otras yerbas
"Un problema es que muchas veces las estafas usan la palabra ‘cripto' pero no tienen nada que ver con el uso legítimo de la tecnología y ni siquiera se realiza mediante el uso de una criptomoneda, lo que termina manchando a un ecosistema y a varias monedas con mucha trayectoria, seguridad y seriedad, como Bitcoin por ejemplo", señala Matías Bari, CEO y cofundador de la plataforma de intercambio y transacción de criptomonedas Satoshi Tango. "Por eso es clave que exista una regulación que distinga entre actores serios y proyectos fraudulentos para que el usuario esté mejor informado". La empresa opera desde 2014.
"La facilidad de crear activos como memecoins hace que proliferen este tipo de casos, aunque cada vez son menos", afirma Monti. "La llamada due dilligence, por la que un inversor busca saber lo máximo posible de un proyecto en el que va a invertir, es la clave para que esto no pase", aporta.
"Las estafas vinculadas al mundo cripto generan retrocesos reputacionales, especialmente porque suelen ser muy difundidas por los medios", afirma Juppet. "El problema no está en la tecnología, sino en su mal uso, como ocurrió históricamente con el dinero en efectivo, internet o incluso tarjetas de crédito", defiende.
"Las estafas siempre son negativas y ralentizan el proceso, pero son un paso necesario para fortalecer la seguridad y la confianza en este nuevo sistema", cuenta Dias.
"Son más un obstáculo narrativo que técnico o estructural: cada vez hay más conciencia de que una cosa es una estafa que usa cripto como fachada y otra es la infraestructura blockchain como herramienta de eficiencia y transparencia que, bien usada, es precisamente un antídoto contra la opacidad", afirma Rosenberg.
Las propias empresas están activando el tema: en 2024, Binance, según datos propios, respondió más de 64.800 solicitudes de las fuerzas del orden, realizó más de 100 sesiones de capacitación, entrenó más de 1.300 investigadores de 80 países, ayudó a recuperar o congelar u$s 88 millones en fondos robados y previno pérdidas potenciales por u$s 4.200 millones para 2,8 millones de usuarios a través de medidas contra estafas y prevención de fraudes.
"Las criptomonedas pasaron de ser una curiosidad tecnológica para integrarse en los procesos financieros: ya no son solo ‘dinero de Monopoly' digital, sino que interactúan con bancos, mercados de capitales y hogares, creando puentes entre la economía tradicional y la nueva economía cripto", resume, como conclusión, Daiana Gómez Banegas, fundadora de Mujeres en Bitcoin.
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