Se cambió a un trabajo de menor sueldo para hacer la diferencia y hoy lidera una multinacional
María Pía Orihuela, gerenta general de Roche Pharma Argentina, sueña con mostrarles el camino a otras mujeres en la industria y, al mismo tiempo, con construir un esquema de salud más equitativo.
María Pía Orihuela desea ser recordada como "una mujer bisagra". Ansía dejar una marca como una persona que impulsó cambios para otra mujeres en el mercado laboral. Y, desde su puesto como gerenta general de Roche Pharma Argentina, sueña con que esas transformaciones permitan establecer un sistema sanitario más equitativo para los pacientes de América Latina.
Nacida en Perú como la mayor de seis hermanos, encontró dos modelos de conducta que la marcaron a fuego. De su abuelo, propietario de una farmacia -"botica", le dice- en la zona de la selva central de su país, comprendió la importancia de estar al servicio de la población afectada por problemas de salud. Y, gracias a su abuela, quien estaba al frente de las plantaciones de café de la familia, tomó el ejemplo de una mujer con responsabilidades de liderazgo.
A pesar de que el destino le había entregado claras señales de hacia dónde debía dirigir su vocación, ingresó en la Universidad de Lima para estudiar ingeniería industrial sin tener claramente definido el rumbo que iba a tomar. "Yo no sabía en ese momento cómo me había marcado el ejemplo de mi abuelo. Ahora lo veo en retrospectiva y, sí, me marcó el poder hacer una diferencia en la vida de las personas para que tengan una atención sanitaria, de calidad, equitativa, que a todos les llegue", admite.
El trabajo de su abuela resultó una inspiración, ya que le permitió ver que una mujer podía jugar un rol clave en la toma de decisiones en una industria tan marcada por el machismo como lo era la cafetera. Esas lecciones que le entregó la vida fueron tallando el perfil que hoy la llevan a impulsar cambios tanto para otra mujeres como para el sistema sanitario. Claro, para eso fue necesario un primer empleo en un laboratorio farmacéutico: "Ahí me di cuenta y dije 'eso es lo que yo quiero hacer. Yo quiero trabajar para poder hacer que las personas estén mejor'".
El paso posterior por una empresa de logística la convenció de que el camino ya estaba trazado. Eligió resignar dinero para adentrarse definitivamente en la industria farmacéutica. "Me dije: 'Tengo que volver ahí y quiero hacer marketing. Quiero poder influenciar para que las personas tengan mejores resultados'. Y cuando conseguí la oportunidad, me cambié de trabajo, ganando mucho menos", confiesa.
Quizás su elección cause sorpresa, pero cuando la vocación llama, conviene atender ese llamado. "Digamos que decidí dejar lo bueno por lo desconocido, que iba a traer algo extraordinario. Hay que atreverse a dejar lo bueno para buscar lo extraordinario", sostiene en una clara declaración de principios.
Se define perseverante y tal vez esa condición la llevó a aceptar un puesto de trainee. En esos primeros días de 2001 desembarcó en la farmacéutica Abbot. Fue escalando posiciones hasta tener un rol protagónico en su país. Aceptó el desafío, hace 17 años, de dejar Perú y trasladarse a Venezuela con su esposo y sus dos hijos. Comenzó a liderar un negocio que creció exponencialmente. Los buenos resultados de su gestión la llevaron primero a Estados Unidos y luego a México.
"A mí me mueve un montón, me moviliza hacer", explica, casi a modo de justificación de una decisión que la llevó a dar un golpe de timón y unirse a AbbVie, otro laboratorio. Pasó seis años más en México, hasta que apareció en escena Roche Pharma. Desde 2019 hasta abril de 2023 estuvo al frente de las operaciones en Ecuador. Un mes más tarde, emprendió otro viaje para asumir la gerencia general en Buenos Aires.
"Estar al frente de Roche es una experiencia increíble porque es una empresa en la que nos dedicamos a hacer que las personas tengan mejores resultados en salud, a que las mujeres se mueran menos por cáncer o a lograr que, ojalá, algún día, no se mueran.... A hacer que los niños que tienen hemofilia pueden hacer una vida normal como cualquier otro niño", relata. Y agrega: "Roche es una empresa que invierte muchísimo para seguir desarrollando medicamentos y también soluciones diagnósticas que ayuden a los pacientes a satisfacer una necesidad insatisfecha. Eso para mí la hace única porque realmente pone al paciente en el centro".
Orihuela cree en los liderazgos con miradas sistémicas y con objetivos claros. "Mi propósito es hacer que las personas tengan una atención de calidad, que sus resultados sean mejores. Estoy realmente convencida de que puedo mover un poquito la aguja, aunque sea con un granito de arena, porque el sitio del líder para mí tiene que ver con la capacidad de influenciar", indica.
Y, sí, desea influenciar y por eso establece su anhelo de ser una "mujer bisagra" que impulse cambios significativos: "Me gustaría que me recuerden como alguien que pudo influenciar para tener un mundo un poquito mejor"