Con el lúpulo, la filial argentina de Quilmes se consolida como el principal mercado de agronegocio del mundo
La operación argentina es uno de los 10 más importantes para AB InBev, dueña de Cervecería y Maltería Quilmes en el país y el negocio del agro el principal a nivel global. En este modelo, la producción de lúpulo cumple un rol clave.
El lúpulo, uno de los cuatro ingredientes fundamentales en la producción de cerveza, juega un papel clave en la estrategia de Cervecería y Maltería Quilmes. De hecho, para este año la empresa proyecta una cosecha de 240.000 kilos.
Se trata de un negocio relevante para la compañía. Es así, que en 2022 Quilmes invirtió u$s 3,5 millones en Río Negro destinados al aumento de la capacidad productiva, la incorporación de nuevas tecnologías para procesos y mejoras en el sistema de riego y maquinaria agrícola.
"La Argentina es uno de los 10 mercados más importantes para AB InBev. En términos de agronegocio es el más grande de la compañía a nivel global", comenta Mercedes Bressa, gerenta de Comunicaciones Externas de Quilmes.
La empresa cuenta con 61 hectáreas productivas -y 15 más disponibles para aumentar su producción- en Fernández Oro, donde se producen alrededor de 100.000 kilos de lúpulo al año. Además, trabajan con tres productores de El Bolsón a quienes les compran entre 130.000 y 140.000 kilos de dos variedades de lúpulo.
Si bien la Argentina es uno de los pocos países productores de este cultivo -debido a sus condiciones climáticas-, la región produce apenas un 30% del volumen que requiere la industria cervecera. El 70% restante se importa de los Estados Unidos y Europa. De allí, la importancia de proyectos e inversiones que lleva adelante la empresa y que impactan directamente en la sustitución de importaciones. "Nuestra intención es seguir aumentando la producción local para abastecer la demanda total de la cervecería porque no alcanza únicamente con la producción propia. Buscamos crecer no solo en producción, sino en variedades de aroma y de amargo", señala Gastón Catalini, gerente de Producción de la chacra.
En Fernández Oro se cosechan seis variedades de lúpulo que son las encargadas de brindarle el aroma, el sabor y el amargor a la cerveza: Victoria, Nugget, Cascade, Mapuche, Nahuel y Gaucho. Esta última es una nueva variedad que desarrolló Quilmes durante 10 años y con la que lanzó recientemente la cerveza Lager del Sur, de la marca Patagonia.
A modo de referencia, para hacer un litro de cerveza Quilmes Clásica se necesitan alrededor de siete flores, mientras que en el caso de la IPA, se utilizan más de 35 por litro.
A dos kilómetros de la chacra, la empresa cuenta con una planta donde se procesan los lúpulos locales y los de la zona cordillerana. Allí se inicia el proceso de separación de la flor, el secado, el enfardado y la peletización. "Hay varias formas de cosechar el lúpulo. Nosotros trabajamos con dos modelos, mecánico y manual. Luego de la peletización, se envasan en una atmósfera de nitrógeno para que no entre oxígeno y se oxiden, y se almacenan en cajas en cámaras de frío para que conserven mejor el aroma y las resinas. Esto le alarga la vida útil, que hoy nosotros se la estamos extendiendo hasta los tres años", indica Catalini.
Actualmente, la empresa está desarrollando dos nuevas variedades en la localidad. "Para obtener una nueva variedad de lúpulo, en la chacra se plantan más de 2.400 semillas que se van descartando durante todo el proceso de selección. El año pasado encontramos dos nuevas variedades que vamos a seguir estudiando", explica Catalini.
Para este tipo de desarrollos trabajan junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Una vez que desarrollan una nueva variedad de lúpulo, la empresa la registra en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y la utiliza para la producción de nuevas cervezas.
El lúpulo es una planta que crece en determinadas zonas, tanto en el norte como en el sur entre las latitudes 35° y 55°. Debido a estas condiciones, las principales zonas de producción a nivel mundial se concentran en la Patagonia argentina, los Estados Unidos, Alemania, República Checa, España, Italia, Polonia, Rusia, China, Sudáfrica y Nueva Zelanda.
Producción local
La cervecera argentina filial del holding AB InBev cuenta con siete cervecerías en el país, tres plantas de gaseosas -son los embotelladores de Pepsi bebidas como Seven Up, Gatorade, Paso de los Toros, H2O-, dos malterías, un campo de Investigación y Desarrollo de cebada donde desarrollan nuevas variedades, una chacra de lúpulo, una fábrica de tapas, y la bodega Dante Rabino que adquirió la empresa en 2020.
En la Argentina desarrolla las marcas Quilmes, Patagonia, Andes Origen y comercializa sus marcas globales como Stella Artois, Budweiser y Corona -que se producen, además, de manera local-.
"El año pasado logramos un récord de exportaciones de 458 millones de dólares, principalmente de cebada y malta. Hoy la Argentina es el principal exportador de cebada y malta para América latina. Una de cada 4 cervezas que hace AB InBev está hecha con cebada de Buenos Aires", cierra Bressa.
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