
En esta noticia
A fines de la década de 1940, Colette Boccara y César Janello, una pareja de arquitectos franceses que vivían desde hacía unos años en Buenos Aires, se mudaron de la capital argentina para instalarse en la provincia de Mendoza. A César le habían ofrecido estar a cargo de la dirección de la Escuela de Cerámica de la Universidad Nacional de Cuyo y su esposa decidió ayudarlo en su trabajo.
Sin embargo,pronto Colette comenzó a interesarse más por la cerámica que por la arquitectura y abandonó su profesión. De a poco empezó a hacer las primeras piezas en su casa hasta que en 1953 montó un pequeño taller de cerámicaque diez años más tarde se transformaría enColbo dedicada exclusivamente a la vajilla artesanal.
"Mi madre empezó a hacer lo que soñaba: piezas de cerámica con arcilla roja de la cordillera. En ese momento le habían cedido un yacimiento de arcilla de gres rojo en Potrerillos, un tipo de material que era único y ella lo sabía", cuenta Matías Janello, hijo de la pareja. Janello está al frente de la compañía desde 2007, luego de que en 1981 Colette se asociara con terceros y, tras un mal manejo del negocio, terminara cerrando la fábrica tres años después.
"Yo había estado en Europa y había analizado todas las posibilidades de fabricar la vajilla de Colbo nuevamente, pero con mucha más tecnología, maquinaria y eficiencia, manteniendo la línea, la arcilla, el diseño y la vanguardia de ella", explica. Janello remontó la compañía junto a su actual socio Martín Endrizzi, y comenzaron de cero. La producción arrancó con una moldería de dos piezas y, luego de siete años, llegó a cinco. En esa instancia, comenta, ya podían pensar en proveer a restaurantes, el principal mercado al que está orientado el negocio.
Su primer contacto con la industria gastronómica fue a través de Narda Lepes cuando la cocinera trabajaba en el programa Utilísima. "A partir de ahí empezaron a aparecer un montón de cocineros argentinos que veían en nosotros otra cosa: una vajilla con un color, una calidad material y una identidad que refleja a la cordillera de los Andes. Ahí mismo empezamos a participar en el canal Gourmet. Varios de los programas usaban la vajilla y hasta el día de hoy la siguen usando", dice. Actualmente trabajan, además, con los restaurantes Tanta, La Mar, Rosa Negra, Fogón Asado, y bodegas como Gamboa, Casa Uco y Cavas wine lodge, entre otras.

La empresa, que cerró 2024 con una facturación de $ 225 millones, proyecta incrementar ese monto en un 33 por ciento para este año. Hoy, Colbo produce entre 4.000 y 6.000 piezas de vajilla por mes en la fábrica de Las Heras donde también funciona el local con venta al público y se encarga de todo el proceso productivo: desde la extracción del material -en los yacimientos del Cañón del Atuel, en San Rafael, y en el Cerro Cacheuta, en Potrerillos-, la producción de la materia prima de la pasta cerámica, la conformación de los platos, el terminado y el esmaltado manuales, y el despacho de las piezas.
Las piezas se pueden adquirir en sets de entre 10 y 36 productos, con precios que van desde $ 125.000 hasta $ 458.000. También es posible comprar a través de la página web, eligiendo el tipo de pieza, la cantidad, el tamaño y el color.
"En Argentina la producción local de vajilla no debe llegar al 15 por ciento", explica Endrizzi. A modo de referencia, mientras que Colbo produce alrededor de 6.000 piezas por mes, empresas nacionales como Verbano o Tsuji pueden llegar a producir 300.000. "Nosotros somos grandes para este tipo de producción artesanal, pero muy chicos al lado de lo que es la industria de vajilla. Y, en el medio de nuestra producción y la de las grandes empresas, no hay nadie, solo la importación", dice.

Su llegada a los museos más reconocidos
Durante el año pasado, las piezas originales de Colette Boccara fueron exhibidas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) como parte de la exposición de diseño moderno latinoamericano.
"El primer antecedente es un viaje que hice a Estados Unidos. Llevé las piezas a Nueva York y se las mostré a una distribuidora de Design Within Reach, un mobiliario de diseño moderno muy importante. A la encargada de compras le encantaron las piezas, pero no le servían porque no trabajaban con productos artesanales. Tiempo después viajé a la Feria de París y la única tarjeta con la que volví fue la de la encargada de compras del MoMA que casualmente era la misma persona que antes trabajaba en la distribuidora", explica Endrizzi.
Actualmente, las piezas de Colbo se venden en el MoMA, pero no es el único museo que las exhibe: en la Argentina, las cerámicas también están disponibles en la tienda del Malba desde hace 16 años.
Lo que viene
Debido a los altos costos que le significa a la empresa el envío de productos a otras provincias -"Todo pasa, antes, por Buenos Aires", remarcan- los socios están analizando desembarcar con Colbo en Chile, un mercado más alentador.
"Pensamos que se puede destinar el 30% o el 40% de la producción a Chile. Entonces desembarcás en un lugar que si tenés producto no va a haber problema. Argentina es muy tediosa porque cuando querés exportar es complicado", señala Janello.

Además de poner un pie en el país vecino, proyectan aumentar su producción y lanzar una línea de tazas, un producto nuevo para su portfolio. Según señala Janello, esta nueva incorporación no les demanda aumentar la capacidad productiva de la fábrica ya que ocupa capacidad ociosa de las maquinarias.
"Son productos muy requeridos en el mercado gracias al boom de las cafeterías gourmet. Al ser una pieza chica, entra en espacios ociosos lo que mejora la producción porque tiene un 20% de lugar que estaba desperdiciado. Calculamos que va a ocupar entre un 30% y un 35% de la capacidad total", dice.














