De gerente en Rapanui a dueño de su heladería: cómo pasó de producir 150 toneladas a su propio negocio
Luego de haber trabajado cinco años en Rapanui, Fernando Adra fundó Kuono, una heladería artesanal ubicada en el corazón de Palermo.
Fernando Adra hizo de todo: trabajó en el restaurante de Narda Lepes como bachero, pasante en el hotel Libertador y pastelero en un hotel en South Beach, Miami, hasta que, en 2019, llegó a las puertas de Rapanui.
En la empresa fundada por Diego Fenoglio estuvo poco más de cinco años. Su principal tarea era la pastelería, pero a los seis meses y luego de un llamado del propio fundador, pasó a hacerse cargo de la planta de helados que provee a todas las sucursales de Buenos Aires.
"Yo no sabía mucho de helados. En Rapanui arranqué como pastelero y terminé como gerente de producción produciendo 150 toneladas mensuales de helado, 10 toneladas de productos de pastelería y 20 toneladas de helado en balde", dice Adra quien, en noviembre del año pasado abrió la heladería artesanal Kuono, junto a dos socios.
Fue en una cena con Aldo Fenoglio -hijo del fundador y con participación en la compañía de su padre- que decidió dar el salto. "Un día estaba en Bariloche con Aldo, él me contaba que sus hijos estaban haciendo mermeladas para vender y le dije que me parecía raro que no se metieran en el proceso de producción de la empresa. Me dijo, 'Siempre incentivé a mis hijos para que no trabajen en un proyecto de otro, sino en un proyecto propio'. Y ese comentario me plantó la idea", recuerda.
Así que hablando con un amigo -quien hoy es su socio- empezaron a delinear el negocio: pensaron sabores, desarrollaron recetas, buscaron locales. "Sé como hacer helados artesanales a gran escala, lo cual no es común. Hoy tenemos muy buena calidad de producto y un único punto de venta, lo que nos facilita el negocio", explica el ahora emprendedor.
En Kuono cuentan con 20 gustos de helado de formulación y producción propia que ronda los 80 kilos diarios. Mientras que el más vendido es el helado de pistacho, seguido por el de dulce de leche granizado, Adra explora sabores exóticos, el valor agregado que tiene el negocio: mango con miel de maracuyá, mascarpone y membrillo, chocolate con cerveza negra, chocolate con almendras caramelizadas y naranjas confitadas, huacatay con menta, lima y oliva.
Además, un producto novedoso de la heladería, inspirado en una práctica italiana, es el brioche tostado, relleno de helado.
También ofrecen servicio de cafetería que buscan ampliar hacia el invierno de este año y sumar productos de pastelería. "La idea es ofrecer algo simple, de calidad, porque no queremos perder foco en el helado y además, queremos poder producirlo en el local", dice sobre el local en el que trabajan cuatro personas -además de los socios- y que está ubicado en Gorriti al 4000, en Palermo.
A pesar de que abrieron el local hace unos pocos meses, su punto de quiebre fue cuando los visitó la influencer culinaria Buenos Paladaires en enero y quien hizo una publicación destacando la calidad del helado de Kuono.
"Tenemos mucha más gente que viene y que vuelve porque le gusta el producto", dice. Y agrega: "Si bien el turismo bajó por la diferencia del precio del dólar, no veo una caída fuerte del consumo. En Kuono, puntualmente, vemos un aumento en las ventas, en parte porque es un producto que apunta a un nicho social más elevado".
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