Si no se equivoca, Entre Ríos está a un paso de ser un centro logístico estratégico
En un mundo cada vez más globalizado, esta provincia tiene el potencial para liderar en comercio exterior y desarrollo portuario por estar rodeada de una notable riqueza hidrológica.
Nicolás Soldatich (*)
Desde hace décadas, las teorías logísticas y portuarias han avanzado de forma acelerada, posicionando a los puertos como actores económicos claves que pueden ser mucho más que simples espacios de carga y descarga. Entre Ríos, una provincia situada en la región mesopotámica de Argentina, emerge como una joya logística sin pulir, con el potencial de redefinir su rol en el comercio exterior si juega bien sus cartas. Sin embargo, como suele ocurrir en este país de promesas, todavía se debate entre su potencial y la inacción política.
El panorama portuario global ha sido delineado por la visión de expertos como Richard Oliver Goss, quien dejó claro que los puertos son actores económicos con un impacto profundo en el comercio y el desarrollo regional.
Entre Ríos, con sus ríos Paraná y Paraná Guazú y Uruguay, encaja perfectamente en esta perspectiva, pero ¿por qué aún no ha alcanzado ese estatus de centro logístico por excelencia? La respuesta no solo reside en las decisiones políticas, sino en cómo se ha administrado y explotado (o sub explotado) su geografía privilegiada.
La provincia está rodeada de una riqueza hidrológica que, según las teorías de Goss, es esencial para reducir los costos operativos de transporte. Sus ríos, que naturalmente permiten la navegación, reducen la necesidad de intervenciones costosas como el dragado intensivo. Pero, paradójicamente, mientras algunas regiones del mundo sueñan con tener esta ventaja, Entre Ríos sigue esperando que su infraestructura alcance su potencial máximo, navegando en la carencia de una estratégica política portuaria seria sobre todo en el sur de la provincia que reserva ventajas comparativas y competitivas desperdiciadas hasta ahora.
Teoría vs. realidad
Tomando en cuenta a Theo Notteboom y el mencionado Goss, los puertos no deben limitarse a ser puntos de conexión de mercancías. Son piezas de una cadena compleja que debe integrar ferrocarriles, carreteras y vías fluviales para maximizar el desarrollo regional. En Entre Ríos, estos puertos podrían transformarse en catalizadores para la agroindustria y las exportaciones de productos como cereales, frutas, alimentos cárnicos y procesados. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada y las condiciones de las conexiones terrestres ha impedido que se establezca un estándar de eficiencia logística.
La implementación de políticas económicas claras y la atracción y promoción de la inversión privada se presentan como requisitos ineludibles. Experiencias exitosas en otros países sugieren que las asociaciones público-privadas, si son bien gestionadas, pueden convertir regiones enteras en hubs logísticos. Pero surge la duda: ¿Tendrá Entre Ríos el coraje para actuar decisivamente, o se limitará a medidas paliativas que sólo postergan su desarrollo?
Gestión sostenible
La sostenibilidad no puede quedar relegada. Entre Ríos, hogar de humedales ricos y biodiversidad excepcional, debe equilibrar su desarrollo económico con la protección del medio ambiente. Las teorías de políticas portuarias sostenibles sugieren que la incorporación de tecnologías ecológicas, como el manejo eléctrico de la carga y prácticas de mitigación ambiental, podrían ser no solo un gesto hacia la ecología, sino un factor diferenciador clave en su competitividad global.
Los proyectos sostenibles que limitan las emisiones de carbono son una oportunidad para convertir la sostenibilidad en una ventaja. Pero aquí está la ironía: mientras el mundo entero avanza hacia prácticas más ecológicas, Entre Ríos parece debatirse todavía sobre si quiere liderar o seguir en la sombra. De nuevo, el progreso está al alcance, pero solo si hay voluntad de cambiar.
Futuro prometedor
Las teorías portuarias modernas coinciden en que la tecnología es el futuro. Con avances como la digitalización, los sistemas automatizados y las soluciones basadas en inteligencia artificial, los puertos de Entre Ríos podrían redefinir su competitividad. Goss y Notteboom destacan la necesidad de tener puertos resilientes al cambio climático, un concepto esencial en estos tiempos. No invertir en infraestructura robusta sería un error costoso, y la modernización no es una opción, sino una urgencia.
Y aquí reside la paradoja: Entre Ríos tiene todo lo necesario para triunfar, pero sigue atrapada en debates sobre cómo lograrlo. ¿Será una cuestión de tiempo o de la famosa inercia política argentina? El sueño de un centro logístico de clase mundial está a un paso, pero el éxito dependerá de la capacidad de la provincia para evitar errores.
En un mundo cada vez más globalizado, Entre Ríos tiene el potencial para liderar en comercio exterior y desarrollo portuario. Y, quizás, en un toque de esperanza irónica, es posible que dentro de algunos años la provincia no solo sea un estudio de caso para teorías portuarias, sino el ejemplo perfecto de cómo una planificación estratégica puede transformar una región. Pero claro, solo si no se equivoca.
(*) Economista y experto en comercio exterior.
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