Historias de Garage

Como ganar $ 5 millones al año con los sándwiches de miga del líder del mercado

La Fábrica comenzó a vender "sanguchitos" producidos industrialmente cuando no existía ese concepto en el país

Nacieron en 1994, cuando realizar un pedido de sándwichs de miga era una tarea para realizar con tiempo y que demandaba mucho dinero. En tiempos donde no había locales especializados en este producto, Gabriel Matyas, fundador y socio gerente La Fábrica, vio que el negocio era reducir drásticamente ese tiempo y abaratar costos.

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Así nació esta cadena de comidas para servicios de lunch y confiterías, pionera en el mercado y líder en el segmento, que hoy tiene 24 locales, 4 de ellos propios y más de 20 franquiciados.

Su experiencia previa como mayorista de productos dulces para confitería lo ayudó perfeccionar un concepto de producción moderno, con otros métodos y tecnología que se impuso finalmente en la Argentina.

Aunque la categoría principal es la de los sándwichs de miga, también comercializan tortas, tartas dulces, empanadas y otras delicias.

Matyas tenía 40 años cuando comenzó La Fábrica, hace ya 28 años. Realizó estudios para Contador en la UBA, pero siempre se dedicó a negocios relacionados como panaderias, restaurantes y repostería.

"La idea surgió como respuesta a una necesidad puntual no satisfecha y a una categoría de productos no explotada. La oportunidad era poder darle a los clientes una solución rápida; de calidad y a excelente precio en materia de productos alimenticios propicios para reuniones sociales como fiestas de cumpleaños; bautismos y brindis corporativos", señala Ariel Matyas, socio y gerente de la empresa.

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La inversión inicial fue de u$s 20.000 que juntaron entre familiares y amigos. Y el principal desafío fue lograr que los fabricantes de pan de miga de esa época y los productores de fiambres les ofrecieran mejores costos operativos. El resultado: hacer elaboración propia y lograr mejores precios para el consumidor.

Otra traba en el camino, que padecen crónicamente las pymes argentinas, fue la falta de financiación por parte del sistema bancario, lo que les generó una dependencia del capital genuino para poder expandir el negocio. "Pudimos haber crecido más rápido", lamenta Matyas.

Hoy, de todas formas, la empresa se encuentra en expansión. Para el 2022 tienen programado abrir tres sucursales nuevas y un nuevo modelo para franquiciados.

También esperan llegar a Montevideo, Uruguay, con un negocio similar de sandwichería lista para consumir en el momento. "Una idea no explotada al otro lado del Río de La Plata", asegura. Además, analizan seriamente el mercado de Paraguay con el mismo concepto y socios estratégicos.

Otro negocio clave que aparece en el horizonte es la exportación de productos, como el pan de miga.

"También estaremos lanzando nuevas marcas digitales para apalancar la venta de las sucursales físicas y otorgarle mayores beneficios a los franquiciados", cuenta.

Hoy, La Fábrica cuenta con 120 empleados de forma directa y otros 50 entre las franquicias y su propósito es llegar a contar con 150 locales a nivel nacional en cinco años y 300 a nivel internacional en 10, con marcas nuevas.

La inversión que hay que desembolsar para abrir una de las franquicias de la Fábrica es de u$s 50.000 y aseguran ventas por alrededor de $5 millones anuales.

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