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Tiene u$s 90 M frenados por el cepo, pero confía en el país: qué ve en común entre Milei, Bullrich y Massa

AES cumplió 30 años en la Argentina y lo celebró con un anuncio de inversión de u$s 90 millones para ampliar un parque eólico. El proyecto está frenado por el cepo. Pero su CEO, Martín Genesio, es optimista: confía en la visión común que los tres candidatos tienen para la inversión en energía

En medio de tanta incertidumbre, Martín Genesio, CEO de AES Argentina, tiene una certeza: no se tomará vacaciones en el verano. "No creo. Tengo mucho optimismo de poder tomármelas en abril. Ojalá, para entonces, esté todo bien encaminado", dice el ejecutivo, de 46 años, con un tono más de esperanza que de convicción.

La imprevisibilidad propia de un año electoral, en 2023, está potenciada por esa gran incógnita llamada Javier Milei en la ecuación general, que multiplica las dudas en muchos planos, principalmente, el político y el económico. Pero, también, en la micro. Más, para un sector como el energético, altamente regulado y con muchas definiciones pateadas, al menos, para la próxima administración.

En ese escenario, AES cumplió este año tres décadas en la Argentina, donde suma una capacidad de generación de 4000 megawatts (Mw) entre 12 plantas, en cuatro provincias. Lo celebró con una inversión de u$s 90 millones para ampliar la capacidad de su parque eólico Vientos Bonaerenses. Instalado en Tres Picos, partido de Tornquist, lo inauguró en febrero de 2020, tras un desembolso de u$s 140 millones. El proyecto es llevar su potencia de 99,75 megawatts a 153 Mw. Para eso, sumará nueve aerogeneradores a los 30 que ya están en operación. Pero, a cuatro meses del anuncio, la estadounidense no pudo avanzar con la iniciativa.

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¿Por qué la inversión todavía no avanzó?

La incertidumbre, más la situación macro -en particular, del acceso a divisas- está generando alguna parálisis en la inversión. Este proyecto de ampliación de uno de los parques, que anunciamos hace unos meses, todavía está esperando la aprobación de las SIRA. Eso hace que la inversión se demore. Lo veo como producto de la situación macro y de la incertidumbre pre-electoral.

¿Cómo pesa la incertidumbre electoral?

Hace 30 años que estamos en el país. Yo, personalmente, llevo 20 en la empresa. Eso nos da cierta visión histórica de las cosas. Lo que estamos viviendo ahora es la incertidumbre previa a un proceso electoral. Es lo usual que pasa en la Argentina: siempre se vive un nivel de incertidumbre.

Pero...

Pero ahora está más potenciado, producto de que es una elección más cerrada. Es una elección de tercios, en las que cualquiera de los tres puede ganar en octubre o noviembre. Eso hace la incertidumbre sea un poco mayor. Pero ya hemos visto muchos procesos así. Hemos vivido con la incertidumbre que se genera en la previa a las elecciones.

¿Y después?

La presidencial va a limpiar el escenario y, a partir de ahí, creo que la Argentina tiene la oportunidad de liberar su potencial. Es algo que, como sociedad, tenemos que hacer de una buena vez. Hay algo que todo el mundo ya sabe: este país tiene un potencial energético inigualable. Eso ya se hizo carne en todos los actores políticos. Están convencidos de que hay que liberar ese potencial. Las recetas que están dando son muy parecidas.

¿Cuáles son?

Básicamente, es darle relevancia e importancia al rol que tienen que jugar los privados como motor de la inversión para liberar ese potencial y que el Estado se haga cargo de la creación de reglas y su fiscalización para que los privados nos movamos. Con matices, unos con más presencia del Estado, otros con menos, eso está ofrecido por las tres fuerzas políticas principales. Disuelta la incertidumbre después de las elecciones y necesitada la normalización de la macro, tenemos la chance única de dar vuelta la economía de este país en un plazo corto. Sobre todo, lo que tiene que ver con la balanza de exportación.

¿Tan nítida es esa oportunidad?

Si logramos hacer lo que queremos, la Argentina dará vuelta su matriz exportadora y macroeconómica, yendo a una basada en la exportación de combustibles, de gas, de litio. Eso lo hará un país receptor de inversiones. Y, también, para el mercado interno, que está muy necesitado de eficientizar su matriz energética.

Puntualmente, en el segmento que opera AES, ¿qué es lo fundamental?

La ampliación del sistema de transporte eléctrico. Una ampliación y modernización de las redes de distribución para crear servicios nuevos, incluso, dados por las empresas de distribución. Hay un lugar muy grande para recibir inversiones en todo eso. Dentro de un camino de normalización de la macro, la oportunidad que hay pos-elecciones en eficientizar el sistema energético argentino es gigantesca.

"Hay algo que todo el mundo ya sabe: este país tiene un potencial energético inigualable. Eso ya se hizo carne en todos los actores políticos. Están convencidos de que hay que liberar ese potencial. Las recetas que están dando son muy parecidas".

Repregunto para ampliar algunos puntos que mencionó. Comienzo por la incertidumbre: ¿cuánto se potenció por el resultado de las PASO?

Existía un cierto nivel de incertidumbre y muchos creíamos que disminuiría pos-PASO. Las PASO la aumentaron. ¿Por qué? Porque apareció una figura nueva, que plantea ideas que están por fuera de lo que son las políticas comunes. Eso genera más incertidumbre. No quiere decir que esté mal; simplemente, que las dudas son mayores aún. Porque hay cierto sector de la sociedad que cree que lo que Milei propone es difícil de cumplir. Y otro que cree lo contrario. Ese balance genera más incertidumbre.

Usted estuvo en el Council of Americas, donde Milei expuso, prácticamente, como disertante estelar. ¿Cuál fue su impresión?

Su discurso en el Council no fue muy distinto a todo lo que ya venía diciendo. Mucha gente creía que empezaría a moderarse pero sostiene su discurso de campaña. Mi impresión es que sigue siendo el mismo. Su discurso tiene una fuerza muy particular. Lo vimos en las PASO, cuando logró ser el candidato más votado. Su decisión es no moderarse e ir a la general con el mismo discurso. Evidentemente, está funcionando en buena parte de la sociedad, que le confía el voto. No sé cómo actuará en caso de un ballotage, que requerirá que reciba votos de otros lugares en segunda vuelta. Veremos qué pasa en octubre. De todas formas, los tres candidatos están muy fuertes.

Segunda repregunta: dijo que las propuestas -al menos, para el área energética- de Milei, Bullrich y Massa son muy parecidas.

Los tres tienen claro por dónde pasa el crecimiento en materia de inversiones y exportaciones: el sector energético. El oficialismo, a través de la Secretaría de Energía, hizo muchos avances en los últimos años. La Secretaría decidió trabajar de una forma muy cercana al sector privado. Se hicieron muchas cosas nuevas: el caño de Vaca Muerta, la nueva regulación para ampliar el sistema de transporte eléctrico atada a proyectos de generación... Eso también fue una buena noticia: se intentó incentivar la inversión dentro de una situación macro muy compleja.

En renovables, también se retomaron las licitaciones del mercado a término (Mater). Es destrabó proyectos.

Una de las cosas que mostró el Mater es que el precio es menor al del mercado spot. Hoy en día, el mercado eléctrico argentino tiene un costo promedio de u$s 70 por megawatt hora (Mwh). Los contratos en el Mater se están firmando por u$s 65 Mwh. Uno podría decir que, en el mercado donde hay libertad plena, los precios son muy coherentes. Incluso, menores al costo promedio del mercado. Y en un contexto, además, en el que la demanda sigue tirando e impide que los valores caigan más. Imaginate si fuera al revés.

¿Qué propuestas escuchó de los otros candidatos?

Por lo menos, de lo que pudimos discutir o inferir de charlas en las que estuvimos, vemos que las posturas de las otras dos fuerzas van para el mismo lado. Tal vez, con un poco más de profundidad que el oficialismo en darle una relevancia más fuerte al sector privado. Pero, en los tres, prima la misma idea general: que el sector privado sea un actor relevantísimo del potencial energético que tiene el país. Con matices, como dije antes.

¿Qué propuestas concretas tienen?

Todavía, no vi políticas puntuales bajadas a tierra. Eso se verá, a medida que vayan resolviendo problemas en los primeros meses de gobierno. Para cualquiera de los tres. Pero la idea general que comparten está bien rumbeada.

Tercera repregunta: ¿sólo alcanza con ampliar la capacidad de transporte eléctrico?

Primero, hay que resolver el cuello de botella que representa la necesidad de ampliar la capacidad de transporte eléctrico. Hoy en día, es muy difícil encontrar un lugar en la red de transporte para construir un proyecto de generación eólico o solar. Hubo una muy buena política, que fue la Ley de Renovables, que se aprobó por unanimidad en 2015, previo a Macri. Macri la sostuvo y, también, la siguió Alberto Fernández. Esa ley generó una cantidad de inversión tan grande que colapsó las redes de transporte. Lo primero que hay que hacer es sacar los cuellos de botella. En ese sentido, resolver de qué manera hacerlo es una prioridad.

¿Cuál sería la siguiente?

Sostener las políticas buenas. La política de energía renovable es una buena política, a la que hay que sostener. Como, en otros segmentos de la industria, lo es la política que en los últimos años le permitió expandirse a Vaca Muerta, atada a lo que fue el Plan Gas (mejorable o no). Así como se debe sostener esa visión de que Vaca Muerta es un pilar del país, en el sector eléctrico, se debe volver a tener ese sector en el que los privados tengan relevancia, tanto en la toma de combustibles como en la venta de energía. Ese mercado general se perdió un poco en los últimos años. Otro tema importante: si bien hay algo, la Argentina necesita urgente, de una forma más profunda, una política en hidrógeno. Necesitamos rediscutir y generar una ley de hidrógeno que incentive ya inversiones en el sector.

¿Por qué "ya"?

­La Argentina tiene un gran potencial en renovables. Pero, también, un cuello de botella en transporte. Los proyectos de hidrógeno no necesitan transporte. Son proyectos aislados que generan hidrógeno, alimentados por generación eléctrica en forma directa. La Argentina tiene un potencial gigantesco ahí, sin cuellos de botella. Es necesario generar una ley de hidrógeno que permita incentivar ya las inversiones porque, en ese negocio, hay países mucho más avanzados que nosotros. Por ejemplo, Chile. Hay un tema de ventanas. La Argentina no es el único país con potencial para desarrollarlo. Hoy en día, es un combustible que acapara la atención de las grandes potencias del mundo. Eso significa que habrá generadores y tomadores de hidrógeno. Si no nos apuramos, perderemos mercados. Por eso, no sólo hay que hacerlo, sino rápido: los mercados no son infinitos.

"Es necesario generar una ley de hidrógeno que permita incentivar ya las inversiones porque, en ese negocio, hay países mucho más avanzados que nosotros. Por ejemplo, Chile. (...) Si no nos apuramos, perderemos mercados. No sólo hay que hacerlo, sino rápido: los mercados no son infinitos".

Un escenario similar a lo que ocurre con el gas o el litio...

Eso mismo. Demos resolver las discusiones internas con respecto a la producción de litio. Somos el país con más potencial del mundo y seguimos discutiendo cómo hacemos para desarrollarlo. El rol del Estado, de las provincias... es una discusión vieja. El Gobierno que gante tiene que definir una política para el litio y hacerlo rápidamente. Hay una cantidad gigantesca de proyectos que están esperando definiciones para lanzar sus inversiones.

Vuelvo sobre la parálisis de la expansión de Vientos Bonaerenses. ¿En qué punto está el proyecto?

Todo lo que hay que hacer en un proyecto de inversión de este estilo se hizo: se avanzó en la negociación con los proveedores de turbinas (N.d.R.: Nordex-Acciona); en la venta de esa energía adicional a la demanda; en el aseguramiento de las tierras (permisos, desarrollos)... Falta tener el 'ok' al acceso a divisas para poder lanzarlo.

¿Qué delay tiene la inversión?

Empezamos con el trabajo de presentaciones y pedidos de SIRA a fines de abril. Desde entonces, estamos buscando la aprobación para liberar el comienzo de la construcción. Es algo que preveíamos para cuando estuviera liberada la SIRA: fines de abril, en un caso ideal.

¿Qué plazo maneja ahora?

Todo lo que sea importación de bienes y de servicios pasa por un momento complejo, debido a la escasez de divisas. El análisis del Gobierno para decidir la liberación de divisas hacia un proyecto (o no) es largo y complejo. Básicamente, porque hay escasez. En algún punto, es entendible. Pero genera retrasos en la matriz de inversión. Es la realidad que nos toca vivir: cuando hay escasez, todo es mucho más complejo.

¿Cómo se ve esto en casa matriz?

Hace 30 años que estamos en la Argentina. Hemos vivido todo tipo de coyunturas. Lo ven como una coyuntura más, que en algún momento se resolverá. Estas empresas, de inversiones de capital fuerte, miran el largo plazo: las inversiones se repagan en 20, 30 o 50 años. Hay obligación de mirar el largo plazo; no queda otra. Uno no se puede quedar con la coyuntura. Hoy, la coyuntura macro es mala. Pero no deja de ser una coyuntura a nuestros ojos: en algún momento, se tiene que resolver. Somos una empresa que está hace mucho en la Argentina y se quiere quedar.

¿Por qué decidieron invertir u$s 90 millones en un contexto tan malo?

Vimos que el sistema eléctrico, en general, como producto del cuello de botella de la capacidad de transporte, hoy tiene un exceso de demanda. Cualquier proyecto que uno pueda desarrollar, si consigue espacio en la capacidad de transporte, encuentra demanda muy rápido. Es relativamente sencillo firmar contratos de venta de energía. Y, hoy día, cualquier oportunidad que surge suele ser para una empresa de generación renovable.

¿Por qué ampliar un proyecto existente en vez de construir un parque nuevo?

Era lo más conveniente en ese momento. También, se encontró la oportunidad justa: espacio en la red de transporte, ampliar un proyecto nuestro, que conocemos muy bien; también la zona. Logramos los permisos, pudimos encontrar una estructura de financiamiento y, basándonos en eso, decidimos hacerlo.

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