TGLT cambia de CEO: quién reemplazará al ex Caputo que la conducía
Teodoro Argerich renunció a la presidencia y la gerencia general de la desarrolladora inmobiliaria de los edificio Astor y Forum. Su sucesor es Alejandro Belio, un histórico de la compañía, quien lideró sus proyectos. También se designó como director financiero a un ex CFO de YPF
Teodoro "Teddy" Argerich dejó la presidencia y gerencia general de la desarrolladora inmobiliaria TGLT. La desvinculación fue, según informó la compañía, "en el marco de un proceso de reorganización interna que permita a la sociedad enfrentar con éxito su plan de negocios". Como CEO, lo reemplazará Alejandro Belio, arquitecto, quien hasta ahora fue director de Desarrollo de Real Estate de la empresa. En tanto, la presidencia pasará a ocuparla el vicepresidente, Francisco Sersale. La compañía designó a Nicolás Piacentino para este último lugar.
Nacida en 2005, TGLT es una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias de la Argentina, con proyectos de gran escala en el país y en el Uruguay. Al 31 de diciembre de 2020, tenía 12 emprendimientos en ejecución o en cartera, por un total de 400.000 metros cuadrados. Su portfolio incluye las marcas Forum (Puerto Madero, Puerto Norte, Alcorta y Del Buceo, en la República Oriental), Astor (Palermo, Núñez y San Telmo), Metra y Venice.
TGLT abrió su capital a bolsa a fines de 2010. A partir de 2014, ganó peso en su directorio del fondo neoyorquino PointState, que, ya con Mauricio Macri presidente, canalizó cerca de u$s 3000 millones en inversiones hacia el país, en sectores diversos, como los ladrillos y las energías renovables.
A inicios de 2018, TGLT compró Caputo, la constructora que fundó en 1938 el abuelo de Nicolás Caputo, amigo y socio político de Macri. Esa relación, siempre apuntada en la opinión pública, quedó más bajo el foco luego de la asunción del ex jefe de Gobierno porteño como Presidente de la Nación. Por eso, Macri le pidió a su "hermano del alma" que buscara opciones para minimizar esa exposición, pese a que la obra pública aportaba menos del 15% de la facturación de la empresa.
Caputo, que acumula 500 grandes obras a lo largo de más de ocho décadas, ya era la contratista con la que TGLT prefería trabajar en sus emprendimientos. Con trayectorias en proyectos privados residenciales y corporativos, para clientes como Coca-Cola, Galicia, Toyota e Iveco, su fundador, Federico Weil, la consideraba la más cara pero, también, la mejor del mercado local.
Sin embargo, la adquisición tomó impulso a partir de la oportunidad de negocio que vio PointState, que creyó que TGLT necesitaba estar preparada para capitalizar algo de los ambiciosos planes de obra pública con los que, en 2015, la Administración Macri llegó a la Casa Rosada.
TGLT pagó u$s 130 millones por Caputo, entre el 83% de las acciones correspondientes a la familia controlante y la oferta hecha a sus accionistas minoritarios en la Bolsa porteña. La absorción se completó a mediados de 2019, con mudanza de TGLT, de su oficina en Palermo, a la de Caputo, en la ex sede de la Universidad Di Tella, en Núñez.
Argerich, que llevaba cerca de una década como CEO de Caputo, pasó a serlo también de TGLT. Weil, fundador de la desarrolladora, continuó como presidente. La crisis financiera en la que ingresó la Argentina en el último trimestre de 2018 impactó en la empresa, que pasó de archivar su ambición de salir a cotizar en Wall Street a activar las tensas negociaciones para reestructurar sus u$s 150 millones de deuda financiera.
Ese proceso finalizó en diciembre de 2019. Weil licuó su participación, frente a capitalizaciones que hicieron IRSA (u$s 24 millones) y la filial de Point State, Point Argentum (u$s 15 millones). También, convirtieron deuda en acciones el 80% de los acreedores, que ya eran dueños de un 25% de la empresa. Del 20% restante, algunos prefirieron ir a juicio. Este año, se inició en Nueva York un reclamo por algo menos de u$s 1 millón por los bonos impagos. El salvataje de TGLT se completó con una línea de crédito por u$s 27,6 millones que aportó el Banco Itaú.
La reestructuración alivió la situación financiera de la empresa. La desarrolladora había perdido $ 1624,37 millones en 2018, cuatro veces más que en 2017, con un patrimonio neto que pasó a ser negativo en $ 1300,83 millones, debido a que el pasivo casi se duplicó, a $ 11.693,98 millones.
En 2019, después de la refinanciación, el patrimonio neto volvió a ser positivo: $ 6035,85 millones. Pero la pandemia complicó el escenario. Se redujo a $ 4973,25 millones en 2020. Los ingresos cayeron de $ 11.701,48 millones, en 2019, a $ 4564,5 millones en 2020. Su pérdida, no obstante, se recortó de $ 3045 millones a $ 2753,42 millones en el mismo lapso. Al 31 de marzo de 2021, registró intresos por $ 1234,65 millones, contra $ 1846,77 millones de un año antes. Perdió $ 84,21 millones, más del doble de los $ 38 millones en rojo del primer trimestre de 2020.
En abril de 2019, pese a que la asamblea general de accionistas había aprobado su gestión y le renovó mandato hasta el mismo mes de 2021, Weil dejó la presidencia, en discrepancia con sus nuevos controlantes y se mantuvo al margen del proceso de reestructuración. Argerich sumó entonces otro cargo a su tarjeta. En marzo, el fundador le inició una demanda laboral a la empresa en reclamo de $ 290 millones.
Mientras continúa batallando en Tribunales por destrabar uno de sus proyectos más ambiciosos, Astor San Telmo, TGLT en estos días volvió a refinanciar pagos. Renovó ON privadas y, también, algunas series de sus títulos colocados en el mercado. No sólo Weil dejó la compañía. También lo hicieron su director financiero, Manuel Moreno, y otros ejecutivos de la primera línea. En el directorio, en tanto, dimitió Daniel Rúas, ex número uno de la agencia Moody's en América latina.
La empresa, cuya acción llegó a valer más de $ 25 en 2018, hoy cotiza en menos de $ 4 en la Bolsa de Buenos Aires
El constructor de Caputo
Ingeniero Civil (UBA), de 60 años, Argerich habiá llegado a Caputo en 2006, luego de 13 años en otra gran constructora, Cartellone. Egresado de la primera promoción del master en Dirección de Empresas Industriales (MDI), que dictaba la UCA en conjunto con la Escuela de Organización Industrial de Madrid, también pasó por los claustros del IAE, el seminario de CEOs de la Universidad Austral. Su currículum, hace una década y media, atrajo a los headhunters de Spencer Stuart, que tenían el encargo de los Caputo -entre quienes gravitaba más la voz de Tonio, el mayor de los hermanos- de cazar un gerente general.
Argerich sucedió a Diego González Casartelli. Tío de Daniel, el ex CEO y CFO de YPF, es un activo desarrollador inmobilario que, en esos tiempos, se fue de Caputo e inició una sociedad con Pegasus cuando el fondo de Mario Quintana quiso aterrizar en los ladrillos, con un proyecto detrás de la cancha de Ferro, en los ex Morinos Morixe, de Caballito. Caputo fue la constructora, tanto de ese emprendimiento, como de otra gran apuesta de Pegasus: Tortugas Open Mall.
Argerich ocupó la presidencia de Caputo desde 2010."Hace una década, esta empresa facturaba $ 45 millones y tenía 43 empleados. En 2015, los ingresos directos fueron $ 1100 millones (más de $ 2000 millones, si se suman las sociedades relacionadas), con más de 220 empleados", contrastó
en la única entrevista que concedió, publicada por la revista Apertura en mayo de 2016. "Y nunca tuvimos un ejercicio negativo. Siempre, en torno, también, a 5 ó 7 por ciento de las ventas", agregó.
En el sector, se ponderaba su capacidad y talento. "Tiene el equilibrio perfecto entre alguien que está metido en una obra y un manager, en cuanto al manejo del negocio y de la gente. Es un CEO activo, 100% enfocado en la empresa", lo describió un cliente alguna vez.
"Soy un constructor", se definió él, en esa entrevista, realizada por este cronista. Contó que empezó a trabajar de muy joven en obras, llevando herrajes en una camioneta. "Construir es lo que me gusta hacer", agregó. Defendía a la empresa, con énfasis, de las acusaciones sobre sus vinculaciones con la obra pública. "Es menos del 13% de nuestra facturación. Nuestro expertise yknow-how es la obra privada", aseguraba.
Sin embargo, Argerich también presidía SES, una empresa que Caputo compartía, en mitades iguales, con otro socio. Esta firma se dedica a obras de arquitectura e ingenierá y servicios de mantenimiento integral. Ganó licitaciones, tanto del Estado Nacional, como de la Provincia de Buenos Aires, algunos municipios del conurbano y, en especial, el Gobierno de la Ciudad. Sus socios en la empresa son los herederos de Diego Pelizzatti, un ingeniero italiano ya fallecido, que fue alto ejecutivo de Socma, a punto tal de haber integrado la tradicional e íntima mesa de bridge semanal de Franco Macri.
La semana pasada, TGLT vendió su parte en SES por un precio compuesto por u$s 1 millón, nominado en moneda estadounidense, y $ 100 millones. No identificó al comprador. Fuentes del mercado señalaron a CIMA Investments, family office que lidera Esteban Nofal, uno de los hijos de Luis, co-fundador de Torneos y Competencias.
"Esta operación permite a TGLT dar inicio a un nuevo plan de adecuación de la compañía para acompañar el contexto del sector, producto de la pandemia, lograr una estructura de capital acorde a la envergadura de sus operaciones y relocalizar sus recursos eficientemente para alcanzar el plan de crecimiento y negocios previsto", explicó la vendedora sobre la transacción. Argumento similar esgrimió para el cambio de CEO.
"TGLT inicia una nueva etapa en el desarrollo estratégico de la construcción y los desarrollos inmobiliarios, con un plan de crecimiento e innovación en los negocios y estamos convencidos de que Alejandro Belio realizará una importante contribución en el cumplimiento de nuestro objetivo para llevar una operación de excelencia en la Argentina y Uruguay", afirmó en el comunicado de la desgnacion Sersale, hombre de Point State.
Belio proviene de TGLT. Con 35 años de experiencia en el sector, llevaba 11 como responsable de los desarrollos de la empresa. A su título de arquitectura (UBA), le sumó un MBA en la Ucema y el programa de Alta Dirección del IAE. Fue, previamente, COO de Faena Group, gerente general de Creaurban -la desarrolladora inmobiliaria de Socma-, gerente de Proyectos de la Fundación Malecón 2000 (Ecuador), jefe de Grupo de Obras de Construcción Lain (España) y director de Proyectos de la desarrolladora Graziani.
Con su designación, TGLT también nombró un nuevo CFO: Diego Celaá. Licenciado en Administración, con un posgrado en Finanzas -ambos diplomas de la UCA-, fue gerente de Finanzas Corporativas de YPF durante la gestión de González Casartelli sobrino como CEO. Antes, fue su responsable de Relaciones con el Mercado. Integró los directorios de YPF Luz y MetroGas y lideró la división de Nuevas Empresas de Tecpetrol y la de Análisis de Riesgo del HSBC. Tiene 25 años de experiencia.
"Con foco en la construcción como eje central, la compañía se encuentra en el último tramo de un proceso de refinanciación de pasivos financieros. Su plan estratégico involucra, también, la incorporación de desarrollo e inversión en todos sus procesos de gestión", agregó el comunicado.
En la nota enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV) con la que TGLT informó sobre la renuncia de Argerich -notificada a la empresa el jueves 15-, la compañía agregó que, además del gerente de Finanzas, el directorio aprobó la contratación de un responsable de Recursos Humanos, "cuya identidad será comunicada una vez conlcuido dicho proceso" de reclutamiento.
Compartí tus comentarios