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Los avances de la Argentina contra la explotación animal, las propuestas

Tanto el proyecto del ley Sintientes como el de etiquetado de huevos buscan terminar con el maltrato de los animales. En qué situación se encuentra cada uno y qué proponen

Está comprobado que los animales son seres sintientes. Padecen de dolor y de tristeza al igual que los humanos. Tienen sentimientos, buscan el placer, generan amistades y sufren por la pérdida de alguien querido. Por eso, es necesario dejar de tratarlos como cosas y que tengan sus derechos.

Frente a esto, prosperan las leyes que buscan reducir la explotación animal. Un caso es Sintientes (@leysintientes), el proyecto de Ley que propone modificar el Código Civil y Comercial argentino para que en él se considere a los animales como personas no humanas sintientes, excluyéndolos del carácter de cosa, tal como hoy se los reconoce. "Es un cambio de paradigma que busca dejar atrás la retrógrada y violenta acción de cosificar a los animales y reconocerles legalmente su sintiencia y conciencia avalada desde hace tiempo por la Ciencia. Hace rato, además, que los organismos internacionales de la salud nos advierten de la importancia y urgencia de revisar y proteger la salud de los animales y la naturaleza, especialmente por su estrecha y delicada vinculación con la salud humana. Basta con remitirnos al virus del Covid, que nació en un mercado de Wuhan, en China, repleto de seres vivos hacinados", subraya la actriz, productora audiovisual y activista por los derechos de los animales Liz Solari, quien cocreó esta propuesta legislativa junto al abogado penalista y animalista, Leonardo Barnabá.

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Esta iniciativa, que ya fue presentada el año pasado en el Congreso Nacional y está a la espera de su sanción, tuvo su presentación formal el pasado mes de marzo en el Salón Blanco de dicho órgano. En dicha ocasión, donde también hubo lugar para una conferencia informativa, estuvieron presentes sus impulsores, legisladores y reconocidos referentes de diversos espacios adherentes a la causa, tales como Philip Low, Neurocientífico, Inventor y Autor de la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal; Juan Carlos Vargas, Defensor de la Naturaleza y Miembro de la Cámara por Bogotá; y Connie Isla, Cantante y Ambientalista, entre otros.

Presentación oficial del proyecto de ley Sintientes

En cuanto a las expectativas que giran en torno a esta Ley, Máximo Mazzoco, también adherente, ambientalista y fundador de la organización sin fines de lucro Eco House Global, aclara: "Es muy importante comprender que como humanidad estamos ante la crisis climática y ecológica más grande de nuestra historia, y este proyecto está relacionado con esta problemática. No es un hecho aislado. Por eso es importante destacar que este debate no debe ser considerado de 'veganos versus gauchos'. No es una apuesta contra el campo, la ganadería y la industria, para nada. Creemos que en este camino por mejorar la salud de los ecosistemas, declarar a los animales como seres sintientes y colocarlos en el inconsciente colectivo dentro de esta categoría es un gran primer paso para poder generar modificaciones en ese ámbito ".

Este debate no debe ser considerado de 'veganos versus gauchos'

"Esta es una oportunidad para que Argentina se pregunte de qué lado se va a parar. Si declara como sintientes a los animales y los quita de la categoría de cosas, se nos abrirá un mundo de oportunidades enormes para avanzar en biotecnología, que ya está funcionando alrededor del mundo, y así profundizar en modelos que incluyen beneficios para la salud humana", refuerza Solari.

Y continúa, "sabemos que aquellos que trabajan con animales tienen dudas sobre cómo esta ley puede impactar en su industria, por eso aclaramos que este proyecto no busca prohibir el consumo de carne ni limitar esos negocios. Sin embargo, es un proyecto de ley madre que, a partir de concebir a los animales como sujetos de derecho, facilita el trabajo a los jueces ante cada caso de maltrato, sufrimiento y asesinato animal que deban resolver. Sin duda, sacarlos del régimen de cosas es una oportunidad para dejar atrás las prácticas crueles que se suceden una y otra vez con ellos, y un derecho de que no se les inflija sufrimiento porque sí".

Argentina es uno de los países más avanzados en casos donde la jurisprudencia declaró animales sintientes y personas no humanas. "Tal el caso de la elefanta Mara que fue incautada al Circo Rodas para ir a parar al ex Zoo porteño en calidad de depositario judicial y luego tuvo que ser declarada persona no humana para reconocerle el derecho a la libertad. Lo mismo ocurrió con la orangutana Sandra, la chimpancé Cecilia, y la puma Lola, entre otros", explica Solari.

Los autores aseguran que, una vez que se avance con esta ley, la idea es realizar una revisión de la ley penal de maltrato animal, donde se reverán las penas para los abusadores y maltratadores de animales, un reclamo que la sociedad no para de pedir.

"La crueldad animal se vincula directamente con la seguridad de la sociedad, una persona que maltrata a un animal es 5 veces más propensa de abusar a otro ser humano. Así lo indican los estudios de criminología. La prevención y el cuidado de los animales es prevención y cuidado de la sociedad", concluye Solari.

Visibilizar, concientizar y reducir

En Argentina, las gallinas son los animales más explotados por la industria alimenticia, y en parte esto se explica porque es uno de los países de mayor consumo de huevos, el cuarto a nivel mundial. 

n esta línea, hay aproximadamente 42 millones de gallinas, según cifras de la industria, y el 95% de ellas vive en jaulas de batería, un sistema de confinamiento extremadamente restrictivo y violento que las priva de realizar sus comportamientos más básicos, como estirar sus alas por completo, picotear el suelo, anidar o darse baños de arena. Esto hace que se achique su ciclo de vida, haciendo que en lugar de vivir entre 8 y 12 años como le pasa en condiciones de libertad, terminen viviendo 2 como mucho.

Frente a esto, Sinergia Animal (@sinergiaanimallatinoamerica), ONG internacional de protección animal junto con la Asociación Coordinadora de Consumidores, Usuarios y Contribuyentes presentó ante el Congreso Nacional un proyecto de ley de etiquetado de huevos para que los consumidores cuenten con información clara y veraz sobre cómo se producen los mismos, conforme lo indica nuestra Constitución Nacional en su artículo 42, la ley 24.240 de Defensa del Consumidor en su Art. 4 y nuestro Código Civil y Comercial Nacional en su art. 1100.

De esta manera, se procura que todos los huevos cuenten con una etiqueta o embalaje con alguna de estas clasificaciones: "Huevo producido en jaula"; "Huevo producido en galpón cerrado"; "Huevo producido libre de jaulas, campero o de campo" y "Huevo orgánico" (donde la gallina recibe una alimentación libre de agroquímicos).

"El principal objetivo del proyecto es la transparencia con el consumidor, y la idea también es que las terminologías estén bien claras para que éste pueda saber elegir libremente y a conciencia. Asimismo, creemos que a nivel social puede tener un gran impacto, ya sea que se apruebe o no la ley, porque visibiliza un tema que hoy está oculto. Según nuestras encuestas, el 50% de los consumidores desconoce de dónde provienen los huevos que consumen, y el 60% de ellos, una vez que saben de dónde provienen, opta por unos con mayor bienestar animal. Vemos así que este tema no les es indiferente", explica Gisela Riccardi, gerente de Relaciones Corporativas en Argentina de Sinergia Animal.

Riccardi, a su vez, aclara que este proyecto no es prohibitivo de jaulas, sino que corre el velo de un sistema de explotación donde el bienestar animal no existe. "Como ONG vegana nos encantaría incentivar y prohibir las jaulas, tal como ocurrirá en Europa, donde está previsto que para el 2027 se eliminen los sistema de jaulas de todo tipo de animales, desde gallinas y cerdos hasta vacas. Pero esto es un primer paso para que el consumidor pueda tomar conciencia. Además, la industria no debería verse afectada porque lo que pedimos es que exterioricen lo que hacen. A la larga, lo que buscamos es que el consumidor deje de optar por estos productos que causan un daño mayor en el animal y en el medio ambiente".

Actualmente, hay mucha publicidad engañosa donde se difunde información e imágenes muy confusas en los empaques, donde se ven animales en praderas, o palabras vagas como "natural" o "de campo" o "gallinas felices", cuando en realidad los productos provienen de dispositivos productivos que implican mucho sufrimiento animal y que el consumidor desconoce".

A propósito, la vocera esboza un ejemplo para que se comprenda el daño que sufren las gallinas dentro de una jaula, donde están privadas de todos los comportamientos típicos de su especie. "Lo comparo como si nosotros estuviésemos de por vida encerrados en un ascensor, rodeados de gente, sin poder respirar, teniendo que hacer nuestras necesidades ahí porque no podemos ir al baño. Eso padecen ellas durante sus pocos años de vida en esos recintos, donde no pueden tener su caja nido, que es el lugar donde ponen los huevos, o darse sus baños de arena para poder desparasitarse y regular su temperatura. Es una película de terror para ellas. Allí, además hay mucha contaminación, proliferan las enfermedades y se sigue practicando la trituración de pollitos machos dado que son "inútiles" para el sistema productivo".

La propuesta es que una vez que el proyecto esté aprobado ante las Cámaras correspondiente, sea el Senasa quien regule los parámetros generales de esta etiqueta, y la idea es que el productor no tenga que hacer un trámite para aplicarla. Vale aclarar que el producto no se encarece por esto, y la etiqueta puede ser un sello o un logo. La idea es que su implementación sea similar a la de la Unión Europea, donde los huevos son marcados con un código que especifica el sistema productivo del que proviene, el país donde fue producido, y la fecha preferible de consumo. De este modo, el mercado se torna más transparente, generando una mayor competencia leal entre productores.

Como parte de este trabajo, Sinergia Animal viene trabajando con empresas como Havanna, Freddo, Almacén de Pizzas, Cachafaz y Café Martinez para que dejen de utilizar huevos que provengan de sistemas con jaulas, muchas de las cuales ya asumieron este compromiso.

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