Sparkling sale a competir con Cimes e Ivess en el mercado domiciliario
Un grupo de accionistas locales, con experiencia en la distribución de sodas en la zona norte de GBA, compró la marca al grupo estadounidense Culligan y ahora apunta a ampliar mercado
Sparkling, la empresa sinónimo de dispensers de agua embotellada para oficinas cambió de dueños y también de objetivos.
Un grupo de accionistas local, liderado por Kevin Pedreira, un empresario llegado de la industria de la soda en zona norte del GBA, compró la marca a la estadounidense Culligan en diciembre de 2021.
La empresa, creada hace 30 años por un grupo argentino, pasó por varias manos hasta desembocar en la multinacional. Pero las restricciones cambiarias y de comercio exterior los obligaron a desprenderse de la marca que ahora vuelve a manos locales.
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La expectativa es recuperar mercado y disputar con las otras dos grandes del sector, Cimes e Ivess. Para eso comenzaron un plan de inversiones y de innovación. Aunque, por lo pronto, sólo ofrecerán agua embotellada llegan con la intención de llevar a toda la industria de aguas y sodas a un nuevo nivel.
La empresa posee una planta en el barrio de Chacarita donde trabajan 135 personas, tiene la capacidad para procesar 6,4 millones de litros de agua por mes y cuentan con un laboratorio de análisis microbiológico.
Sparkling facturó en 2022 $ 1500 millones e invirtió $ 250 millones en bienes de uso. Disponen de 22 unidades de distribución urbana para abastecer a más de 10.000 domicilios de clientes entre hogares, comercios y empresas.
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"Estamos muy bien posicionados en empresas. Culligan enfocó su negocio básicamente a oficinas y dejó en manos de las otras dos empresas grandes el mercado minorista. Ellos tienen una red de distribución muy grande y nosotros operamos sólo en CABA y GBA. Ahora queremos recuperar mercado", dijo el director comercial y de marketing de la empresa, Alejandro Pozzo, respecto del presente de la empresa y el plan que pusieron en marcha.
El eje es montarse sobre el diferencial que ofrece la marca, que aún conserva la idea de que el Sparkling es un genérico a la hora de hablar de dispensers de agua.
InnoVAR EN Una industria de la vieja escuela
Más allá de la presencia de sodas y aguas de grandes embotelladoras en supermercados, la industria del sector mantiene el formato de distribución domiciliaria desde hace décadas de la mano de una multitud de pymes que trabajan de manera independiente o para dos grandes marcas con características muy particulares.
Ivess no es como tal una empresa. Es la sigla de Instituto Verificador de Elaboración de Soda y Sifones, una asociación civil sin fines de lucro que ofrece su marca a una gran cantidad de pymes asociadas que trabajan bajo sus normas de elaboración. Cimes, en tanto, es una empresa que opera con franqucias en todo el país.
"Vemos que es un mercado que desde hace más de 40 años que hacen lo mismo. No innovaron en producto, ni en distribución. Es un mercado muy especial donde Sparkling quiere comenzar a innovar", asegura Pozzo.
Por un lado, quieren diferenciarse por su calidad. "Trabajamos con altísimos estándares de calidad porque muchos de nuestros clientes son empresas que exigen esos estándares, como Shell o Raizen".
El agua de Sparkling atraviesa un triple proceso de filtrado (físicos, químicos y bacteriológicos) para garantizar los estándares de calidad que exige el Código Alimentario Argentino y finalmente un proceso de ozonización exclusivo que garantiza la eliminación de cualquier organismo microbiológico y extiendela durabilidad del producto a 60 días.
"En nuestro laboratorio detectamos en muchas muestras de agua de otras empresas niveles muy altos de contaminación. Por eso comenzamos a difundir una campaña de buenas prácticas, porque no hay nadie que hable de esto en el mercado. Una cosa es comprarle agua a una empresa local que no tiene ni siquiera está inscripta en el código alimentario y otra cosa es comprarle a alguna de las tres grandes. El servicio de agua está subvalorado y además hay muy poco control", asegura Pozzo.
"Queremos convertir al dispenser de agua en un electrodoméstico más de la casa. Que no solamente ofrezca agua fría o caliente, sino que sea estéticamente lindo. Queremos que el botellón esté en un lugar oculto y que puedas sacar hielo o poner una cápsula de café", cuenta.
Lamentablemente, las restricciones a las importaciones - las mismas que impulsaron a Culligan a dejar el país- provocaron que los proveedores de dispensers de agua no cuenten con los insumos para producirlos.
"Como no pueden abastecernos, comenzamos la tarea de reciclado de dispensers en desuso e incluso estamos viendo la forma de producir las partes faltantes. Lamentablemente nos tenemos que dedicar a estas cosas en vez de enfocarnos en avanzar en la producción", se lamentan desde Sparling.
En la actualidad producen botellones de 6, 12 y 20 litros y comercializan dispensers de agua natural, de frío - calor y de conexión a red. Lo que viene en breve es el lanzamiento de las versiones bajo sodio y latas de agua.
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