

Las mascotas son un integrante más de las familias a las que pertenecen, forman parte de sus rutinas e incluso, en ciertos casos, acompañan durante toda la niñez y adolescencia a los niños del hogar.
No obstante, la muerte es un proceso inevitable y son muchas las personas que se cuestionan qué sucede después. Los creyentes de las diferentes religiones creen en la existencia de un cielo después de la muerte, un lugar sanador que será la recompensa de sus buenas acciones en vida.
Sin embargo, quienes creen y tienen mascotas se hacen con frecuencia una pregunta inevitable: ¿van las mascotas al cielo?. Frente a esto, la Biblia brinda una contundente respuesta.
¿Qué es el cielo?
Si bien todas las religiones tienen diferencias entre sí en los conceptos del cielo como tal, existen ciertas características comunes que dejan implícito que se trata de un lugar magnifico que permite realmente "pasar a mejor vida"
Estas cualidades comunes son la felicidad, la paz y la comunicación religiosa con Dios, el ser todopoderoso que se encargará de recompensar a aquellas almas que se lo merezcan tras haber transitado el período de la vida.

¿Van los animales al cielo? Esto dice la Biblia
Según lo indica el Libro Sagrado, los animales no tienen lugar en el cielo por diversas razones. La primera es que para llegar al lugar divino se debe demostrar conocimiento, fe en Dios y obedecer a los máximos mandamientos.
"Por qué me preguntas a mí sobre lo que es bueno? Solo hay uno que es bueno. De todos modos, si quieres alcanzar la vida, tienes que obedecer siempre los mandamientos" dice Mateo 19:17
Además, en la Biblia se describe al cielo como un lugar pensado específicamente para prolongar de manera indeterminada la vida de aquellos seres humanos que así lo merezcan.
"Porque Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna" afirma Juan 3:16
Para finalizar, debe tenerse en cuenta que la Biblia menciona que para acceder al cielo primero hay que resucitar, si bien se enumeran diversas maneras, todas son aplicables a seres humanos.















