Salud

Cómo está entrando plástico a tu cerebro sin que lo sepas: te afecta como si fuera Parkinson y Alzheimer

Los científicos comprobaron que el plástico traspasa la "barrera de seguridad" del cerebro y puede generar alteraciones similares a las que causan estas enfermedades.

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Los científicos han constatado la presencia de plásticos microscópicos en prácticamente todos los rincones del cuerpo humano, incluido el cerebro.  No se ven a simple vista pero están en todas partes, desde el agua que bebemos al aire que respiramos. 

El plástico se descompone lentamente en partículas muy pequeñas que acaban diseminadas en todas partes. Los investigadores los denominan microplásticos cuando su diámetro es inferior a 5 milímetros (mm) y nanoplásticos cuando es menor de 0,001 mm.

Cómo llega el microplástico a nuestro cuerpo

El cuerpo humano, como el de otros muchos seres vivos, se está convirtiendo en un "depósito" de estas micropartículas de plástico que por su tamaño poseen una gran capacidad de invadir órganos y tejidos.

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Un estudio de la universidad australiana de Newcastle estimó que cada semana acaban penetrando en el cuerpo, a través de lo que ingerimos o el aire que respiramos, una media de 5 gramos de plástico, el equivalente a una tarjeta de crédito.

Su presencia se ha constatado en la placenta, la leche materna, el pulmón, el hígado, el bazo, los riñones, la sangre y el cerebro.

Se calcula que por semana ingerimos el equivalente a una tarjeta de crédito en microplásticos. 

Fuente: Archivo

Cómo pueden afectar los microplasticos al cerebro

"A nivel de investigación estamos prácticamente ante un lienzo en blanco", subrayó en una entrevista con EFE la neurocientífica de la Universidad de Rhode Island, Jamie Ross, considerada una de las pioneras en ofrecer luz sobre el impacto de los microplásticos en el cerebro de los ratones.

Ross confesó que se hizo científica con el objetivo de ayudar a responder qué provoca el párkinson, el trastorno neurológico que más crece en la actualidad, cuando no hay predisposición genética por parte de quien lo sufre.

En múltiples experimentos con ratones, en los que les hizo beber agua con microplásticos que contenían unos marcadores durante tres semanas, Ross y su equipo descubrieron que estas partículas traspasan la barrera hematoencefática del cerebro, producen en él una inflación similar a la de las demencias, y manifiestan alteraciones similares a quienes las padecen.

Los efectos comprobados en el cuerpo humano

En una persona sana, cuando el tejido nervioso se inflama el sistema inmune lucha contra el agente que produce esa inflamación y todo vuelve a la normalidad.

El problema con enfermedades como el alzhéimer o el párkinson es que la inflamación se cronifica y destruye un tipo concreto de neuronas en cada caso, en el caso de párkinson la dopamina (por eso los síntomas son motores), y en el del alzhéimer un tipo de neuronas llamadas colinérgicas, que regulan la memoria a corto plazo en el hipocampo.

Lo que la ciencia ya ha podido constatar es que, una vez engañado al "arco de seguridad" del cerebro y haber penetrado en él, las partículas microscópicas de plástico producen una inflamación continuada y prolongada en esas mismas zonas dando lugar a alteraciones similares a las de estas enfermedades.

La ciencia comprobó que las partículas de microplastico afectan la comunicación entre neuronas.

Fuente: Canva

En ese sentido, aunque la información científica es limitada aún, los investigadores consultados sostienen que "hay evidencia suficiente" para prevenir al máximo la exposición a la contaminación del plástico, y dar de lado a todo lo que usamos compuesto o envuelto en este material si no es estrictamente necesario.

Fuente: EFE

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