¿Adiós al envejecimiento? Científicos descubren la proteína que hay que aumentar para no perder masa muscular con los años
Una prometedora investigación española ha demostrado que el aumento de este nutriente puede prevenir la perdida de masa y funcionamiento muscular en la vejez.
Investigadores del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona y de la Universidad de Barcelona han descubierto que aumentar artificialmente la presencia de una proteína en los músculos puede prevenir la pérdida de masa muscular durante la vejez.
El estudio de la IRB, publicado en la revista Autophagy, demuestra que una presencia alta de la proteína TP53INP2 en los músculos puede ayudar a prevenir la pérdida progresiva de masa y funciones musculares.
La proteína TP53INP2 regula la autofagia, el proceso celular por el que se eliminan proteínas y orgánulos dañados, en la preservación de la masa muscular y el funcionamiento.
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La proteína que podría ralentizar el paso del tiempo en los músculos
La pérdida de masa muscular se produce normalmente a partir de los 55 años, proceso que, según la investigación, se podría ralentizar con una presencia elevada de esta proteína, lo que los científicos han asociado a una fuerza muscular más grande y un envejecimiento más saludable.
"Este estudio nos da esperanzas sobre posibles tratamientos que podrían mejorar o al menos mitigar los efectos del envejecimiento de los músculos", ha explicado el catedrático de la Facultad de Biología de la UB y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERDEM), Antonio Zorzano.
A partir de las conclusiones de este estudio se abren nuevas vías de investigación en el campo del envejecimiento, mediante posibles intervenciones para conseguir que las personas de edad avanzada mejoren en independencia y vitalidad, según el investigador.
Los experimentos del estudio se llevaron a cabo en ratones y muestras de tejido humano y la investigación fue financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat y el Instituto de Salud Carlos III, con la colaboración con muestras biológicas por parte del Hospital Sant Joan de Déu.
Los investigadores continuarán con el estudio, ahondando en cómo intervienen los factores genéticos, la actividad física, la nutrición y los hábitos en los niveles de la proteína según cada persona.
Fuente: EFE