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Funcionarios mexicanos defendieron en Ottawa el desempeño laboral del país bajo el T-MEC frente a sindicatos de Estados Unidos que buscan endurecer el capítulo laboral en la revisión de 2026. En una sesión pública del Tercer Consejo Laboral del T-MEC, México argumentó que la reforma ya elevó salarios y fortaleció la negociación colectiva, mientras organizaciones obreras denunciaron que persisten las brechas salariales y los “contratos de protección”.

Gabriel Alejandro Tamariz Sánchez, de la Secretaría del Trabajo, destacó que desde 2018 el salario mínimo ha subido cada año por encima de la inflación y por arriba de lo exigido en el T-MEC. Aseguró que, en términos reales, el mínimo general previsto para el próximo año será tres veces y media el de 2018 y que en la frontera norte será cinco veces mayor, zona donde se concentra la planta exportadora hacia Estados Unidos.

El funcionario afirmó también que la negociación colectiva está empujando los ingresos. Según los datos presentados, los trabajadores en centros con contratos colectivos vigentes ganan en promedio 45.92% más y han conseguido aumentos salariales muy superiores a los de centros sin contrato, además de una reducción en la brecha salarial de género.

Desde el lado estadounidense, Benjamin Davis, director de Asuntos Internacionales del sindicato United Steelworkers y presidente de un panel asesor del T-MEC, presentó un informe que cuestiona la profundidad del cambio en México. El documento señala fallas en las votaciones de contratos colectivos, ausencia de sanciones a empresas que violan derechos laborales y la persistencia de sindicatos de protección que aún concentran a la mayoría de los trabajadores sindicalizados.

Davis subrayó la brecha salarial en la industria automotriz, donde los trabajadores mexicanos ganan en promedio u$d 5.70 por hora frente a 35.30 en Estados Unidos, así como el déficit estadounidense en bienes con México, que en 2024 alcanzó u$d 171,500 millones. Estos datos, advirtió, alimentan la presión política para imponer estándares laborales más estrictos en la revisión trilateral del T-MEC.

Minera Camino Rojo: permisos y demandas laborales

La empresa Orla Camino Rojo debe tener mucho por celebrar con el permiso que obtuvo de la división de actividades extractivas de Economía para extender la vida útil de su mina de oro en Zacatecas por 20 años más.

Con ello, la mina, propiedad del gigante canadiense Orla Mining, podrá seguir con una explotación que en 2024 le dejó 136,748 onzas del áureo metal; que traducidas a un prcio promedio de u$d 2,386 por onza, representaron un ingreso de al menos u$d326 millones.

Pero la otra cara de la moneda es que la próxima semana, Minera Camino Rojo se convertirá en una de las empresas que enfrentan una audiencia dentro del mecanismo de resolución de disputas laborales del T-MEC.

El caso ya se viene desarrollando desde hace más de un año y se centra en las demandas de los trabajadores de que no se les ha permitido ejercer su derecho de libre asociación y negociación de un contrato de trabajo colectivo.

Enojo asiático

Como era de esperarse, desde Asia llegaron posturas airadas en contra de los aranceles que impuso México a las exportaciones de diversos países de ese continente.

Aunque la aprobación en el Congreso de la Unión de México dela propuesta que flotó la presidenta Claudia Shienbaum en septiembre fue vista más como una estrategia de apaciguamiento a Donald Trump en su propio pleito comercial con China, lo cierto es que la medida abarcó también a socios como la India y Corea del Sur.

La respuesta más fuerte proviene de Beijing, pues el ministerio chino de Comercio exigió a México que “corrija sus erróneas prácticas unilaterales y proteccionistas tan pronto como sea posible”. El gobierno de ese país dice que los aranceles de entre 15% y 50%, a ser implementados a partir de enero de 2026, tendrán un impacto en más de 1,400 productos de China y otros países.

Otra protesta provino del dragón coreano, donde el gobierno pidió a sus pares mexicanos conceder una excepción al país, toda vez que hay acuerdos comerciales y pláticas rumbo a un tratado de libre comercio.

En específico, los coreanos alegan que cientos de empresas de ese país han abierto operciones en México a fin de abrir mercado, invertir miles de millones y ampliar la base industrial, sobre todo automotriz.

Cabe mencionar que aunque el comercio bilateral entre México y Corea es mucho menor al de México y China, es un rubro que ha crecido en la última década a un ritmo récord.

A la fecha, México es el principal socio comercial de Corea en América Latina si bien la balanza comercial es deficitaria para nuestro mercado. Esto porque a cifras de 2024 Corea exportó casi u$d 23,000 millones a México, de donde importó u$d 4,100 millones.

En el caso de la India, la preocupación del gobierno y empresarios es que México se ha convertido también en su principal socio comercial en América Latina y los aranceles pondrían en riesgo más de u$d 1,000 millones en exportaciones.

De acuerdo con Reuters, entre los exportadores indios que podrían verse afectodos por los aranceles figuran subsidiarias de gigantes automotrices como Volkswagen, Hyundai, Nissan y Suzuki.