El país de Latinoamérica que cuenta con el mejor caldo de verduras del mundo, según Taste Atlas: tiene más de 1000 años
Los ingredientes frescos y autóctonos han sido clave para que esta sopa sobresalga a nivel global.
Existe un país de Latinoamérica cuyo legado gastronómico ha perdurado por más de 1000 años y hoy es reconocido a nivel mundial. Según Taste Atlas, una de sus recetas tradicionales ha sido nombrada el mejor caldo de verduras del mundo, destacando entre decenas de preparaciones internacionales.
Este reconocimiento no solo resalta el valor de los ingredientes sencillos y locales, también la profundidad histórica de una cocina que sigue cautivando paladares y marcando tendencia en el ámbito culinario global.
El mejor caldo del mundo tiene más de 1000 años: ¿cuál es y a qué país de América Latina pertenece?
Se trata de la Sopa Tarasca, con origen en Michoacán, México, un platillo emblemático que ha logrado posicionarse como una de las mejores sopas de verduras del mundo, debido a su exquisita combinación de ingredientes locales que le confieren un sabor único y lleno de historia.
Este caldo tradicional, cuya base incluye jitomate, frijoles, chile pasilla y tortillas fritas, representa el ingenio culinario mexicano, utilizando elementos sencillos para crear un platillo de profundo valor cultural.
La Sopa Tarasca ha sido capaz de sobresalir en el ámbito internacional, superando a otras preparaciones de renombre como la Mercimek çorbas de Turquía y la Sopa checa de ajo de la República Checa, alcanzando una impresionante puntuación de 4.6 estrellas, lo que confirma su calidad indiscutible dentro de la gastronomía basada en vegetales.
¿Cuál es el origen de la Sopa Tarasca?
La Sopa Tarasca surge en el estado de Michoacán, un lugar emblemático en la historia de Mesoamérica por ser el hogar del pueblo purépecha, una de las civilizaciones prehispánicas más influyentes.
Este grupo habitó la región desde el siglo XII hasta el XVI, cuando la llegada de los conquistadores españoles cambió su destino. Los españoles, al imponer su dominio, los denominaron "tarascos", un nombre que eventualmente se asoció a la sopa, aunque originalmente no formaba parte de su cultura.
El plato tiene raíces que se extienden hacia las tradiciones indígenas, donde los frijoles, base de la dieta purépecha, se combinaban con jitomates y un caldo sencillo. Esta combinación ancestral se enriquecía con ingredientes nativos como los chiles, introducidos al resto del mundo por las civilizaciones mesoamericanas.
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¿Cómo se prepara una Sopa Tarasca?
La Sopa Tarasca destaca no solo por su historia, también por su sencilla y deliciosa preparación que resalta los sabores tradicionales de Michoacán. Los ingredientes principales son una muestra de la riqueza culinaria de México, combinando productos locales y técnicas ancestrales.
Para preparar esta icónica sopa, se siguen los siguientes pasos:
- Ingredientes básicos:
- Jitomate, frijoles negros o bayos, chile pasilla, ajo, cebolla, y caldo de pollo o vegetal.
- Tortillas fritas para añadir textura.
- Acompañamientos opcionales:
- Crema y queso fresco desmenuzado.
- En algunas versiones, se incluyen rodajas de aguacate o chicharrón para darle un toque extra de sabor y crujido.
El proceso comienza sofriendo el jitomate, cebolla y ajo hasta obtener una mezcla bien dorada. Esta base se licúa junto con los frijoles cocidos y una porción del caldo, resultando en un puré suave que se cocina a fuego lento.
Posteriormente, se añade el chile pasilla, previamente frito y triturado, lo que le otorga a la sopa su característico toque ahumado y un leve picor. Finalmente, la sopa se sirve con las tortillas fritas, acompañada de queso fresco y un poco de crema.