El científico que estudio el coronavirus y afirma que es parte de una simulación de computadora: "fue programado"
Un científico afirma que los patrones matemáticos observados en la evolución del virus de Covid-19 podrían indicar que estamos viviendo en una simulación computarizada.
Un físico que estudia las mutaciones del virus SARS-CoV-2 (es decir, del virus del Covid-19) afirma haber encontrado pruebas de una nueva ley física denominada "segunda ley de la Infodinámica", que podría indicar que vivimos en un universo simulado. Además, sugiere que el estudio parece implicar que la teoría de la evolución es incorrecta, ya que las mutaciones no son totalmente aleatorias.
Se trata del físico teórico Melvin Vopson, de la Universidad de Lisboa, Portugal, que sugiere que los patrones matemáticos observados en la evolución del coronavirus podrían ser indicios de que estamos viviendo en una simulación computarizada.
Vopson presenta su argumento en un artículo publicado en la revista AIP Advances, donde sugiere que las mutaciones genéticas del virus parecen seguir un conjunto predecible de reglas, en lugar de ser completamente aleatorias como cabría esperar. Esta observación lo lleva a plantear la hipótesis de que el virus y su propagación podrían estar siendo controlados por alguna forma de inteligencia artificial que opera dentro de la supuesta simulación.
¿Qué dice la teoría científica que explica que vivimos en una simulación y que el coronavirus fue un experimento?
"La entropía física de un sistema dado es una medida de todos sus posibles microestados físicos compatibles con el macroestado", afirma Vopson en el artículo. "Es una característica de los microestados del sistema que no contienen información. Suponiendo el mismo sistema, y suponiendo que uno es capaz de crear N estados de información dentro del mismo sistema físico (por ejemplo, escribiendo bits digitales en él), el efecto de crear un número de N estados de información es formar N microestados de información adicionales superpuestos a los microestados físicos existentes. Estos microestados adicionales son estados portadores de información, y la entropía adicional asociada a ellos se denomina entropía de la información".
Es decir, mientras que la entropía tiende a aumentar con el tiempo, la entropía de la información tiende a disminuir, según Vopson. Un ejemplo de ello sería la muerte por calor del universo, cuando éste alcanza un estado de equilibrio térmico.
Vopson analizó el virus SARS-CoV-2 y sus mutaciones durante la pandemia de COVID-19. Los científicos han estudiado la evolución del virus, observando el ARN, no el ADN y se descubrió que la entropía de la información disminuía con el tiempo.
"El mejor ejemplo de algo que sufre numerosas mutaciones en poco tiempo es un virus. La pandemia nos ha proporcionado la muestra de prueba ideal, ya que el SARS-CoV-2 mutó en muchas variantes y los datos disponibles son increíbles", explicó Vopson. "Los datos de COVID confirman la segunda ley de la infodinámica y la investigación abre posibilidades ilimitadas. Imagínese observar un genoma concreto y juzgar si una mutación es beneficiosa antes de que se produzca. Podría ser una tecnología revolucionaria que podría utilizarse en terapias genéticas, la industria farmacéutica, la biología evolutiva y la investigación de pandemias", agregó.
Para Vopson, esto sugiere que las mutaciones no son aleatorias, sino que se rigen por una ley que establece que la entropía de la información debe permanecer igual o disminuir con el tiempo. "Dado que la segunda ley de la infodinámica es una necesidad cosmológica, y parece aplicarse en todas partes de la misma manera, se podría concluir que esto indica que todo el universo parece ser una construcción simulada o un ordenador gigante", añade Vopson
Sin embargo, es importante destacar que la idea de que vivimos en una simulación es altamente especulativa y ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de la comunidad científica. Muchos expertos argumentan que no hay evidencia suficiente para respaldar esta teoría y que las anomalías observadas podrían explicarse simplemente por la complejidad del virus y su interacción con el medio ambiente.