Al menos 78 personas murieron después de que fuertes lluvias azotaron Petrópolis, una ciudad de la región montañosa del estado brasileño de Río de Janeiro, según informó el gobierno local.
Las autoridades locales han decretado el estado de calamidad pública después de que el agua haya arrasado amplias zonas del municipio, dejando infraestructuras y viviendas sepultadas por el lodo.
Las calles de la ciudad quedaron inundadas por los aguaceros, sumados a los deslizamientos de tierra que provocaron la obstrucción de las principales vías de acceso a la ciudad.
Defensa Civil ha activado todas las alarmas para movilizar a la población. Los residentes de las zonas de riesgo fueron siendo dirigidos a los puntos de apoyo, que han sido abiertos para brindar ayuda en sus respectivas localidades. La precipitación acumulada alcanzó los 126 milímetros en apenas una hora.
El presidente Jair Bolsonaro, que está de viaje en Rusia, dijo en Twitter que había pedido a los ministros que ayudaran a la ciudad y a las víctimas de la tormenta.
Desde Moscú, donde se reunió con el líder ruso Vladimir Putin, Bolsonaro dijo que había hablado con el ministro de Desarrollo Regional, Rogerio Marinho, y el de Economía, Paulo Guedes, para asegurar la ayuda a la ciudad.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, acudió a Petrópolis el martes por la noche: "Estamos en Petrópolis articulando toda la ayuda necesaria en este momento", escribió Castro en su cuenta de Twitter, añadiendo en un comunicado en video que sólo abandonaría la ciudad cuando se organice la respuesta al desastre.
Desde diciembre, fuertes lluvias han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra mortales en el noreste de Brasil y en el estado de Sao Paulo, amenazando con retrasar las cosechas en el medio oeste y han obligado a suspender brevemente las operaciones mineras en el estado de Minas Gerais.













