

Brasil es el mayor exportador de carne vacuna del mundo, pero eso podría cambiar: a medida que se acelera la conciencia del consumidor sobre el impacto del cambio climático, las políticas de responsabilidad social empresarial se incrementan y amplifican. Y sobre todo, tras el renovado impulso que dio la COP26.

La novedad ahora es que varios supermercados de Europa van a suspender la venta de productos cárnicos brasileños, y no lo harán por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del ganado, sino por un eslabón de su cadena de suministro.
LA SELVA AMAZÓNICA Y LA CARNE DE VACA
La presión para detener la deforestación aumentó, y mucho, con la reciente cumbre climática COP26, que renovó la decisión de gobiernos y empresas para frenar el cambio climático.
En lo que respecta al mercado cárnico, en esa cumbre más de 100 países se comprometieron a concluir antes de 2030, con la producción de carne procedente de ganado criado en tierras en las que se talaron selvas y sabanas, una de las principales fuentes de emisiones de carbono.

Y una investigación publicada hoy llevó a que las cadenas de supermercados europeas J Sainsbury, Carrefour y Ahold Delhaizedecidieran dejar de vender varios productos cárnicos brasileños, tras los datos de que su cadena de suministro contribuye a la deforestación de la selva amazónica.
La investigación hecha por los defensores del medio ambiente Mighty Earth y la ONG Repórter Brasil destaca el riesgo de contaminación de la cadena de suministro por la carne procesada, en la que las vacas procedentes de zonas deforestadas se envían a los proveedores para ser engordadas y finalmente sacrificadas por procesadores como JBS, Marfrig y Minerva.

Esta carne acaba en los supermercados europeos en forma de diversos productos, entre ellos, la carne en conserva y los cortes de primera. En base a esos datos, Sainsbury's -la segunda cadena de supermercados del Reino Unido-, Carrefour y Ahold Delhaize decidieron prescindir de esos productos cárnicos brasileños para limpiar sus cadenas de suministro.
PERO BRASIL VUELVE A VENDERLE CARNE A CHINA
No todas son malas noticias para la industria cárnica del gigante sudamericano. Apenas ayer, China levantó el veto a las exportaciones de carne brasileña luego de tres meses de suspensión, desde que el 4 de septiembre Brasil identificara y notificara dos casos del mal de las vacas locas en Minas Gerais y Mato Grosso.

Esa suspensión fue parte de las medidas pactadas entre ambos países por un protocolo sanitario firmado entre ellos, que prevé la interrupción del comercio en el caso de la identificación de determinados defectos en los productos cárnicos.
La Organización Mundial de Salud Animal analizó la información y finalmente confirmó que en Brasil el estatus para el tipo de enfermedad es de "riesgo insignificante". Como resultado, la certificación y envío de proteína animal a China se normalizará y podrá reanudarse ahora.
China es el principal mercado cárnico de Brasil. El país asiático compra casi la mitad de los dos millones de toneladas de carne que Brasil exporta al mundo. Con motivo de la suspensión de la actividad, las exportaciones totales de carne en Brasil cayeron un 43% y un 47% interanual en octubre y noviembre, respectivamente.














